VI: James Potter
Umbridge era una bruja cruel y horrenda, había discutido con ella tantas veces que su mano ya no le dolía la marca "debo dejar de decir mentiras" más bien solo era la necesidad de herirla, ya quería ver su cara de terror al saber que era el maldito hijo de Voldemort y que ella estaría más abajo de lo que hubiera querido, la destrozaría.
Dumbledore había actuado con cariño, cosa que realmente le extraño y le sorprendió a partes iguales. Lo que le empezaba a irritar era que más de una vez trató de meterse en su mente sin su permiso, lucho contra él justo como Snape le había enseñado, aquel viejo manipulador estaba más raro que nunca.
Sumándole que su mal humor empeoraba cada segundo, era irritable, castroso, pésimo y mal perdedor. Solo Draco lo calmaba.
- Pero él no fue. - Gruñó. - Es una estupidez, ¡es inocente!
- Ya lo sabemos, Harry...
Volvió a leer el periódico por cuarta vez. Regulus se había dejado ver cerca de Francia y toda la comunidad mágica se entero por lo que Sirius estaba bajo custodia solo por ser su hermano, sabía que era parte de el plan de su padre y más porque Sirius tenía la marca pero aún así se había mantenido con el perfil bajo para que sospecharan de él.
Nadie le decía nada, no se habían tratado de comunicar con él y Snape tampoco le daba respuestas concretas más que un simple "pronto lo sabrás", y eso le empezaba a alterar cada vez más, se estresaba con facilidad.
- Debemos hacer algo.
- ¿Qué quieres hacer?
- No lo sé.
Volvió a leer aquel periódico, la mayoría de sus a amigos, conocidos y los del parte del ED le daban pequeñas miradas llenas de pena, como si con eso Sirius fuera libre nuevamente, los empezaba a detestar como nunca lo hizo con nadie. Hizo bolita aquellos papeles y los dejo caer en medio de la mesa para consentrarse en su desayuno y en una idea de como comunicarse con su padre y exigirle respuestas.
°°°
- ¿Listos?
- Sí.
Se desaparecieron juntos, los dementores no les hacían nada porque Voldemort estaba ahí, ellos le obedecían, caminaron por los pasillos llenos de celdas, habían alejado a todos los guardias de turno, los lanzaban a el mar, los mataban, les daban un obliviate, les torturaban o simplemente los dementores les daban su beso.
- ¡Mi señor!
La voz siempre ruidosa, alta y con una emoción demasiado fuerte sonó en la celda donde Bellatrix Lestrange se encontraba, una de sus mejores mortifagas. Era la primera vez desde hace tanto que él hacía las misiones en primera persona ya que le gustaba el anonimato, pero siempre habían excepciones cuando James Riddle estaba de por medio, como estaba planeado se fue hasta la torre más alta de la prisión.
El enojo le carcomio por completo, la furia, la necesidad de protegerlo.
James estaban en el suelo frío y sucio, hecho bolita con las ropas que le correspondían y temblaba ligeramente seguramente por el frío que hacía esa noche en específico como si el mundo debería saber que estaba sucediendo.
- James.
Susurro, no podía hablar más alto, le dolía tan solo verlo así. Su aspecto volvió a cambiar al que su esposo conocía, alzo la cabeza viéndolo y sonrió antes de negar con la cabeza y murmurar "no es real" sin parar. A su lado, Lily Evans estaba igual. Sabia que todos sus Mortifagos estaban dañados por los dementores pero ya no tendrían porque estar ahí. Se alejo, lleno de enojo su varita soltó pequeñas chispas ansiosas de ser usada después de tanto tiempo.
ESTÁS LEYENDO
Forever
FanfictionTom Riddle, Voldemort, quien no debe ser nombrado, el señor oscuro... Cómo lo conozcas, fue un joven que se había enamorado sin querer quitar sus pensamientos en gobernar el mundo. James Potter, joven casonova y desastroso, enamorado de alguien que...