Con el objetivo de cumplir el sueño de su padre. Wei WuXian y Jiang Cheng ingresan a la más prestigiosa preparatoria del país.
Por otra parte, Lan WangJi está listo para un nuevo periodo académico. Sólo dos años lo separan de su ingreso a la Univers...
Quizá no todo era tan malo y la suerte había empezado a sonreírle.
Wei WuXian no se encontró con el guardaespaldas de Wen Chao al salir. Caminó lo más rápido que pudo sintiendo escalofríos y el cuerpo pesado. Estaba empezando a transpirar y sus parpados querían cerrarse. Pero no lo permitiría.
Llegó a un ascensor, ni siquiera se molestó en averiguar en qué piso estaba, simplemente presionó el botón '1' y esperó recostándose en la pared más cercana a la puerta.
Cuando llegó a su destino. Abrió las puertas y se encontró con algunos huéspedes que ingresaban al ascensor, lo miraron, pero Wei WuXian siguió de largo. Hizo lo mismo con el personal en la recepción, incluso escuchó que lo llamaron preguntándole si se sentía bien, le pareció que hasta le ofrecieron ayuda. No obstante, Wei WuXian no quería nada de ése lugar, quería alejarse, salir de allí lo más pronto que pudiese. Sus pensamientos se nublaban y se sentía cada vez más débil.
Al cruzar la puerta a la calle pudo sentir la fuerte brisa nocturna golpearlo. Tembló y se abrazó así mismo. No sabía qué hora era, pero había pocos transeúntes en la avenida. "¿Debería llamar a un taxi...? ¿a dónde me dirijo...? Es más que seguro que ya haya pasado el toque de queda en las residencias... en mi estado no lo lograré por la entrada secreta..." Wei WuXian evaluó sus opciones, tendría que llamar a alguien. "Lan Zhan..." La idea se desvaneció tan pronto como apareció. Su celular no servía. Lo sacó nuevamente de su bolsillo para corroborarlo y quizá con una mínima esperanza que se permitió tener.
—...Sigue muerto...—apretó fuertemente el equipo. ¿Qué haría ahora?
Por la fuerte presión y sus manos húmedas, el celular resbaló de sus manos. Wei WuXian hizo una mueca y demoró en agacharse para recogerlo. Estaba haciendo su mayor esfuerzo al levantarse sin tambalear cuando alguien lo llamó.
—¿Wei WuXian?—era una mujer.—¡Oh Dios mío! ¡Luces terrible! ¿Estás bien? ¡Ven, déjame ayudarte?—lo tomó por uno de sus brazos.
Wei WuXian que se había estremecido al ser reconocido levantó el rostro para verla. Todos sus sentidos deben haber sido afectados por la fiebre, le costó más de dos segundos a su cerebro reconocerla. Pero pudo soltar el aire que estaba conteniendo con anticipación. Era MianMian.
Wei WuXian—...Sabes que suelo verme mejor...—trató de sonreír.
Ahora de pie y más estable con la ayuda de MianMian, el cuerpo de Wei WuXian decidió que era el momento de ceder ante la fiebre. Se desplomó cuando trataba de explicarse.
MianMian gritó asustada al sentir que Wei WuXian perdía la consciencia, pero logró evitar que impactara contra el suelo. A unos metros de ellos, al ver la escena, un hombre se les acercó presuroso.
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