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Nunca había entendido la definición de amor real hasta que me tocó dejarte ir.

Cuando era chiquita pensaba que el amor era caminar de la mano por la calle, recibir y regalar chocolates y adoptar un perro juntos.

Pero cuando crecí la vida me dio una cachetada de realidad. Quizás algunas personas sí lo habían conseguido, pero en mi mundo no existieron los paseos de la mano a la luz del día, hubo chocolates y regalos escondidos y nunca estuvo en los planes hacer nada juntos que implicara demasiado compromiso.

Afuera el viento amenazaba con arrancar los árboles desde su raíz, pero mi abuela decía que el viento limpiaba. Nunca supe bien qué significaba aquello, pero pensarlo me hacía bien. En días nublados te extrañaba más y sobre todo contemplaba la idea de que el amor para mi había sido tan intenso que no me había dado tiempo a vivirlo con normalidad.

Cuando me enamoré por primera vez, desde la raíz, desde lo más profundo, tenía veintitrés años, para algunos muy tarde, para otros muy temprano, para mi la noción del tiempo jamás existió.

Me gustaba pensar que un día ibas a estar caminando por la calle y un aroma, una imagen, un estímulo cualquiera, te iba a recordar a mi.

Sin motivo, solo porque sí, ibas a extrañarme.

Nunca sabré si eso pasará algún día, pero los recuerdos de el amor más grande que sentí me inundaban de vez en cuando.

Muy al contrario de lo que podían pensar los demás, me sentía afortunada. Hay personas que jamás pudieron sentir lo que es el amor real.

Yo lo tuve y aunque el verbo es pasado no deja de ser una bendición. Descubrí que tenía la capacidad de amar y eso me parece mágico. No sé si algún día volveré a hacerlo pero sé que dentro de mi hay un poder gigante de amar.

Una taza de café vacía, una ventana, mis gatos y un paisaje desolador que te trae y te aleja a cada rato. Y pienso en tu pelo negro sobre mi almohada, tu olor, tus manos acariciandome y haciendome olvidar de los dolores del mundo.

Pero miro hacia afuera y nada de eso existe. Una casa llena de ausencias que algún día fueron presencias y estoy yo acá adentro. Entera.

Ahora puedo mirar hacia atrás ya sin tanto dolor y sé que dejarte volar fue lo que me mantiene viva.

Por muy contradictorio que parezca, supe que te amaba de verdad cuando te dejé de ir.

Cuánto de amor hay en la libertad y qué poco hablamos de eso.

Hay días que sueño con tus ojitos chinos llenos de brillo y tus cosquillas por las mañanas. Algo duele dentro pero sana cuando recuerdo que en ese tiempo tus miradas fueron para mi. Por otros caminos nos llevó la vida y sinceramente sé que es lo mejor.

Pero qué hermoso fue el amor y cuánto dolor trajo tu ausencia.

¿No es maravillosa la capacidad que tenemos de amar y de doler?. Es increíble que como seres humanos podamos albergar dentro nuestro tantos mundos infinitos de emociones.

Con vos descubrí todas y cada una de ellas y te voy a agradecer siempre por ese regalo.

En mis sueños más locos y fantasiosos sueño que voy caminando por la calle y te cruzo, estás lindo como siempre y me regalás las mejores de tus sonrisas. Y yo siento mi pecho agrandarse porque el hilo rojo volvió a desenredarse.

Cuando me despierto el mundo vuelve a ser un lugar frío pero me encanta saber que en un mundo paralelo quizás seamos dos y estemos construyendo la vida que aquí no pudimos.

¿Quién sabe no? En definitiva cuando uno deja volar algo al aire nunca sabe cuando se lo va a volver a topar. Ya no lo espero, continuo con mi vida como yo lo deseo para vos. Pero qué grata sorpresa de la vida sería que un día dando la vuelta a la esquina el viento te traiga hacia mi.

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Esto salió únicamente por necesidad personal, ya veré si lo continuo transformandolo en personajes de ficción o solo quedará en el bonito recuerdo de una catarsis. 

Gracias por leer ♥


TW: Nadiadpr

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