Jungkook había entrado a la preparatoria con la mejor disposición, quería hacer muchos amigos y divertirse, como cualquier adolescente de su edad, sin embargo, en cuanto puso un pie en su nuevo instituto, se dio cuenta de que había sido un grave error.
Su madre había pensado que un instituto privado era lo mejor para su hijo, después de todo, los señores Jeon eran lo suficientemente acaudalados como para darle a su hijo ese lujo, pero ellos tampoco consideraron las consecuencias de que Jungkook fuera tan distinto al resto de los estudiantes ahí.
Él era tan alegre como podía, pero habían momentos en los que, definitivamente, no podía serio. En la secundaria, él había enfrentado momentos muy duros, por suerte había tenido unos amigos que le habían ayudado a "salir adelante", haciéndole menos dura su estadía.
"La gente puede ser muy cruel", a menudo Jungkook tenía ese pensamiento en la cabeza y siendo alguien tan inocente, no podía responderse el por qué si su madre decía que era hermoso y adorable, los demás no veían eso, ¿por qué simplemente no veían lo que su madre sí? Esas cualidades que lo hacían un ser tan maravilloso como el que era.
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A Jungkook le gustaba comer, era su actividad favorita en el día, sobretodo si tenía un problema, y cuanto más grande, más comida, ese era prácticamente su lema, "no puedes afrontar un problema con el estómago vacío". Lo que Jungkook no sabía era que su misma madre había tenido la culpa de ello, ella lo había vuelto de esa forma y lo peor es que ni ella misma sabía cómo revertirlo o afrontarlo, por lo que consentía a Jungkook en todo lo que podía.
Su mamá sentía mucha culpa, porque siempre discutía con su padre, entonces Jungkook escuchaba y ella sabía que esas eran cosas que un niño de su edad no debe oír, por lo que, al día siguiente se lo llevaba a pasear, lo recogía de la escuela y se lo llevaba a comer y luego le compraba muchas golosinas.
Ella siempre le decía: "Jungkookie... la comida te hace sentir mejor después de que tu papi y yo peleamos, ¿cierto? Está bien, hijo, debes comer cuando te sientas mal, mamá siempre te comprará lo que quieras".
La señora Jeon no sabía el daño que le iba a generar a Jungkook en un futuro, pero ella no sabía a hacer con todas las cosas que pasaban en su matrimonio y fuera de él; su marido la engañaba, le habían dicho que ya no podía tener otro hijo y ella anhelaba darle un hermano a Jungkook, se había peleado con su hermana, su padre había muerto y ella no se había enterado y le habían diagnosticado depresión. Ya no sabía cómo ser madre, porque parecía que todo estaba en su contra y cuidar a Jungkook le resultaba imposible, por ello lo sobrecompensaba y lo dejaba al cuidado de las criadas.
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Jungkook había crecido, entonces, de esa forma, ignorante del dolor y sufrimiento de su madre, ignorante de los constantes engaños de su padre y con una mente tan inocente que la primaria y la secundaria habían sido una tortura para él.
Se refugiaba en la comida y no sabía que cada quilo que aumentaba sería un peso más a las burlas, los malos comentarios y las ridiculizaciones.
Los primeros días en la preparatoria parecía que al fin las cosas iban a cambiar, nadie lo había molestado, de hecho, nadie se había molestado siquiera en mirarlo y eso estaba bien, quizá ponto haría algún amigo y pasaría una agradable estancia ahí, pero la vida nunca es tan sencilla.
Jungkook estaba saliendo de su clase para ir a receso, guardó sus cosas en su casillero y cuando iba a darse la vuelta para dirigirse al comedor, alguien lo tomó del brazo y le dio la vuelta bruscamente. Era un joven mucho más alto que él, con una complexión bastante atlética y además era bastante bien parecido. Jungkook le había sonreído por inercia, aún era muy inocente y creyó que aquel chico podría ser su nuevo amigo... pero una vez más estaba equivocado.
—¿Cuál es tu nombre? —El joven frente a él preguntó, levantando una ceja, mientras sostenía el agarre en su brazo.
—Me llamo Jeon Jungkook. —Contestó sonriendo, aún con la esperanza de que aquel que le hablo fuese un nuevo amigo.
—Bueno, desde hoy tu nombre será Jeon Cerdín, ¿estás de acuerdo? —Dijo mientras ponía aún más fuerza en su agarre, Jungkook sabía que eso iba a dejarle una marca.
—S-sí. —Agachó la mirada, avergonzado, sabía que iban a molestarle ahí también y eso hizo que su corazón se estrujara.
—Que asco, no sé quién dejó entrar a un cerdo como tú en esta escuela, las personas como tú no deberían existir. —El más alto lo miró con asco y lo soltó, empujándolo bruscamente contra su casillero y retirándose de ahí entre risas.
Jungkook quería llorar, le había dolido el agarre del muchacho sobre su brazo, le había dolido su espalda al chocar así contra el metal, pero lo que más le había dolido fueron las palabras que le había dicho... las personas como tú no deberían existir.
Trató de contener las lágrimas pero fue inútil, una a una fueron cayendo por sus regordetas mejillas, haciendo que esta, junto a su nariz se vieran rojas y ello provocaba una dulce visión, pero los demás no lo veían así, pasaban de él mirándolo con repudio, incluso una chica le había aventado unos pañuelos mientras gritaba "limpiate, te ves asqueroso".
Ese día Jungkook supo que no le habían molestado porque el chico que lo iniciaba todo no se había presentado, no fue suerte, ni que por fin lo respetaran o lo vieran como alguien normal que sólo pide un poco de comprensión, no, fue simple y sencillamente una coincidencia, en donde el verdadero infortunio que le esperaba se había escondido en una falsa promesa de esperanza.
☆ミ

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ugly ~ 뷔국
Fanfictiondonde jungkook cree que es muy feo, se avergüenza de su cuerpo porque la gente siempre le llama "gordo, cerdo, marrano", hasta que alguien le dice "todo lo que es hermoso las personas lo quieren romper... y tú eres hermoso, me temo". •fluff/drama •...