Kang Yerin está irremediablemente enamorada de su amigo de la infancia. Con la llegada de San Valentín, encuentra el momento perfecto para confesarle sus sentimientos, hasta que, junto con la explosión de los fuegos artificiales en el cielo, su cora...
❛ Aunque parezca raro, no puedo evitarlo. Me enamoré de ti ❜
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La preparatoria Serim albergaba incontables historias en sus pasillos. La mayoría, ocurrían en San Valentín.
Cada año, los estudiantes esperaban ilusionados su llegada, la cual veían como la oportunidad perfecta para confesar sus sentimientos. Debido a su gran éxito, los directores empezaron a tomarse muy en serio la temporada y decidieron hacer de ese día, una celebración en grande.
Muchas parejas se formaron gracias a la atmósfera romántica y al meticuloso trabajo de los presidentes del consejo estudiantil, quienes pasábamos una noche entera despiertos organizando cajas de dulces y decorando carteles con típicas frases melosas.
Fue en el último año escolar cuando decidí que iba a confesarle a Lee Jeno que estaba perdida y absurdamente enamorada de él.
Tras incontables votaciones, la escuela decidió que las fiestas se habían vuelto aburridas. Todos queríamos abandonar la monótona adolescencia y empezar a vivir experiencias nuevas, y así fue: ese febrero, viajaríamos a Jeju. Sin embargo, implicaría mucho trabajo: largas semanas para recaudar dinero vendiendo boletos, buscar un buen alojamiento, sitios para que las adorables parejas pudieran culminar su gran propuesta de amor, entre muchas otras cosas.
Odiaba San Valentín. Quizá porque estaba inmensamente celosa de las chicas que recibían flores y de sus citas perfectas, o porque me parecía una considerable pérdida de tiempo. Cuando eres la chica más odiada del salón y tienes tan pocas propuestas amorosas como habilidades para socializar, solo queda refugiarse en todas las actividades extracurriculares posibles para ganarte el cariño de los profesores y así poder entrar a una universidad de prestigio.
En cambio, Minji parecía disfrutar particularmente el perderse las clases importantes y pegar notas en los casilleros. Me quejé en voz alta mientras cortaba trocitos de cinta adhesiva.
ーEsto es ridículo ーbuféー. ¿Por qué el colegio le da más importancia a un día donde se regalan chocolates que a la feria de ciencias?
Mi compañera se encogió de hombros y extendió la mano hacia mi dirección. No parecía importarle mucho mi problema. Rodé los ojos y le di más cinta.
ーNo lo sé, Yerin ーrespondió, al cabo de un momento. Estaba demasiado ocupada encargándose de que los carteles quedaran simétricos como para mirarmeー. Tal vez porque a nadie le importa saber la composición de los elementos, cuando pueden conseguir una cita.
ー¿Tú también esperas eso? ーpregunté, sorprendidaー. Me parece que tanto tú como yo tenemos aspiraciones más grandes que organizar un tonto viaje para juntar a parejas que van a terminar antes de entrar a la universidad.
De un salto, regresó al piso. Movió la escalera de lugar y se trepó nuevamente para continuar con su parte del trabajo.
ーMe parece que estás siendo muy negativa con esto ーse quejóー. No todo se trata de estudiar y preocuparse por el futuro, también tenemos derecho a divertirnos. Además, estoy comenzando a verlo como una oportunidad. Piénsalo bien: confesarle lo que sientes al chico que te gusta durante el campamento es lo más romántico que existe.
