Capitulo 5

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Dedicada a kanekirui

De nueva cuenta el par de amigos se dirigían hasta la banca a esperar por el padre del rubio. Cuando tomaron asiento YeonJun no dudo y tiró del brazo de Soobin para que le prestase atención.

— Soobin..Uh yo...— miro al suelo.

— ¿Sí YeonJun? — giró su cuerpo en dirección a él.

Soobin miró como las mejillas de YeonJun poco a poco se iban tiñendo de rojo, como su amigo apretaba más la manga de su uniforme y como apretó sus labios, algo que solía hacer cada que estaba nervioso.

— ¿YeonJun? — lo miro preocupado.

— Soobin tú...¿Tú vendrías a ver mi presentación de baile? — alzó su mirada.

Soobin se sorprendió, no por la pregunta, sino por el rostro sonrojado cual tomate. No lo entendió pero era tierno, con su mano acarició los cabellos rubios a lo que YeonJun sonrió.

— Claro que iría — respondió seguro — ¿Eres mi amigo no?

YeonJun mordió sus labios ante esa respuesta desviando su mirada. Asintió con una sonrisa.

Si tan sólo supiera porqué su corazón latía tan fuerte.

— Estaré ahí — musitó de nuevo.

— Esperaré por ti Binie — tomó su bolso. Miro el auto y con un suspiro sonrió, como quisiera avanzar el tiempo para tener más a Soobin.

Con un beso en la mejilla de despedida como de costumbre por parte de YeonJun se despidió de él. Cuando ya no vió el auto se encaminó a su casa.

Sonrió alegre pero de nueva cuenta la expresión de tristeza del rubio llegó a su cabeza. ¿Había dicho algo malo? Negando siguió su camino.

Tal vez sólo era cosa suya.

— Estoy en casa — aviso cerrando la puerta tras de si.

Dejó sus zapatos de lado, un olor agradable llegó hasta su nariz guiándolo hasta la cocina donde visualizó a su madre cocinando tal vez la cena.

— Oh que bueno que llegas cariño — depositó un beso en su mejilla — Necesito tu ayuda ésta noche en el restaurante.

— Hum... mamá yo no creo poder — dijo bajito pero su mamá lo oyó — Yo le prometí a YeonJun que iría a su presentación de baile y no puedo-

— Ve.

Soobin se calló. Su madre, una mujer de cabellos negros cortos se sacó el delantal blanco, puso el fuego a modo lento y se acercó a él sonriendo.

— Si ya haz hecho un compromiso entonces será mejor que lo cumplas ¿No? — tocó se mejilla con dulzura — Anda, arreglate y llévale algo como regalo. YeonJun es muy dulce así que no lo hagas esperar ¿Bien? Te amo mucho cielo.

— Eh...pero...

Un beso dejó en su mejilla antes de retirarse de la cocina dejándolo a él confundido. ¿Qué con esa actitud de su mamá?

Restándole importancia subió hasta su habitación. Debía buscar algo para ésta noche y un regalo.

Tras varios minutos salió de la ducha, se cambió por ropa casual, peinó su cabello y al mirar la hora casi se muere, sólo faltaban 10 minutos. Buscó por toda su habitación un regalo pero no halló nada.

Su vista se fijó en una cosa. La tomó y salió de ahí cual bala.

YeonJun miraba tras el gran telón a toda la gente, a sus padres sentados en primera fila y a lado de ellos a un pelinegro que al parecer acababa de llegar pues lo veía más que agitado

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YeonJun miraba tras el gran telón a toda la gente, a sus padres sentados en primera fila y a lado de ellos a un pelinegro que al parecer acababa de llegar pues lo veía más que agitado. Rió leve cuando miro como Soobin se había percatado de que se sentaría a lado de sus padres, su expresión le resultó tan graciosa pero tan linda a la vez.

— Es hora YeonJun.

— Sí, Lisa-noona — respondió a su profesora de baile.

Soobin aguantaba la respiración. Su cuerpo estaba tenso, él literalmente se encontraba a lado de los padres de YeonJun. Oh por dios estaba tan nervioso.

Todo eso se esfumó cuando aquel telón rojo se abrió presentándose ante sus ojos a un ángel con traje blanco haciéndolo ver aún más hermoso de lo que ya era. Sus mejillas se sonrojaron pero eso no impidió que sonriera cuando a lo lejos YeonJun le saludo con la mano.

Todo lo demás fue hermoso. El baile, y no supo si era efecto de las luces pero pudo jurar ver estrellas alrededor de YeonJun.

— ¿Y te gustó? — preguntó tímido mirando al pelinegro.

— ¿Bromeas? ¡Eso fue increíble YeonJun! — dijo emocionado.

YeonJun sonrió tanto como pudo, su corazón brinco de alegría y sin más abrazó al pelinegro quien enseguida le correspondió.

— ¡Ah casi lo olvido! — de su mochila sacó una rosa — Mamá me dijo que, debía traerte algún regalo por tu esfuerzo pero no pude encontrar nada más que esto. Te prometo darte un regalo mejor la próxima vez ¿Sí?

YeonJun miró el regalo. Una rosa de papel color roja muy bien hecha, sonrió tomándola miró a Soobin que igual sonreía. Su corazón latió tanto al mirar aquellos hoyuelos, no supo porqué tan sólo dejó caer su cabeza en el pecho blandito.

— Me encanta...gracias Soobin — musitó casi en un susurró.

Soobin parpadeó un poco, miro como YeonJun sonreía tan lindo como siempre. Él también lo hizo, guardando las palabras que quiso decir. Sólo se quedarían en lo más profundo de su corazón.

"Te regalaría tantas rosas sólo para verte sonreír"

No Juzgues A Un Libro Por Su Portada © || SOOJUN ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora