PRÓLOGO 1. FUTURA CAPITANA.
Su melena negra se movía contra el viento, ella tenía la mirada fija en el mar. - Hija. - La llamó una voz gruesa a su lado, ni siquiera se volvió hacia él, solo sonrió esperando a que su padre llegara a su lado.
- ¿Ya te calmaste? - Preguntó ella, oyó el suspiro de su padre y con solo mirarlo supo que buscaba las palabras para disculparse.
Su padre era un hombre duro, con mirada impenetrable. Estaba acostumbrada a su actitud fría, pero ese día había cruzado la línea, él solo quería lo mejor para ella; que fuera independiente y especialmente, que cuando él ya no estuviera allí para ella, fuera la mujer que siempre imaginó que sería.
Se acercó a su padre y lo abrazó con fuerza por las piernas (ya que él era un hombre alto, de casi un metro ochenta y ella tenía la estatura promedio de una niña de seis años), él la tomo en sus brazos y la alzó.
- Lo lamento - Le dijo a su hija, y vió como ella levantaba su manito, le quitaba su sombrero de capitán y se lo ponía en la cabeza cubriendo la mitad de su rostro.
- Más te vale que sea la última vez escoges a James para lanzar los cuchillos en el entrenamiento. Sabes bien que si fuera por él, me cortaría el brazo. - Dijo con tono mandón y él rió un poco.
- Y tú a él también. - Dijo en tono de burla y vió cómo ella lo asesinaba con la mirada, tal y como su madre, dura como una roca.
- No me da gracia. - Replicó ella en tono de berrinche.
- Oh claro que sí. - La contradijo lanzándola hacia arriba, vió cómo su hija se sostenía de una de las cuerdas del mástil como él le había enseñado.
- La verdad... No. - Dijo ella sonriendo y le lanzó su sombrero, subió hasta la punta del mástil -fuera de la vista de su padre-, se sentó y por fin dejó escapar las carcajadas que había estado aguantando todo ese tiempo.
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Red Seas
AdventureAlguna vez te preguntaste cómo el destino puede cambiar? Cómo puedes desear algo sin saber que lo deseas,ni cuáles son sus consecuencias? Cómo los prejuicios que nos creamos de las personas son sólo lo que las apariencias engañan? y aunque nos cuest...