41. La Fiesta de Halloween.

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CAPÍTULO  41

LA FIESTA DE HALLOWEEN

ALEX

Habían pasado ya dos semanas y todo iba a la perfección. Bueno, con todo me refería a mi relación con Victoria Watson (algo que aún no me podía creer). En cambio, Lee y yo seguíamos sin hablarnos. Cada vez que me acercaba a mi amiga, ella se alejaba o me empezaba a gritar como una loca. Hablé con Dexter y me dijo que él nunca me abandonaría, pero que tampoco iba a dejar sola a Lee, ya que por mucho que le doliera, ella tenía razón.

La única persona que me quedaba de verdad era Victoria. Siempre quise estar con ella, aunque no de esta forma, sin mis amigos. Sin embargo, pretendía arreglarlo todo. Está noche querría hablar con Lee y Dexter para explicarles un poco la situación, sin nombrar la investigación sobre el caso de Zada Blake para no ponerlos en peligro, y pedirles perdón por mi mal comportamiento.

Mantener la relación que tenía con Victoria en secreto era de locos. No me gustaba nada, pero si no quería que Vivian se enterara, tenía que aguantarme. Ella podría ser el diablo en persona; lo aprendió de Ryan.

Victoria me había dejado quedarme en su casa para dormir en una cama en vez de en mi coche. Dormía todas las noches con ella. Era una fantasía poder abrazarla mientras que ambos descansábamos plácidamente. Clarence, su ama de llaves, al saber de mi existencia, nos ayudaba para que no me pillaran cada vez que entraba o salía de su vivienda.

Intenté conseguir un trabajo para reunir dinero y alquilar una residencia. Mis intenciones no eran vivir bajo la fortuna de Victoria, ya que no quería aprovecharme de ella de esa forma. Yo no era ese tipo de persona. Por suerte, Keaton, el dueño del taller en el que trabajé, me dio una segunda oportunidad y pude volver manos a la obra arreglando vehículos. Cada vez se me daba mejor y, sinceramente, no pagaban mal en ese empleo.

De este modo, por las mañanas iba al instituto; por la tarde, justo después de salir de clases, iba a trabajar; y por la noche me colaba en la casa de Victoria y estudiaba con ella, además de dormir ahí. Ella me aconsejó que debería sacarme el título de secundaria al menos (para los trabajos) y me ofreció la ayuda que me hiciera falta.

También durante ese tiempo dejé de fumar. Victoria me ayudó, al igual que con los estudios, y me convenció de que no lo necesitaba. Obviamente sin obligarme o atosigarme. Fue al fin y al cabo decisión propia. No quería malgastar mi vida consumiendo ese tipo de productos. Además, así ahorraba más dinero. Las charlas de Victoria me ayudaron mucho a darle un giro a mi vida y mejorarla poco a poco. Me costó, pero lo estaba logrando.

Pasaba escaso tiempo con Victoria. Solamente estábamos juntos cuando había clases de Francés o por la noche. En las otras horas de instituto permanecíamos separados para que Vivian no se diera cuenta. Le tuve que contar un poco a Victoria sobre las amenazas de mi hermanastra, aunque no su motivo. Si le contaba la versión de mis hechos posiblemente ella me comprendiera, pero Vivian era capaz de hacer cualquier cosa y hacerme añicos. Entonces, al contárselo, decidimos que era mejor pasar desapercibidos en las horas laborales. No obstante, había veces que quedábamos en el cuarto de baño o en el club de música para vernos.

Los fines de semana aprovechaba para trabajar horas extras y así ganar un poco más de dinero. Excepto el domingo, que me daban ese día de descanso. Los sábados trabajaba desde por el mediodía hasta por la noche y cuando llegaba junto a Victoria solo tenía ganas de descansar a su lado, es decir, quería tranquilidad. En cambio, ella celebraba la típica fiesta en su casa, como siempre hacía, y se acostaba más tarde. Vivian no tenía que sospechar de nada, por lo que Victoria tenía que actuar normal. Y el domingo por fin podía dedicarle el día entero a ella.

Aguijón Verde [SUSAC#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora