Capítulo 1

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De nuevo una fría mañana que felizmente no tenía que ir a la universidad, estaba saliendo de una clínica, el día estaba nublado y yacía los débiles rayos de sol cayendo sobre los habitantes que caminaban de allá para acá como hormigas. Tenten mantenía sus manos debajo de sus axilas para coger un poco de calor a través de ellos, de su boca salían pequeñas figuras blancas debido a su aliento, caminaba tranquilamente por esas calles con el deseo de llegar a su casa lo más pronto posible, aunque no a su casa, mejor dicho a su departamento, tenía planes que hacer pero lo que faltaba eran la ganas de hacer esos planes, ella usaba un casaca roja mientras que  sus chongos y trenza adornaban su estilo y resaltaban su belleza.

Iba caminando y vió un tienda con dulces de fruta, sonrió ante el pensamiento que se le vino a la cabeza donde ella tomaba un té acompañado con uno de esos dulces, sin duda una delicia; volteó su cuerpo decidida a entrar a la tienda pero una voz la detuvo.

–Oye, ¿podrías moverte? –Tenten volteó la cabeza y vió a un hombre con ojos raramente visto, cabello algo castaño largo y para que tapar el sol con un dedo, era bastante guapo.

–¿Eh? ¿Qué sucede? –No sólo logró ver a esa persona, sino a un aparato que sujetaba una cámara.

–Estoy tomando fotos a aquella chica y estás interrumpiendo –mencionó fastidiado.

Si, nuestra Tenten se había metido en plena sesión de fotos, abrió los ojos y sintió que sus mejillas ardían más que el sol esa mañana, justo en frente de la tienda había una chica con voluptuosas curvas y vestida con un traje de colores que señalaba muy bien cada parte de su cuerpo... ¡QUE HACÍA ALLÍ! ¡ESTABA DANDO VERGÜENZA!

–Eh... Y-yo... Lo siento –La castaña ya estaba chorreando sudor y muerta de los nervios, era la única tonta en medio de todo eso, hizo una reverencia al fotógrafo y patitas para que las quiero, salió lo más rápido posible.

Cuando llegó al otro tramo de la calle, igual llena de gente, quiso ir a su departamento pero todo estaba muy entretenido así que se quedó a observar un poco más todo aquello y al parecer ya estaban por terminar y así fue, un señor de contextura gruesa se acercó al fotógrafo y le estrechó la mano, la gente que estaba al lado de Tenten comenzaban a seguir con su camino y poco a poco la calle se iba liberando de tanta persona. Tenten aún tenía ganas de unos bocadillos, entonces cuando todo se ligeró fue a la tienda que por suerte ya estaba atendiendo y compró su dulce, salió y también siguió con su camino como todos los demás aunque con un poco de pena por lo que pasó.  

Mientras iba con el pedido en mano y cabizbaja, tropezó con alguien y claro que ella ya estaba lista para sentir el alegre abrazo del suelo pero siguió esperando hasta que cayó en cuenta que la estaba sujetando aquel tipo guapo, aquel fotógrafo, cómo si del mismo demonio se tratase, Tenten se separó de él rápidamente con las manos sudorosas.

–¡G-gracias! –No era de avergonzarse pero que podía hacer, las circunstancias le ponían así.

–Ten más cuidado...y de nada –sólo Dios sabe que idea habrá formado él de Tenten... ¿Una chica sumamente torpe? cerró los ojos y se despidió con la cabeza para seguir, su voz era muy tranquila y segura.

Dió como tres pasos y no más porque fue detenido por la voz de Tenten.

–¿Si? –Dijo volteando su rostro.

–Esta imagen es tuya –Antes de entregarsela, miró a la imagen muy bien, era bastante hermosa, una imagen de la playa, los colores naranja, resaltaba sobre todo el amarillo del sol, Tenten lo admiró muchísimo y dió vuelta a la imagen.

Neji Hyūga, “el ocultar del sol”.

¡Wow! Esa caligrafía era maravillosamente e increíblemente horrible, claro que sin ofender pero era la verdad, Neji Hyūga podría ser bueno en todo pero caligrafía...no. La imagen se escapó del bolsillo de Neji cuando estaba atrapando a la chica torpe o eso pensó él.

–Neji Hyūga... Está imagen te pertenece, Neji –sonrió como si fuera de lo más normal, tomando confianza.

Neji al escuchar su nombre volteó el cuerpo entero y recibió la imagen con sutileza pero su cara no decía lo mismo, parecía que estaba enfadado.

–Gracias –Y siguió con su camino.

Vaya, uno solo quiere ser gentil y te pagan con una mirada fría, que mundo es este.

Sin más ella también marchó, ahora parecía como si Tenten fuese una acosadora, iba tras él y no es que fuera así, sólo que por donde iba Neji, era el camino a su departamento y el Hyūga si se dió cuenta de ese detallito, no le dió importancia al principio y caminó con normalidad por unas cuadras más... ¡Acaso esa mujer le quería robar o que!, ya era bastante coincidencia de que le ande siguiendo como pollo a su madre por 7 cuadras.

No aguantó y volteó para enfrentarla.

–Si quieres robarme, no soy el blanco indicado, ladrona –soltó con voz fuerte y llamando la atención de la gente que pasaba por allí.

Tenten paró en seco y miró a su alrededor ¿A quién le decía ladrona?

–¿Estás bien, Neji?

–No digas mi nombre, ahora mismo llamaré a la policía

–Pero que te pasa, ¿Acaso sufres de esquizofrenia?

–Cállate ladrona, no pienses que no me he dado cuenta de que me vienes siguiendo

Algunas personas caminaban lento para saber que pasaba, ya habían armado un escenario.

–¡¿Eh?! ¡No te estoy siguiendo! Lo que pasa es que el camino que recorres es también el camino para llegar al sitio donde vivo... –miró a un lado– además,  no seguiría a tipos amargados como tú –susurró con aire de molestia.

Ya imaginarán la cara de Neji al saber que su teoría no fue cierta, que quedó como un tonto ante la gente y que sí logró escuchar lo que susurró Tenten.

–Tsk –el orgulloso Neji ni siquiera se disculpó, dió media vuelta y se fue molesto. S

«Orgulloso de pacotilla»

Tenten estaba por matarlo a golpes pero tenía una dignidad que cuidar, siguió caminando y llegó al lugar esperado, espera... ¡¿Ese gruñón vivía frente a ella!? ¡Como y cuando sucedió!, enarcó los ojos y sí, observó cómo cerró la puerta tipo «Váyanse al carajo», sin duda ese día no era el mejor, ahora tenía a su vecino como enemigo y eso le importaba un comino.

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Llegó, dejó sus cosas en la mesa para después sentarse frente al computador y revisar las fotos que había tomado en su tiempo libre mientras tenía en la mente lo que le había pasado hace diez minutos, se atrevería a decir «Que mujer tan vulgar», no podía creer que ella fuera su vecina y rogaba en sus adentros de que no se la vuelva a encontrar nunca de los nunca jamases porque él no era un chico de paciencia ilimitada, su celular emitió un sonido y empezó a vibrar.

–Hola Lee, ¿qué sucede?

Por todos los dioses de la tierra, la voz de Lee por poco y destroza los tímpanos de Neji.

–Lee, calmate ¿quieres? y habla ya... Ajá... No cuentes conmigo... Porque no sirvo para eso, sé jugar básquet pero no quiero participar... No lo haré y punto Lee... Por mi que pierda, no me afecta en nada... No es no –Neji cortó la llamada dejando a Lee desesperado y con el corazón roto.

Pero que descarados, no participaría ni de broma, el equipo de su universidad era el menos popular de todos, el entrenador era un hombre el cual parecía de esas propagandas de bebidas energéticas, siempre tenía energía para todo al igual que su alumno favorito: Rock Lee, sinceramente esa no era la primera vez que le rogaban ser parte del equipo. Suspiró y agarró su cabello hacia atrás para sujetarlo con una liga, para finalmente hacer los trabajos de la universidad y después seguir con lo que tenía que hacer un fotógrafo.

Te amaré en la enfermedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora