Capítulo 5:Cambios en el palacio -Fui a ver a la persona que amas.

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Ir a la ciudad real desde la posada donde todos se estaban quedando, tomaba al menos medio mes, aún si viajaran día y noche. Los caballos que llevaban eran excelentes, y con un golpe del látigo correrían como si estuvieran en las nubes. Duan Yao insistió en viajar en el carruaje al principio, pero después de recibir tres o cuatro golpes en la cabeza, finalmente abandonó reaciamente el calentador y salió a cabalgar con el resto. El viento soplaba en el camino de la montaña, y sentía que sus oídos se congelarían, y su nariz y mejillas enrojecieron, por lo que maldijo a Duan Baiyue para sus adentros.

Si el maestro volvía a tomar prestado un cadáver para revivir, la próxima vez ¡debía hacer que se llevara a su hermano también!

El frío de esta primavera parecía ser particularmente largo. Los sauces estaban llenos de flores en ambos lados de la carretera, pero el aire aún estaba frío. El puesto de desayunos calientes estaba abarrotado de gente. Después de comer un cuenco de gachas con aroma a filetes de pescado, sus manos y pies finalmente se calentaron. Duan Yao se limpió la boca y pagó, y luego regresó a Jinxiufang, el punto de contacto secreto del Palacio de Xi Nan en la ciudad real. A simple vista era una tienda de telas. El dueño se llamaba Zou Man, y su nuera fue la nodriza de Duan Baiyue. Ella había sido enviada a la Ciudad Real hace más de diez años.

—Tío Zou. –Duan Yao lo saludó con una bolsa de bocadillos. —¿Dónde están los demás?

—Todos están en el estudio. — Zou Man le indicó que bajara la voz. –Su Majestad no parece feliz, así que el joven príncipe debería tener cuidado.

¿Otra vez no está feliz? Duan Yao estaba confundido. Había estado tan ansioso de venir a la Ciudad Real antes, pero ahora que finalmente ha llegado, ¿no debería haber una celebración? Incluso pensó que en la noche habría un banquete.

—¿El joven príncipe trajo esto para él? –Zou Man le preguntó. –Estos bocadillos se ven realmente buenos, pero es mejor comerlos mientras estén calientes.

—Dáselo a la tía Zou. Mejor no me meto en problemas. –Duan Yao le pasó la bolsa de bocadillos, para evitar estar involucrado en problemas.

—Oh, oh, ¿A dónde va, joven príncipe? –Zou Man lo llamó.

—¡Saldré a dar un paseo! –Duan Yao pisó la copa de un árbol y salió por el muro del patio.

A Zou Man le dio dolor de cabeza al verlo. El Rey había dicho que había venido en secreto, ¿por qué el joven príncipe estaba corriendo por ahí? Si alguien lo veía sería terrible, después de todo, era el propio hogar del emperador.

Aunque la Ciudad Real era grande, Duan Yao no era del tipo de persona al que le gusta mirar la diversión que ofrece la ciudad. Después de caminar sin rumbo durante un rato, vio la casa de empeño Hongyun.

Casa de empeño Hongyun...¿es donde se está quedando Shada? Duan Yao miró a su alrededor y vio que nadie estaba mirando, así que entró por la puerta trasera.

En el patio habían gallinas.

Duan Yao: —...

Viendo a alguien irrumpir, las gallinas pensaron que venían a ser alimentadas y corrieron hacia él, arrullando. Duan Yao estaba llorando por dentro, pero escuchó que alguien se acercaba caminando.

—Ves, las gallinas tienen hambre. –Después de que la puerta de madera se abrió, dos hombres entraron, uno delgado y uno gordo.

—No es lo mismo que antes. Ahora hay invitados en casa, es mejor tener más cuidado. –Dijo el hombre delgado. —Presta más atención al movimiento afuera, no sea que haya problemas nuevamente.

La Estrategia del EmperadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora