Capítulo 22: Huyendo.

48 4 0
                                    

Sé que le dije a Sebastian que no sobre analizaría lo que pasó entre nosotros en la boda de Martha y Tobías, pero como dicen por ahí: del dicho al hecho hay un gran trecho.

En mi defensa debo decir que el domingo me levante normalmente, desayune junto a Henry mientras discutíamos sobre el último capítulo de la serie que vemos juntos y luego nos sentamos en el sofá para ver una maratón de películas de Chris Evans —nuestro amor platónico—. Como ven todo iba de maravilla...

Pero todo cambió cuando la nación del fuego atacó... Ok no, todo cambió cuando en la tarde Tomas y su mellizo besucón irrumpieron en mi hogar y se quedaron con nosotros mientras veíamos Capitán América. Déjenme decirles que tener a un hombre increíblemente apuesto a tu lado mientras ves una película con no uno sino dos dioses griegos —porque en mi corazón también hay un lugar para Sebastian Stan— es realmente algo extraño, más aun si el hombre a tu lado te mira a cada rato como si quisiera besarte.

Todo el tiempo que Sebastian pasó en mi casa, yo estaba bastante tensa mientras que él se encontraba fresco como lechuga y eso no es algo muy justo pues él debería estar enloqueciendo igual que yo. Cuando llego la hora de la cena ordenamos pizza pues ni Henry ni yo teníamos ánimos de cocinar. Así que media hora después estábamos los 4 desperdigados por la sala mientras cada uno tiene un plato lleno de una de las mejores comidas del mundo.

—Chicos, por qué no nos dicen como les fue ayer en la boda —dice Tomas mirándonos pícaramente.

—Nos fue bastante bien supongo, Martha quiere que nos reunamos cuando ella y Tobías vuelvan de su luna de miel y Patricia realmente se puso muy celosa —responde Sebastian omitiendo la parte en la que nos besamos.

—Exacto —concuerdo con Sebastian—, fue de hecho una noche bastante divertida.

— ¿No pasó nada más? —pregunta Henry mirándonos sospechosamente.

Sebastian y yo nos miramos a los ojos por unos segundos antes de desviar la mirada y comenzar a negar con la cabeza.

— ¿Seguros? —pregunta Tomas uniéndose.

—Bueno, en realidad paso otra cosa —dice Sebastian mientras yo me pongo nerviosa pues no sé si quiero que los chicos sepan por ahora lo que ocurrió anoche entre Sebastian y yo.

— ¿Qué pasó? —pregunta Tomas realmente interesado.

—Andie me dijo que accedieron a ir con nosotros a la convención de libros disfrazados como Magnus y Alec —apenas esas palabras salen de su boca respiro aliviada.

—Pues sí, esta semana comencé a leer los libros y son realmente interesantes —dice Tomas—. Pero siendo honesto pensé que había pasado algo más entre ustedes.

—Yo pensé lo mismo —agrega Henry—, se están comportando muy diferente entre ustedes.

— ¿En serio piensan eso? —pregunto fingiendo desconcierto—, yo creo que estamos actuando igual que siempre.

—Tal vez un poco más civiles entre nosotros pero eso es solo por ustedes —agrega Sebastian—. Estuvimos hablando ayer y nos dimos cuenta de que debemos tratarnos un poco mejor por el bien de su relación, no queremos que nuestras peleas hagan que ustedes peleen.

—No podría haberlo dicho mejor, amigo —digo sonriendo fugazmente.

— ¿Ven? —Dice Tomas luego de unos segundos—. Sabía que algo paso entre ustedes ayer, de verdad me alegra que intenten ser amigos.

—A mí también —digo sonriendo mientras agradezco a los dioses por mis habilidades de actuación.

Comemos mientras hablamos sobre diversas cosas incluyendo series, películas, libros y música, y gracias a dicha conversación descubro que Sebastian y yo de hecho tenemos muchas cosas en común lo que causa que yo me confunda cada vez más pues se supone que Sebastian es mi némesis y se supone que las personas no deberían desarrollar sentimientos por sus némesis.

Mi segundo nombre es desastre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora