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Agarré mi celular que estaba en el tablero del carro y cerré la puerta. Inmediatamente abracé mi cuerpo buscando algo de calor, mientras miraba la luna brillante, la noche está despejada pero demasiado fresca y olvidé mi chaqueta.

Fuí y abrí la puerta de mi casa prendiendo las luces. Dejé lo que tenía en la mesa más cercana y me apresuré ayudar a JongHo con las bolsas de mi mercado.

– ¿Donde las dejo?

– Ponlas en la cocina, en el suelo está bien – Puse las bolsas junto las que él entró – ¿Puedes cerrar la puerta? Voy a quitarme esto, no demoro – Señalé mis piernas y subí a mi habitación, cambiando los jeans por algo más cómodo y de paso ponerme un buzo de algodón. Luego bajé las escalas mientras soltaba mi pelo.

Está raro. Como si le molestara algo. Desde que lo vi hoy, tiene la cara seria o mejor dicho perdida en otro lugar. De venida, tamborileó sus dedos en el volante y movía su pie como si estuviera pisando hormigas, y hace eso cuando está muy nervioso. Le pregunté si pasaba algo pero negó, obviamente no le creí pero no seguí insistiendo. Él sabe que puede contarme lo que le preocupa pero si no quiere no lo puedo obligar.

Llegué a la cocina y dirigí mi mirada a la sala. Está sentado en el respaldo del sofá, haciendo algo en su celular.

– ¿Quieres refresco o agua? – Saqué las hamburguesas que compramos (aún dándole la espalda) y las puse en una bandeja para llevar todo a la sala de una vez.

– Agua porfavor – Dijo en un susurro, apenas y lo escuché. Me está preocupando y mucho, le voy a preg-

Un sonido bastante familiar captó mi atención, haciéndome cortar cualquier movimiento o pensamiento. Se escuchó unas olas de mar, seguidas de notas en guitarra. Pero lo que siguió, no me lo esperaba.

~Te regalo la primera planta qué mi vida yo sembré en la tierra~
~Te regalo el cofrecito que antes de morir mi regaló la abuela~

Mi sangre se heló, mi piel se erizó y mis ojos empezaron a picar. ¿Que estás haciendo Choi JongHo? Su suave voz con el cantante de fondo llegaba a mis oídos como una dulce caricia y la letra me trajo recuerdos haciendo que mi corazón latiera con mucha fuerza.

~Te regalo la emoción que sentí al ver nacer a mi primer hermano~
~La sonrisa de mamá al verme deletrear y mis primeros pasos~

Lo miré y camine hacia él, muy lentamente. Como si temiera que, si hacia algo brusco, terminara la escena tan preciosa que mis ojos contemplaban.

Con un gran nudo formándose en mi garganta miré sus ojos. Brillaban como si tuviera una constelación atrapada en ellos, su cabello algo alborotado caía delicadamente por encima de ellos y sus labios rosados se movían cada que soltaba algún verso.

Hipnotizada por su voz comencé a tararear la canción, sin soltar sonido. Sus manos se posaron en mi mentón y con los pulgares limpió las lágrimas que no se hace cuanto ya trazaban mis mejillas.

~Con el tiempo entenderás que es amor, puro amor~

Poco a poco entré en shook. Si bien es una de mis canciones favoritas y la he escuchado mil veces, no puedo evitar sorprenderme ante el significado que toma esa frase saliendo de sus labios. Mi pecho se contrajo y apreté los labios evitando soltar un sollozo. No quiero que pare de cantar, no quiero.

Decidí, por primera vez en todo el rato, tocarlo.

Posé mis manos temblorosas en su pecho y entre ellas puse mi frente. Él pasó a estrecharme en sus brazos y por instinto rodeé su cuello con los míos.

En esa posición nos quedamos hasta que terminó la canción. Ahora sólo había silencio en la poco iluminada sala. No tenía ningún deseo de moverme. Ya lo había abrazado antes, pero justo ahora siento lo verdaderamente cómodo y agradable que es.

Ahora bien. ¿Qué es lo que acaba de pasar? Entonces ¿Así se siente que tú crush de la infancia te dediqué tu canción favorita en vivo y en directo? ¿Por eso estaba tan nervioso? Y lo más importante... ¿¿Desde cuándo tengo buenas rachas en el amor??

Son demasiadas emociones en tan poco tiempo. Tomé aire y lo solté fuertemente, como si con eso se despejara el nudo de sentimientos que tengo.

Pasé saliva, llorar de esa manera me dejó seca la garganta.

– ¿Ya te había dicho que pareces un oso? – Dije con un hilo de voz. Creo que está alterado, siento como su corazón se acelera un poco más.

– ¿Un oso? – Susurró y yo asentí abrazando más fuerte.

– La primera vez que te ví cuando me mudé aquí, te entregué la bolsita de azúcar y lo primero que pensé de ti fue que parecías un oso, uno que puedes abrazar como un peluche – Sonreí por el recuerdo – Y creo que tengo razón – Soltó una risa nasal y él me apretó en sus brazos – Oye, ¿Por qué?

– ¿Por qué qué?

–¿Por qué... Todo esto? ¿Sabes? Sigo en shock. Tú sabes cómo son mis sueños, ¿Esto es uno? Porque... Por favor. ¿Qué probabilidad hay de que cantes algo en español y yo lo tomé como una declaración? No, no, no saldría viva para contarlo. Además, esto parece sacado de un libro donde todo sale perfecto, a mi nada de esto me saldría perfecto. ¡Esto es un sueño! Si, definitivamente es un sueño. Y como siempre, cuando despierte voy a tratar de dormir otra vez para seguirlo. Y como OBVIAMENTE no va a pasar, me voy a deprimir mucho, mucho, mucho, muc-

JongHo me tomó por los hombros, asustandome y haciéndome callar. Me alteré tanto que deshice el abrazo y empecé a decir cosas sin sentido al aire rápidamente y haciendo ademanes.
Mi cara empezó a arder, ¡¿Por qué siempre que entro en crisis hago el ridículo?!

Lo miré avergonzada. Pero relajé mi cuerpo al verlo. Estaba sonriendo, con sus mejillas coloradas y sus ojitos cristalizados. Llevó una mano a mi mentón, acunando mi rostro en ella.

¿¿CÓMO ES QUE NO ME HE DESMAYADO AÚN???
Es bellísimo. E-esto es demasiado, voy a dar al piso en cualquier momento.

– Esto no es un sueño HwaYoung Noona. Yo la amo.

Ya está. Aquí muero.

El aire abandonó mis pulmones. ¿Porque me está pasando esto? ¿Qué acaso el universo le gusta verme sufrir así? Y no porque no me guste. Es que.. No. Estoy. Lista.
¿¿Entienden lo que digo??

De repente. Se acercó hacia mí. Posando suavemente sus labios en los míos, bloqueandome completamente.

Lágrimas comenzaron a correr, de nuevo, y una fuerte sensación que no reconocí se instaló en mi pecho haciéndome sonreír. Torpemente traté de seguir el beso con los nervios al tope, rodeando su cuello con mis brazos y mi cintura por los suyos.

Dicen que el primer beso nunca se olvida.
¿A esto le llaman euforia? Una fantasía diría yo.

Lo mejor es que, todo comenzó con unas gomitas y un poco de azúcar.
Y como no, esto es tan... Él es tan... Dulce.







Skywocky

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Sweet  [ChoiJongHo]  |Three Shot|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora