El sábado llegó más rápido de lo que Jungkook creyó. Se había pasado la semana entera estudiando, haciendo sus tareas y ayudando a Jimin a dar tutorías, eso lo mantenía lo suficientemente entretenido como para no desear que la semana pasara rápido y entrar en un ataque de ansiedad.
Jimin había dejado de darle tutorías a Yoongi y por ello pasaba más tiempo con Jungkook, incluso en sus descansos y cambios de clase estaban juntos y eso hacía a Yoongi molestarse más y más, mientras que ambos menores estaban tan ocupados y eran tan inocentes que no notaban las miradas que el mayor les aventaba mientras los veía por los pasillos, era una tortura constante para él que ambos se acercaran con amplias sonrisas a saludarlo mientras él estaba maldiciéndolos por dentro.
Jungkook aprovechaba su tiempo libre al máximo, tanto que pasaba más tiempo fuera de su casa, que su mamá había comenzado a deprimirse y el pobre Jungkook estaba tan feliz y distraído en esos días que no había notado el estado de su madre, además de que ella misma les había dicho a las muchachas del servicio que no le dijeran nada a Jungkook, no quería que su pequeña bola de algodón se pusiera triste o tuviera malos días por su culpa, a pesar de todo y nada, la madre de Jungkook lo amaba mucho y quería sólo lo mejor para él, incluso si eso significaba sacrificar la suya propia.
El sábado por mañana Jungkook estaba tan alegre y emocionado que salió de su casa con tiempo de sobra, no le importaba esperar un poco más a Taehyung, al fin de cuentas prefería esperar y calmar sus nervios porque para él significaba mucho que un chico tan guapo y agradable como Taehyung lo hubiese invitado a una cita. Saboreó de nuevo el nombre entre sus labios pero entonces un escalofrío recorrió su espalda, como si le hubiesen aventado un balde de agua con hielos por la espalda.
¿Y si Taehyung le había pedido una cita sólo por compasión o por lástima? Jungkook no podría soportar algo como eso, sería una bomba para su pequeño y lastimado corazón. Y así tan pronto como la emoción y la felicidad entró en su cuerpo, se desvaneció, y fue reemplazada con un intenso miedo y preocupación, él realmente quería, deseaba desde el fondo de su corazón y cada fibra de su cuerpo ser finalmente amado por alguien y creyó que Taehyung sería esa persona, creyó ser estúpido y necio, se sintió ridículo y herido.
¿Por qué las cosas buenas no le pasaban a él? Él también se merecía eso, se merecía amor y mimos también, se merecía ser feliz y reír... entonces finalmente se avergonzó de sí mismo. No lo había hecho mientras todos le hacían burlas, ni cuando las personas le aventaban comida o imitaban el sonido de un cerdo. No, él se había avergonzado mientras pensaba que Taehyung podría gustar de él, fue ahí donde finalmente se preguntó, "¿cómo alguien como él saldría con un marrano como yo?"
Jungkook había sido muy duro con él mismo. Todo su ánimo, su sonrisa y sus ganas de ver a Taehyung se fueron por la borda, mientras que un alegre y risueño muchacho se acercaba a él, le había comprado un dulce y Jungkook lo tomó como una ofensa, "claro, dale de comer al puerco." Lo que Jungkook no sabía era que Taehyung estaba compartiendo su dulce favorito en el mundo con él, porque Taehyung creía que Jungkook era la persona más adorable y hermosa que había visto en su corta - pero basta - existencia y quería compartir con él las cosas más significativas, porque aunque fueran pequeñeces al lado de todo lo que Jungkook poseía, para Taehyung eran las mejores cosas del mundo, era como tener su propio tesoro de maravillas secretas que sólo pocas personas conocían, entre ellos, su mejor amigo Hoseok. Y ahora quería mostrarle esas cosas a Jungkook.
Porque Jungkook era un ángel y Taehyung lo veía como tal.
—Hola, Jungkookie, ¿llevas mucho esperando? —Taehyung sonrió, su sonrisa más alegre y radiante que nunca antes.
—Uh... no. —Jungkook definitivamente ya no quería estar ahí, se sentía tan estúpido y poco atractivo que incluso le molestaba estar ahí. —Taehyung... yo...
—Jungkook, ¿quieres ir a un lugar precioso? Siempre quise mostrárselo a alguien. —Taehyung había notado el bajo ánimo del pequeño frente a él, lo había visto desde lejos. Él había notado cómo su sonrisa iba desapareciendo lentamente.
—¿Eh? —Y como por arte de magia, el sonrojo se hizo presente en el rostro de Jungkook, un sonrojo que también le calentó de una manera muy agradable el corazón. Definitivamente, Kim Taehyung era su salvador. —S-Sí... me gustaría.
—¡Genial! Vamos. —Sin preguntar o pedirlo, Taehyung tomó su mano y entrelazó sus dedos, guiando así a Jungkook a un lugar "mágico".
Jungkook se sentía otra vez en el cielo, le parecía conmovedora la forma en que Taehyung lo miraba, porque no había asco en su mirada, ni compasión o lástima. En los ojos, expresiones y rostro de Taehyung sólo podía encontrar asombro, ternura y diversión. Y a Jungkook le encantaba.
En el camino, Taehyung le contaba a Jungkook cosas de su infancia, le contó cuando se mudó a Seúl, le contó sobre su primer caída, sobre su madre enferma y su infinito amor hacia ella, le contó tantas cosas que Jungkook sólo podía asentir y sonreír mientras concentraba toda su atención en cada palabra, pues Taehyung cambiaba de historia tan rápido que le era imposible a Jungkook seguirle la conversación, al final se dio por vencido y se dispuso a sólo escucharle, además era más entretenido.
Después de un rato, llegaron a una calle poco transitada, Taehyung llevó a Jungkook hasta un edificio de departamentos y subieron corriendo por las escaleras de emergencia hasta llegar a la azotea y ahí fue donde la verdadera magia estaba.
En la azotea habían un montón de flores de todos los colores, además, en el centro del lugar había un pequeño surco acojinado, el lugar estaba techado y tenía por decoración una galaxia, Jungkook podía sentir las estrellas reflejadas en sus ojos y su estomago cosquillear como nunca antes, su respiración pausada y tranquila, su corazón latiendo fuerte, sus mejillas tan rosas como algunas de las flores a su alrededor. "Perfecto", pensó Taehyung.
—¿Te gusta? —La voz del pelirrojo salió más dulce y profunda de lo que él hubiera imaginado.
—Me encanta, es... es mágico. —Jungkook estaba casi sin voz, nunca había visto tanta belleza junta, ni siquiera los jardines que su mamá pedía que arreglaran con esmero se igualaban a ese pequeño pedazo de paraíso.
—Me alegra que te guste, Kook... lo arreglé para ti... —De pronto toda la valentía que había estado juntando en la semana se esfumó, dejando a un nervioso y sonrojado Taehyung. —Y-Yo... tenía este lugar abandonado y... uh... desde ese día que te vi yo... —Rascó su cabeza y aspiró fuertemente. —Yo quería darte esto como regalo, no tengo mucho dinero... ni eso, pero... quería hacer esto para ti, yo creo que eres una persona bellísima y no lo digo por decir, realmente creo que eres hermoso, Jungkook y yo... si me lo permites... yo quiero hacerte feliz.
—Tae... ¿es una broma? —Jungkook sentía sus mejillas mojadas y ardiendo. —¿Cómo puedes decir eso de alguien como yo?, ¿sabes todo lo que la gente siempre dice de mí?, ¿has visto como me miran? A veces hasta yo creo que doy asco, ¿entonces qué es lo hermoso que ves en mí? No lo entiendo, no lo soy, no soy nada de lo que dices. —Jungkook lloraba con tanto desespero que a Taehyung se le rompió el corazón. —¡Me doy asco, Taehyung! Cada día que me miro en un espejo me siento tan asqueroso que quiero llorar... cada día al desayunar, comer y cenar me siento un cerdo; cada dulce que me como me hace sentir la persona más débil y estúpida del mundo. Duele tanto vivir de esta manera... ¡duele tanto ser yo y aún así quieres que crea en no que me dices! ¿Cómo voy a creérte cuando me dices que soy hermoso si ni yo mismo me siento así? No puedes hacerme feliz, Taehyung... nadie puede.
Jungkook bajó corriendo de ahí, dispuesto también a salir de la vida de Taehyung y él sólo pudo quedarse ahí, soltando lágrimas silenciosas y sin poder moverse.
El problema de alguien como Jungkook es que está tan maltratado que cree que nadie podrá repararlo, su autoestima está tan bajo que podría nunca levantarse, su concepto de sí mismo y la forma de percibirse se ve alterada por lo que le dicen los demás; una persona como Jungkook sólo conoce el dolor y la miseria, la felicidad les parece tan lejana que cuando la tienen se sienten inseguros.
Es una tortura constante y sólo la perseverancia y el amor pueden convertir todo lo malo y doloroso en cosas hermosas y felicidad constante; el único problema es que si una persona tiene tanto dolor en su vida y una mala percepción de sí misma, no importa cuanta felicidad experimenten... siempre tendrán recaídas en la miseria y el dolor.
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ugly ~ 뷔국
Fanficdonde jungkook cree que es muy feo, se avergüenza de su cuerpo porque la gente siempre le llama "gordo, cerdo, marrano", hasta que alguien le dice "todo lo que es hermoso las personas lo quieren romper... y tú eres hermoso, me temo". •fluff/drama •...