capitulo 2

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Su presencia silenciosa era imperceptible, tan tranquila con sus bellos ojos azules que anilizaban su alrededor silenciosamente, observando cada movimiento, escuchando cada palabra y contabilizando cada tiempo.

Atenta a su alrededor buscaba a quien se encargó de ella, Clover, no era la mejor persona, no podía serlo si la tenía atrapada allí, pero era mucho mejor que otros médicos

Podía sentir el picor de sus muñecas llenas de ardor, la desagradable sensación viscosa de la sangre resbalar por su frente la mantenían despierta, y probablemente saber que seguía sangrando generaba en ella una sensación parecida a la tranquilidad, saber que su sangre era roja, era humana, la mantenía un poco más cuerda en aquel lugar.

Mantienia la cabeza arriba, orgullosa de su vida y su cuerpo, por sobre todo de su habilidad, se mostraba increblantable y rebelde en silencio, su actitud arrogante hacía gruñir a los médicos y a los guardias apretar sus puños, ella solo estaba ahí, pero su silencio decía más que mil palabras, era una mujer inteligente que no necesitaba golpear y gritar para mostrar su desacuerdo con la situación.

Ella era diferente, sin ser violenta pero destruía con palabras mordaces que llevaban a la locura, leía a las personas y golpeaba su fibra más sencible que hacía al personal del hospital temer escuchar su suave y bella voz femenina.

La percepción del tiempo es confusa, pero la experiencia le da una idea  de qué hora era más o menos.

Luego del incidente con 002, Clover declaró un descanso para su destruido cuerpo, el hombre le dijo que saldría por la tarde, en su mente cuenta cada segundo desde anoche y cree que puede decir que eso sería pronto

Con cada segundo que tarareaba en su mente, sus ojos vacíos y profundos nunca dejaron de observar, veía los cadáveres ser sacados, veía nuevas víctimas llorando confundidas por el lugar donde se hallaban  y los científicos hablar sobre nuevas pruebas, nada raro, solo una rutina en lo que eran las instalaciones

Su corazón palpitaba con fuerza, una emoción que no era visible en su cuerpo, agitaba su respiración, la ansiedad de poder finalmente ver a 010 y 009 era gratificante, finalmente los médicos se apiadaron y los dejaron tener una mínima interacción social.

Entre el ir y venir de sus ojos, captó una clara figura joven y masculina ser trasladado, el hombre estaba apeleado, lleno de moretones y sangre, pero sobre todo, enfurecido.

Ella suspira, era la rebeldía salvaje lo que permitía una esperanza en que saldrían de ahí, que 009 estaría a su lado sonriéndole sin dejarla sola por nada del mundo.

Fue repentino, 009 no había mostrado una intención previa de querer atacar, verlo golpear a uno de esos imbéciles la sorprendió incluso a ella, su corazón dió un vuelco placentero, mordiendo sus labios para reprimir la sonrisa que quiso salir cuando la sangre de los doctores manchó el suelo por una sola persona restringida.

Su emoción se evapora tan rápido como vino, el joven se paraliza y comienza a gritar entre temblores agonizantes que aceleran su corazón y la mujer siente su pecho doler tanto como el suyo, odiando verlo sufrir de la misma manera que lo estaba haciendo.

Pronto familiares gritos lejanos entraron en sus oídos, resignada cierra sus ojos sabios y finge no estar ahí, perdiéndose en un mundo rosado y de gatos, pensamientos intrusivos de una vida sin habilidades, una vida libre con sus amigos, dónde podía sonreír libremente y dónde no todo fuera dolor. Fueron tan fuertes que apretó sus dientes, odiando con su vida ese tipo de sucesos

Entre abre sus ojos que muestran por un segundo una capa de puro dolor, deseando no por primera vez desaparecer del mundo.

Abriendo por completo sus ojos, posa una mirada fría que carece de emociones, traga saliva al ver que, el causante que hizo despertarla de un sueño despierto es la reja ser abierta, no se muerde la lengua ni parpadea en confusión, no cree haber perdido la cuenta del tiempo en su imaginación, pero ahora era imposible, incluso si sigue dudando que siquiera fuera las 2:00pm. Entre las pupilas negras de sus ojos azules se refleja un hombre viejo y familiar, en sus manos arrugadas hay una bandeja que porta un plato de sopa fría y desabrida, con una cuchara de plástico rota y una caja de jugo viejo, indiferente deja la bandeja frente suyo y libera sus muñecas de las pesadas grilletas

Mi Libertad (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora