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Joy siempre había sido muy querida por todos, siempre había sido la consentida de la familia y había tenido todo lo que pedía y Jung Hoseok había sido una de esas cosas.

La primera vez que lo había visto fue en una cena muy lujosa por celebración al gran imperio que se estaba volviendo la empresa de su padre la cual cada vez lo hacía más y más millonario. Esa misma noche, junto a su madre había seguido a su padre para que les presentara a su mano derecha, aquel hombre el cual había estado con él en todo el proceso de crecimiento de su padre y el más importante de todos.

Casi podía haber jurado haberse enamorado a primera vista cundo vio a Hoseok despreocupado, sentado en un sofá siendo regañado por su padre el cual le decía que se sentara correctamente. Joy solo pudo reír cuando Hoseok le hizo caso y le hizo burla a su espalda.

—Él es mi hijo, Hoseok. Espero puedan llevarse muy bien. —Joy agradeció cuando ambos hombres la miraron siendo cómplices, dejándola sola junto a Hoseok. Había notado que Hoseok no tenía interés por ella desde la primera mirada. Hoseok ni siquiera se inmutaba cuando hablaban, parecía harto, cansado y un tanto irritado.

Pero Joy siempre tenía lo que quería así que no le importaba. Le gustaba Hoseok y tenía que ser su novio de una u otra forma.

Y entonces todo lo demás había ocurrido, su padre habló con el Hoseok haciendo que ambos salieran a cambio de una gran recompensa para el hombre, comprando a Hoseok por un gran puesto en la famosa empresa del ejecutivo Park.

Joy había pensado que Hoseok sería un simple capricho del cual se aburriría pronto, como siempre lo hacía, pero no había sido así. A pesar de que Hoseok a penas y era cariñoso con ella, se había enamorado como una loca, hasta parecía obsesionada con el chico cuando lo veía y sentía su corazón latir tan fuerte que temía por su vida.

Y por su irresponsabilidad y su terquedad, había quedado embarazada de él, siendo obligada a casarse con él y formar una familia formalmente.

Joy no había tenido problema, estaba de más decir que estaba feliz, emocionada e ilusionada. Pero no era estúpida, al contrario, tuvo que ser inteligente en todo momento. Hoseok no la quería, ella lo sabía, pero sabía que cuando estuvieran casados eso cambiaría y no tendría de otra, la amaría, a ella y a su hijo, y podría complacerla en todos sus caprichos como siempre había querido.

¿No?

Eso pensaba ella, hasta que en ese momento se encontraba desesperada, buscando en los cajones de Hoseok, buscando alguna prueba de que le fuera infiel que tuviera a alguien más en su vida y esa fuera la razón por la cual ni siquiera volteaba a verla.

Llevaba días sospechándolo, pensado que posiblemente Hoseok estaba con alguien más, por todo ese tiempo llegando tarde y sus constantes rechazos cuando antes ni siquiera lo pensaba dos veces para ser al menos una pizca de cariñoso con ella.

No era la primera vez que sospechaba, hasta el punto de vigilarlo en todo el día, pero siempre había descubierto que en realidad no la engañaba, hablaba con sus empleados, con vigilantes de la empresa, veía las cuentas bancarias. Era obsesivo, pero ella quería estar asegurada a toda costa y así sentirse tranquila y amada como siempre.

Pero esta vez era diferente, era de verdad, la indiferencia era diferente a cualquiera que antes había experimentado, ni siquiera la había besado desde hace poco más de una semana, no la abrazaba, solo la saludaba con un beso en la mejilla y se iba con su hijo.

Tenía que saber la verdad, una verdad que le dolería, pero no iba a hacer más que vivir la constante indiferencia del hombre que amaba.

Iba a descubrir con quien estaba Hoseok así fuera lo último que hiciera.

bonsoir monsieur ✦ hopevDonde viven las historias. Descúbrelo ahora