43. El Tiroteo.

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CAPÍTULO 43

EL TIROTEO

ALEX

Lo vi todo perfectamente y el corazón se me paró en un instante, se me había roto. Un vacío se ocasionó en mi interior cuando vi a Victoria besándose con otra persona. Y no era alguien cualquiera, sino nada más y nada menos que el profesor Gerard. Todos esos rumores que decían que ella tuvo algo con él eran totalmente ciertos y ella me los negó. No me importaba lo que Victoria hubiera tenido en su momento, pero lo que me acababa de hacer era una traición en primera regla. Me había engañado y no sabía si durante estas semanas lo había estado haciendo con otros chicos. Nada más pensar en eso mi organismo entró más en caos. Miles de elefantes pisotearon mi corazón, rompiéndomelo en mil pedazos que se clavaban en mi piel.

Este tormento me estaba desgarrando por dentro. Mis pulmones no funcionaban. Una presión inhumana me impedía poder respirar. Me imaginaba las garras de un león arañando mi corazón hasta dejarlo sin respiración. No podía aguantar todo este dolor insoportable, pues me estaba matando lentamente. Victoria Watson había conseguido destruir ese corazón que tanto esfuerzos me había costado entregárselo. Quería demasiado a esa chica y ella había jugado conmigo, tal y como yo le rogué que no hiciera.

Me sentía traicionado. Confié en ella, en sus dichosas palabras. Siempre creí en ella cuando Lee no paraba de advertirme de las consecuencias. Debí haber confiado en las palabras de mi mejor amiga. Ella la conocía desde hace tiempo y sabía cómo era Victoria. Las únicas intenciones de Lee fueron evitar que acabase como estaba ahora, con lágrimas que no paraban de salir por mis ojos y con una aflicción indescriptible en el pecho que me impedía poder respirar.

Antes estuve hablando con Lee para aclarar las cosas y pedirle perdón por todo lo sucedido. Quería arreglar las cosas con ella. No obstante, no pude ocultar lo que tenía con Victoria. No quería seguir mintiéndole ni ocultándole más cosas de mi vida. Mi mejor amiga no dio crédito a lo que le dije y fue ella quien me avisó de que Victoria se había ido de la fiesta con el profesor Gerard, insinuándome que yo solamente era un juguete más para ella.

En cambio, eso más bien me alarmó. Aún recordaba la foto que le robé al profesor y esa pista me dio a entender que él podría estar detrás de todo. El miedo a que le pasara algo malo a Victoria me comió por dentro. No obstante, haberla visto en esa clase besándolo, me estaba matando por dentro.

Me creí todas sus bonitas palabras. Pensaba que todo marchaba bien con ella. Pero era de esperar. Lee me lo advirtió y, sin embargo, yo no le hice caso y me fui con Victoria, dejando a mi mejor amiga de lado...

Entré de nuevo en el gimnasio, donde la música aún retumbaba por todas las paredes y los estudiantes se divertían bailando. El ruido se asomaba por mi cabeza en forma de eco.

Me dirigí al cuarto de baño para limpiarme las lágrimas de la cara. Ya suficiente sufrimiento había tenido durante el recorrido de mi vida como para que ahora me pusiera a llorar por una chica. Era verdad que la quería mucho, mas no se merecía mi llanto después de lo insensible que había sido. Entré en el baño y para mi sorpresa me encontré con Dexter besándose con otro chico. Cuando me escucharon entrar, se separaron rápidamente.

No tenía ni idea de que a Dexter le gustaran los chicos. No sabía que era gay o bisexual. Nunca lo vi con algún chico. Aunque ahora que lo pensaba, tampoco lo vi con ninguna chica. Él solo hacía bromas, pero nunca lo vi tener algo con alguien. Entonces, todas las veces que lo emparejé con Lee vinieron a mi mente.

—Pe-perdón... —me disculpé y pasé mi brazo por mis ojos para ocultar las lágrimas. Sin querer, me quité medio tomo de maquillaje de la cara.

Me giré para salir, pero Dexter corrió hasta mí y me volvió a girar para mirarme con atención.

Aguijón Verde [SUSAC#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora