Capitulo 10: Adios a la felicidad.

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- Vaya, así que por fin encontramos al dragon celestial - dijo un hombre de cabellos oscuros.

Natsu levantó la vista aún con sus hijos y Lucy en brazos ¿Quién era ese sujeto? ¿Hace cuanto estaba allí?

Fairy Tail y Sabertooth veían expectantes la escena, esperando por si ese sujeto atacaba ellos defender a sus miembros y a los niños. Pero el hombre sólo camino lentamente hasta quedar frente a ellos.

- ¿Quién eres? - preguntó la Maga celestial saliendo del abrazó del pelirosado.

Poniéndose frente a sus hijos para protegerlos y no demostrará miedo, pero en realidad estaba aterrada. Sentía un enorme poder mágico siniestro venir de ese hombre, pero ella haría lo que fuera por su pequeña familia.

- Que modales los míos - sonrió - me llamó Dark y tú querida dragona me enseñarás donde es tan los demás dragones - exigió.

- Jamás te diré donde están - contestó seria.

- ¿Porque tiene que ser siempre a la mala? - preguntó retoricamente.

Lucy no entendía a que se refería o para que quería saber la ubicación de los dragones, ramas empezaron a rodearla hasta apricionarla, también iban a por los niños.

- ¡Llevatelos! - le gritó a Natsu - ¡No dejes que les haga daño!

Este cargo a sus hijos y se los llevó en dirección donde estaba su gremio, los dejó con Erza y Jellal y regresó a ayudar a Lucy, pero cuando quiso ayudarla, un campo invisible lo detuvo.

Lucy quiso utilizar su magia pero no podía, por más que intentaba era anulada ¿Qué pasaba? ¿Porque no podía usar cualquier tipo de magia? Como pudo le lanzó sus llaves a Natsu quien las atrapó y justo cuando la volteó a ver, la chica desapareció junto a Dark.

- ¡Lucy! - gritó desesperado trabado de buscar su aroma, pero igual que ella, había desaparecido.

- ¡Mamá! - gritaba Nashi triste abrazando a su hermano.

El Dragon slayer escucho el llanto de su hija, no dudó en ir con ella, Sabertooth igual fue con Fairy Tail, Gray abrazó a su hija y Gajeel abrazó a Gale por inercia, Natsu se agachó a ala otra d esos pequeños y los vio. La pequeña Nashi tenía los ojos de Lucy e Igneel los ojos de él, era la combinación más hermosa que jamás había visto.

- ¿Dónde está mamá? - preguntó el pequeño rubio viendo a su progenitor.

- ¿Porque no ayudaste a mamá? - preguntó Nashi llorando.

Ni siquiera él sabia que responder, se sentía impotente, la perdió frente a sus ojos y sus hijos seguramente pensaban lo peor, pero no era asi, Nashi e Igneel sólo querían que ese hombre, Natsu Dragneel los estrechara y les susurrara que todo estaría bien y eso hizo.

- Encontraré a Lucy, lo prometo - susurró el mago de fuego a sus hijos.

- Papá, quiero a mamá de regreso - lloró su hijo.

Su corazón se contrajo al escuchar como lo llamó. "Papá", en otras circunstancias estaría festejando, pero en ese momento sólo podía pensar en la rubia, la madre de sus hijos, debían encontrarla, su felicidad no había durado mucho ¿Porque? ¿será acaso un castigo por lo que pasó hace ocho, nueve años?

Si era eso, deseaba que fuera otro no ese, no quería perder a la mujer que amaba, ni que sus hijos lo odiaran ahora que al menos Igneel su hijo le dijo papá, encontraría a Lucy y serían la familia que el siempre quiso.

- Ayudaremos en la búsqueda - dijo Sting al maestro de Fairy Tail.

- Nosotros igual - Apareció Lyon junto al resto de los gremios.

El pelirosa asintió en agradecimiento, se reinirian en el gremio de Sabertooth para empezar a buscar rastros de la maga estelar,  los niños estaban siendo cuidados por Cana, Lissana y Evergreen mientras que el resto ideas su plan.

- No percibo su olor, es como si se hubiera desvanecido - les dijo frustrado el pelirosado.

- Yo tampoco percibo rastro de ella - habló Rogue.

- Tranquilos - pidió Makarov serio - sabemos que ese hombre quería saber la ubicación de los dragones y que quería a Lucy por ser descendiente directa de la dragon celestial.

- Pero ¿Porque quiere a Lucy? - preguntó Yukino - ¿y para que quiere saber dónde están los demás dragones?

- Se supone que Metalicana y los demás estan muertos - supuso Gajeel de brazos cruzados.

Juvia y Levy se vieron entre ellas mismas, si querían salvar a su amiga debían contarles la verdad a ellos y claro llamar a Amelia, ella sabría que hacer en momentos como estos.

- De hecho... - elevó la voz la pequeña maga de escritura, llamando la atención de todos.

- Los dragones estan vivos - terminó Juvia por ella.

Los dragon slayers las veían sin creerles, pero eso explicaba porque olían a sus dragones y prowue sus hijos igual, Natsu las vio entre creerles o no creerles.

- Nashi, Igneel ¿Podrían venir? - llamó a sus hijos quienes obedecieron a su padre inmediatamente.

- ¿Que ocurre? - preguntó la pelirosada.

- ¿Cómo aprendieron amiga de cazadragones niños? - preguntó agachandome a su altura.

- El abuelo Igneel nos enseñó - contestó la pequeña.

Natsu no creía lo que había escuchado salir de la boca de su hija.

- Gale - llamó Gajeel a su hijo - ¿Dónde aprendiste magia de dragon?

- La abuela Metalicana me enseñó, dijo que te dijera que eras un idiota por hacer sufrir a mamá - le contestó sin despegar la vista del libro que el peli negro le había comprado.

A Gajeel le resbaló un gotita de sudor por la nuca, en definitiva si eran palabras de Metalicana.

- Silvie ¿A ti quien te enseño esa magia de creación de hielo? - ahora fue Gray.

La pequeña niña se tapó la boca ocupará do su sonrisa, pues su maestra y abuela, como ella, Ur,  le había contado varias cosas de su querido padre de cuando era un niño desastrozo.

- En primera, ponte ropa papá - dijo la pequeña.

- Y tu ponte camisa - señaló a su hija quien sólo llevaba un top blanco. 

- En segunda, fue la abuela Ur, ella me enseñó y dijo que dejes de estaré desnudando frente a todo mundo, que es incómodo - bufó la ella.

- Tu igual deja de hacer eso, eres una niña y las niñas no hacen eso - regaño a su pequeña.

- Bueno basta - intervino titania - así no llegaremos a nada y... ahora sabemos que los dragones estan vivos.

- ¿Cómo es eso posible? - preguntó Laxus quien se mantenía en una esquina.

- Debemos decirles la verdad - hablo Levy.

- Es lo mejor - apoyo la Maga de agua.

- ¿Qué verdad? - preguntaron todos.

Ellas suspiraron y Girona  sus hijos, jugaban con Abby y el resto de los pequeños de los demás gremios. 

- Será mejor que se sienten, es una larga historia - les dijo la pequeña peliazul con mirada triste.

DescendientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora