Capitulo 5: Bienvenidas a Sabertooth

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Crocus, gremio de Sabertooth.

Esa noche tomaron una decisión que cambio sus vidas, ellas, sus hijos y sus exceed, obsequio de los dragones, entraron al gremio de los Tigres. El maestro actual, Sting Eucliffe se sorprendió al verlas, cambiadas y con hijos, claro que supo también de quienes eran por el olor y no pasó por alto el olor de su dragon y el de su hermano en ellas tres, pero no preguntaron nada.

Levy había crecido un poco, su cabello seguía rizado pero ya no usaba sus típicas bandas, ahora lo llevaba suelto y en las puntas de este era negro, Juvia sólo había madurado y cambiado su habla, el cabello de ella era liso y largo, ya no usaba ese gorro que la caracterizaba y se veía alguno que otro mucho celeste en su cabello.

Lucy igual maduro, su figura se delineo como el de sus amigas, su cabello rubio largo llegaba hasta sus caderas y las puntas blancas en este le daban un aire imponente.

- Bienvenidas a Sabertooth - sonrió el rubio poniéndole las marcas a ellas.

Esta vez las tres las tenían en su muslo derecho y eran color blanco. Galetenía la marca en su cuello como Gajeel y del mismo como de él, Silvie la tenía en el muslo derecho como su madre y era celeste, la de Nashi era rosada y la tenía en el dorso de su mano derecha como su madre solía llevar la de Fairy Tail sin que ella supiera e Igneel en su brazo derecho igual que Natsu y del mismo color.

- Gracias maestro - dijeron los siete miembros nuevos.

- Ahora díganme ¿Quines son estos niños? Más bien ¿Cómo se llaman?- preguntó el rubio cragando a si hija Abby de siete años.

- Un gusto maestro soy Gale Mcgarden - se presentó el chico.

- Es un gusto conocerlo maestro Eucliffe, me llamó Silvie Lockser - sonrió la hija de la Maga se haga.

- Es un placer conocerlo maestro Sting, yo soy Nashi Heartfilia y él es mi hermano Igneel Heartfilia - dijo la pelo rosa.

- El gusto es mío niños, ella es mi hija Abby y mi esposa Yukino - señaló a las dos mujeres.

La noche se resumió en presentar a los demás miembros de su gremio, los niños juntos a los exceed, que eran tres y eran dos hembras y un macho, se fueron a dormir, los exceed hembra eran una gatita lila y otra celeste de nombre Miki y Mai respectivamente, mientras que él macho se llamaba Rei.

Las ex magas de Fairy Tail contaron lo sucedido aquella vez en el gremio y lo sucedido, así como también que fueron entrenadas por los diez dragones de cada elemento, al principio no creían pero Sting les pidió una demostración.

Levy se paró y quito su capa dejándola caer al suelo, trono su cuello como calentando y dejó que Sting atacará, detuvo su puño con una mano y saltó cayendo detrás del rubio y con una mano lo golpeó quedando fuera de combate.

- ¿Cómo demonios se hicieron fuertes? - preguntó Rogue.

- Más para memorizar - dijo Rufus.

Levy curó a Sting quien despertó asorado y vio rápido a las tres chicas.

- Será un honor tener a magas tan fuertes como ustedes - sonrió el maestro de Sabertooth.

- Con ellas si ganaremos los grandes juegos mágicos, podremos participar al fin - dijo Minerva apareciendo.

Estaba embarazada de Rogue, con cinco meses y Yukino con tres.

- Lo olvidaba, estamos en esos días - dijo Juvia con nostalgia.

- ¿Porque no podían participar? - preguntó Levy.

- ¿Quién ha ganado los últimos ocho años? - interrogó la rubia sabiendo la respuesta.

- Hay una nueva regla, sólo gremio a con hijos o niños pueden participar y tienen que ser cinco integrantes, tanto adultos como niños - explicó Rufus - Fairy Tail ha ganado los últimos ocho años - respondió en orden.

El silencio reinó unos momentos en la sala ¿Estaban dispuesta a eso? Sólo querían una vida normal de magia, cuidar de sus hijos y si era posible, buscar a sus amigas sin que esos tres tontos supieran. Pero ¿Qué mejor manera que en los juegos? Así practicarian lo que han aprendido en el Limbo con los dragones y Amelia.

- Ahora podrán participar - sonrió Levy leyendo la mente de sus amigas.

Sting y Rogue las vieron sin entender y antes de preguntar,  la Maga de agua contestó.

- Participaremos en los grandes juegos mágicos, ahora podrán. Con nuestros hijos y la hija de Sting y Yukino podremos.

- ¿Harían eso por nosotros? - preguntó Minerva.

- Somos parte de Sabertooth ahora, eso hace la familia - contestó Lucy.

Fritos y vítores se escucharon en el gremio, celebraron a más no poder, menos las embarazadas, ellas tenían prohibido alocarse, mañana serían los grandes juegos mágicos y Sting había ido corriendo al castillo a inscribir a su gremio. Al regresar de encontró con la rubia en el patio del gremio, no conocía mucho a la chica pero si podía deducir que sufría y él sabía por quien, imaginaba que criar a dos pequeños sola no fue fácil.

Para ninguna de ellas lo fue y era peor cuando sus hijos preguntaban por sus padres ¿Cómo decirles a unos pequeños que si padres no las defendieron aquella vez? Que dudaron de ellas y no tuvieron culpa de nada y por eso todos esos años han estado escondidas, por no queres enfrentarse al pasado, por no verlos y ver esa mirada de decepción y enojo en ellos.

- Lucy, tranquila - dijo Sting poniendo una mano en su hombro.

- Cada día es ma doloroso, Nashi e Igneel sólo saben preguntar por él y no se que decirles - respondió aún dándole la espalda al rubio.

- Tarde o temprano sabías que pasaría y entre cielo y tierra no hay nada oculto.

- ¿Cree que todo este bien?

- Eso espero Lucy, pero por lo pronto ve a dormir. Levy y Juvia ya están en sus habitaciones y mañana tendremos un día agotador, todo ha cambiado.

- Voy en un momento - le dijo ella.

Él se fue, entendió que necesitaba unos momentos a sola y le daría su espacio, en la mente de la rubia pensaba que tal vez estaba traicionando a su antiguo gremio uniéndose a Sabertooth. Pero este gremio las habían recibido sin importar nada, les dieron techo, comida y confianza, era egoísta pensar en volver con las hadas sabiendo el daño que les hicieron a las tres y que pudieron perder a sus hijos.

Camino hasta adentrarse en el gremio, otro gremio desastroso, pensó riéndose, se fue a su habitación junto a sus hijos y se acostó en la cama vacía en medio de los dos durmiendose inmediatamente, mañana sería un día lleno de emociones.

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