𝙲𝚘𝚒𝚝𝚘- 𝙳𝚊𝚎𝙼𝚒𝚗

Capítulo 1.

«A veces tan solo una noche de diversión, podía cambiarlo todo, ¿No?»

Era una noche como otras, el pelirrojo estaba entusiasmado, pues iría con su mejor amigo SungYoon a un nuevo establecimiento para poder asistir a fiestas, se llamaba “Light and night”, algo simple, pero vamos, en inglés todo era más llamativo según algunas personas.

Además de que ese lugar llevaba cerca de unos 7 meses en construcción, pues era algo de lujo según lo que sabían, pero no era prohibido, eso era increíble para los dos amigos.

« Dae, te necesito de una jodida vez, ¿Vas a venir o no?, Ya están abriendo las puertas.

Ya voy.., solo dame unos pocos minutos, estoy yendo para allá. »

Contesto seco el pelirrojo, pues a veces le estresaba enormemente que su amigo fuera tan desesperado y ansioso, por lo menos se divertía, y eso era bueno, todo lo contrario que hacía Daeyeol, solo iba a buscar buenos.., “buenos chicos”, pues necesitaba desestresarse de alguna manera, era raro, lo sabía, pero no le importaba.

Después de todo, ser el hijo de un empresario famoso en la industria de los cosméticos y la ropa de caballeros más costados que podrías encontrar en una tienda de alto nivel, no era fácil, a sus veintidós años necesitaba tener una reputación impecable, tanto como un excelente desempeño en su trabajo, ya que por ahora solo estaba en “entrenamiento” para poder tomar el lugar que le correspondía como jefe de la empresa “International Cosmetics Lee”.

Solo se dedicó a arreglar un poco su camisa de color blanco, y su saco negro entallado, al igual que sus pantalones del mismo color, subiendo a su camioneta de color negro con vidrios polarizados, (Sí, no tenía un aspecto muy amigable esa camioneta.)

Unos minutos después como lo prometió había llegado al lugar que era sensación, pues como mencionamos, era lujoso, el dueño del lugar era nadamás y nada menos que el mejor amigo de su padre, TaeMin.

No tendría problemas con aparecerse por ese lugar, sí, ya que nadie sabía de sus “pasatiempos”, nadie podía saber que el hijo de un empresario famoso estaba yendo todas las noches a diferentes “antros”, solo para buscar a alguien para realizar el coito.

Sería un desastre, y sin mencionar que su padre se encargaría de matarlo con sus propias manos.

– Por fin llegas.–Replico casi en un reclamo al pelirrojo.– joder ya casi era nuestro turno, no hay mucha gente, solo por qué es temprano, así que.., espero que está vez no te vayas antes que yo.

El mencionado solo todo los ojos y se encogió de hombros, restándole importancia, negando un poco ante las palabras del azabache, no se iba a ir tan temprano, apenas eran las 11 p.m, por Dios, aunque sabía que no podría mantener esa “promesa”, pues si encontraba a alguien para coger se iría cuánto antes.

Y eso su amigo lo sabía perfectamente, y era algo que detestaba, siempre lo terminaba dejando solo a la mitad de la mañana, y tenía que regresar solo a casa y con temor de que lo fueran a asaltar, pero en parte de lo ganaba, pues solo se la pasaba de fiesta en fiesta.

Entraron y no pasó mucho tiempo para que el lugar empezará a llenarse, hasta que alcanzó su punto “limite”, pues escuchaba a varios de los guardias de seguridad discutir con bastantes personas sobre que no había más espacio para ellos, cerca de la 1 a.m ya estaban algo ebrios, más bien.., SungYoon era el más “ido” de los dos, pues acostumbraba beber demasiado.

Daeyeol solo se límito a llamar a uno de sus choferes para que pudieran llevarlo a casa, no se iría. Está vez no, solo cuidaría que su amigo descansará, pues no podía mantener se en pie.

A veces era un desastre salir con SungYoon, se límito a tomar un poco más de su trago, observando a varios chicos y chicas bailar, aunque para ser sinceros, a él no le llamaban la atención aquellas mujeres que se le insunuaban, pues le resultaban vulgares.

«Y los chicos eran más tímidos cuando se trataba de cruzar miradas, o palabras con el pelirrojo, eso le encantaba.»

Se levantó de su asiento, suspirando agotado, pues no había visto a alguien que le llamara la atención.

Mordió su labio inferior, y se detuvo unos segundos para observar a un chico de cabellera negra, quién se movía muy bien, aunque para su mala suerte, este ni siquiera le prestaba atención, o alguna mirada al pelirrojo.

Por lo cual solo tomo algo de iniciativa, y se acercó a él, colocándose detrás, pues sería una “excelente” excusa, decir que chocó con él por culpa de tantas personas.

Tan solo lo hizo, y se colocó detrás suyo, como si fuera pasando tan solo, pero justo pasó lo que esperaba, le dieron un empujón en la espalda, haciendo que se acercará al azabache de manera precipitada.

– Oh.., lo siento mucho.., ¿Estás bien?–Cuestiono con algo “preocupado”, aunque claro, no lo estaba.– déjame ayudarte..

– No es necesario que lo haga.–Dijo una voz algo rasposa, ayudando al azabache a pararse, y así tan solo acariciar sus hebras, se veía casi de la misma edad que el otro chico, bastante jóvenes.– Puede irse ya.

– ¿Disculpa?, Solo quería ser amable con este chico.., no parecía caer al suelo, después de todo.., se mueve muy bien.–Sonreio con algo de malicia el pelirrojo, dándole un pequeño guiño al azabache, quién todavía no sabía cómo reaccionar.– ¿Cómo te llamas, ah?

– ¿Qué le importa?, Mejor regrese por dónde vino.–Nego el chico de cabellos castaños, mirando al pelirrojo con algo de enojo.–

– No.., no importa Hyung.., solo déjalo..–Puchereo el azabache, sacudiendo un poco al castaño.– Soy Choi.. Choi Bomin.

«¿Choi Bo-Min?, ¿Ese era el nombre de su futuro “juguete”?, Vaya que le quedaba bien, y su manera de hablar era jodidamente tierna.»

Daeyeol solo sonrió un poco, y asintió, tan solo para dar una pequeña reverencia, y así saludar al azabache como pudo, pues el castaño todavía no quería cederle el paso.

– Soy.., ”Lee, Lee Dae-yeol”.–Agrando su sonrisa, tan solo para despeinar los cabellos del azabache, quién rio un poco nervioso en respuesta.– ahora que sabemos nuestros nombres.., ¿Cuántos años tienes?, Solo dejan entrar a mayores de edad a este lugar, y te vez muy pequeño.

«Claro, era mentira, pues sus facciones lo hacían ver más maduro, pero su actitud no.»

– Es suficiente. Min, vámonos, es mejor que sigas divirtiéndote lejos de este sujeto.–Replico el castaño, apartando al azabache del pelirrojo.–

«No se iría de ahí. No hasta conseguir llevarse a ese azabache como su acompañante para esa noche.»