-Pero Corderito... ¡Que boquita tan linda tienes!
-Es para chupartela mejor, Lobito.
☆_ Segunda Parte de 'LuHan y el Gran Lobo Feroz'.
inició: 19 / 09 / 20
Final: 14 / 10 / 20
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La noche suave y tibia había desplazado cualquier rastro de luz, excepto la de la luna, la cual resplandecía como un foco enorme de luminosidad blanca en medió del cielo lóbrego, manchado de estrellas. Claros eran los caminos aun en el tenebroso y oscuro bosque, donde las sombras se extendían como un virus.
Entre las profundidades de la inmensa e inquietante alborlera, llegando al lado norte, las montañas se imponían delimitando el extenso lugar repletos de pinos que, desdes la cima, se encontraba una cueva oculta, donde LuHan reaccionaba después de algunas horas inconsciente.
Sus ojos parpadearon ante una fuente de luz tenue, naranja. Su vista aún borrosa enfoco extrañas sobras que se proyectaban en un tipo de pared rocosa. No pudo identificar el lugar donde se encontraba, mucho menos su dirección. No parecía la casa de su abuelo, o su propia casa. Ni siquiera había recordado haber regresado a alguno de esos dos lugares. Su memoria solo recordaba a reproducir la imagen del bosque en el atardecer y...
Ojos miel, pelaje negro, una forma Lobuna.
El Lobo. SeHun.
-Dios santo. - murmuró, despertándose de golpe ante el escalofrío que se estableció en su columna, junto con los sudores fríos que inmediatamente comenzaron a recorrer su cuerpo. Solo pensar en él de pasada le provocaba sensaciones intensas. Era increíble como toda su anatomía entera reaccionaba ante el lobo.
En eso, toca la superficie suave y de un color carmín que reposaba bajo su cuerpo. Y no era una capa roja, no era sobre eso que descansaba. Eso sólo logró alterarlo aún más, su cerebro no procesaba lo que estaba sucediendo, nada tenia sentido. Lo cosas en su vida no tenían desde hace dos años, cuando ese personaje intruso apareció.
De una cosa si estaba seguro, y es que SeHun estaba involucrado.
Sin esperar más, se levantó rápidamente, revisando toda su entorno en busca de una identidad lobuna.
No lo logró, pero al menos eso le permitió diagnosticar el lugar tan singular en el que se ubicaba. Y fue nada mas que una cueva; tenía que ser eso.
Era mas o menos grande y ovalada, muy rocosa. Apenas unas cuantas cosas la llenaban, objetos como leñas, telas arañadas y algunas cobijas y prendas de ropas dobladas sobre una silla de madera, a demás de una fogata cerca de donde se encontraba LuHan. Era muy minimalista, salvaje y primitivo. Era el digno hogar de un lobo solitario.
Entonces, el pelirrojo escucho un crujido cercano. Miró a lo que parecía la entrada, cubierta de una enredadera que caía en forma de cortina. No detectó ningún movimiento. Todo estaba sumido en un profundo silenció de nuevo. lo único que generaba algún sonido eran las ramas que crujían al ser consumidas por el fuego y su respiración. Acelerada.
