✦ lυgαr sσlεαdσ ✦

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10 de Octubre...

Me desperté a primer hora de la mañana y miré el calendario donde tenía señalada esta fecha...

Puede ser un día como cualquier otro en el mundo pero no aquí, no en esta familia.

El cumpleaños de Naruto-Kun nunca pasa desapercibido ni por Boruto, que, aunque el no lo admita, siempre busca un regalo especial para su padre.

Miro al otro lado de la cama, como era costumbre, Naruto se quedó a dormir en la oficina. Eso ya no era extraño ni fuera de lo común, pues ha logrado mantener la mayor estabilidad de paz hasta ahora y creo, eso no es tarea fácil.

Hice la cama y me coloqué ropa para bajar a la cocina y preparar el almuerzo siguiendo de los preparativos para la fiesta que organizamos a idea de Himawari y yo.

Puse los utensilios en mi área de trabajo, pues seguramente Hima ya se habrá despertado al igual que Boruto y Kawaki. Mis hijos se veían emocionados días antes mientras elegían los preparativos, en cambio Kawaki, quien apenas se acostumbra a la idea de la fiesta de cumpleaños.

– Buenos días mamá

Mi primogénito entró al comedor. Es increíble como ves pasar los años frente a tus ojos con tan solo ver a una sola persona.

– Boruto, ¿irás a entrenar o ayudaras en los preparativos? – le pregunte, pues sabía sus intenciones y sus pensamientos, incluso más que lo míos.

– Entrenaré un rato con Sarada y Mitsuki, pero estaré aquí para ayudarte a decorar – afirmó.

Solo me limité a sonreírle y asentir, mientras preparaba su desayuno y un bento para él y sus amigos.

38 años han pasado...

Tan rápido pero a la vez tan lento. Te das cuenta de ello cuando tienes a personas que te lo recuerden en el día a día tan solo verlos tan jóvenes y llenos de vida, atravesando circunstancias que en nuestra juventud no vivimos y planteando su propio destino.

Una voz cantaría se oyó bajando las escaleras y sus ligeros pasos inundaron nuevamente el lugar, tomando una manzana del frutero y llevándola de inmediato a su boca para darle un gran bocado.

– Buenos días hermano, mamá – saludo Hima, con un bocado ligero en la boca.

– Amaneciste de muy buen humor – le respondió este, en forma de burla.

– Jaja, yo siempre despierto de buen humor. Al menos no me quedo despierto jugando videojuegos.

Mi hija menor pasó de largo hacia la cocina y me planto un tierno beso en la mejilla, mientras volvía a darle otro mordisco a su manzana y comenzaba a ayudarme a preparar los almuerzos.

Verlos a ambos era sorprendente. Cada año que pasa siempre veía sus cambios imposibles de notar.

Ambos crecieron, tanto física como mentalmente. Boruto es un hombre hecho y fuerte, ha logrado dominar mayormente sus poderes como el sello del Karma y el Jōgan. Es apuesto, aún con la cicatriz atravesando su ojo derecho es simplemente apuesto. Su cuerpo no es tan fornido como otros, igual a como era Naruto a su edad.

Y vaya Kami, Himawari se ha vuelto totalmente hermosa, a sus dieciséis años ha logrado desarrollar un cuerpo por genética Hyuga y sus facciones salvajes heredadas de mi esposo resplandecen con la bella sonrisa que siempre muestra. Es un encanto, amable y considerada con otros. Además de fuerte, demasiado; a su corta edad es una de las pocas candidatas que esta por entrar a Anbu y comienza a practicar como futura líder de mi clan proveniente.

A ambos les gusta estar en constante movimiento, es por eso que Hima terminó por decidir ser ninja, y al parecer, toda ha resultado bastante bien con ella ofreciendo tal servicio.

✧⇢ 𝐓𝐔 𝐏𝐑𝐄𝐒𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀 ⇠✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora