I

944 118 90
                                    


-

Las voces desaparecieron y solo quedó un silencio.
Sabía que se habían tragado el cuento de que estaba  "durmiendo".
Me levanté del sofá y subí las escaleras y escuché el ligero sonido de la ducha.

Ella estaba ahí.

Y yo aquí.

Estábamos solos.

Esperé pacientemente en el sofá, cuando oí sus pasos acercándose.
Se veía fresca, con el cabello aún húmedo. Traía un short corto y una blusa de tirantes.

—¿Dónde están todos?Preguntó algo confundida.

Sonreí.

Fueron a buscar algo para cenar, como estabas duchándote no te esperaron y yo pues estaba dormido.

Y realmente tenía algo de verdad. La ciudad estaba como a una hora de esta casa, tenían hambre y prisa pero demorarían un poco.

Se sentó y empezó a teclear su celular. Cruzo las piernas y se empezó a jugar el labio superior con el dedo.

No lo hagas... —susurré.

—¿Qué?— dijo sorprendida.

No me tientes, sabes que contigo no tengo control.

Adelante, no te reprimas, descontrólate, total, ya estamos jodidos los dos.

Al ver mi cara de frustración continuó hablando.

Mejor me voy, iré a hablar con alguien más.enfatizó lo último.

Me levanté y la tomé de la mano y la llevé afuera. Ella podía soltarse pero no lo hizo.

—¿No te cansas? —mencioné.

Arrugo el ceño y desvío la mirada hacia la piscina.

No se de lo que hablas, Bastián.— dijo segura de si.

No, si que lo sabes Rebekah.

Apretó los labios y seguía mirando a la piscina.

Me sentía desesperado ante su indiferencia.
No debí caer.
Me acerqué a ella y la tomé de su rostro, eso hizo que nuestras respiraciones se mezclaran.

Me siento fuera de mi, este no soy yo.— dije mirándola a los ojos.

—¿Y crees que yo tengo la culpa? respondió a la defensiva.

Su respuesta hizo hervir mi sangre.

Sí, porque yo no soy este maldito loco queriendo llamar tu atención.

Sonrió.

Yo no te pedí esto. Era un juego de seducción y perdiste.

Soltó con toda la calma del mundo.

—¿Es enserio Rebekah? Vienes por temporadas a mi casa, me propones este juego sexual y después finges que no pasa nada. ¿De que se trata?

Exhaló alejándose un poco de mi.

Fue un error lo sabes bien, no puedo resistirme a ti, quería probarte, sentirte, pero es un jodido problema porque somos familia.

Empezó a caminar y a dar vueltas, estaba enojada lo sabía, porque yo igual me sentía así. Necesitaba calmarla así que la tomé de la cintura y nos tiré a la alberca.

Fue algo estúpido porque no tomé aire suficiente hasta que salí a la superficie. Pero mi atención se desvió al oír como Rebekah tosía y gritaba mi nombre, mierda había olvidado que no sabe nadar.

YūgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora