Capítulo 3

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Sam siempre fue muy popular con las chicas y no les mentía, en cuanto lo vi, quede encantada por él. Un joven  sumamente guapo que, sin duda, si llegarán a preguntarme cómo describiría a mi chico perfecto... Lo elegiría a él.

Al final de la clase decidí acercarme a él para así poder intentar ponernos de acuerdo sobre el proyecto. Suspiré agarrando todo el valor posible que pude y me acerqué a su asiento. Él aún no se había levantado y tampoco había dejado de ver a través de la ventana desde que inició la clase.

«¿Que estará pensando?», solo pude pensar.

—Hola — lo saludé. Mi voz sonó algo temblorosa, pero la ignoré y esperé por su respuesta.

—Hola — respondió pero no me miró.

— Sobre el proyecto... — continué sin poder dejar de mirar uno de sus tatuajes que llamó mi atención.

No sabía que era exactamente y eso me intrigó, parecía un de pájaro o insecto. No estaba muy segura.

—Supongo que tú serás mi compañera. — se giró para mirarme directamente a los ojos.

No pude evitar estremecerme. Ya sabía que sus ojos eran preciosos, pero tenerlos tan de cerca... «Dios»

Su mirada era fría y sombría, lo cual de cierta manera me atemorizó de pies a cabeza. Sin embargo,  y por el lado contradictorio; sus labios mostraban una hermosa sonrisa.

—Asi... es.— titubeé.

Inclinó la cabeza hacía un lado y me estudió silenciosamente con cierta curiosidad.

—No eres como las chicas con las que suelo hacer cierto tipo de cosas. — dijo serio — Pero no esta demás probar cosas nuevas.

—¿Cómo? — cuestioné desconcertada.

— Lo siento. — sonrió pícaro poniéndose de pie.

 Demasiado alto.

Entré en mí de nuevo cuando me preguntó:

—¿Cuál dices qué es tu nombre?

— Elizabeth. — respondí con rapidez.

—Bien, Elizabeth. — suspiró inclinándose hacia mi — La cosa está así: tú trabajas y yo te doy algún tipo de recompensa por ello, ¿qué dices?

—¿Perdona? — pregunté confusa.

 No entendía que quería decir y él pareció darse cuenta de ello.

—No suelo repetir con la misma chica y tampoco me hago responsable de ellas después de hacerlo. — me barrió con la mirada— Deberías pensartelo.

Como acto final, me regaló un guiñe de ojo para después salir del salón antes de que yo pudiera protestar.

Espera, él no quería decir....

[... ]


— ¡Debes de estar de broma!

Ya me esperaba lo sorprendida que estaría Cristina cuando le contara quien era mi nuevo compañero de proyecto. Ella sabía mucho más de Sam que yo. El semestre pasado casi se desmayó cuando se enteró que estaba en mi clase.

—No te alarmes — susurré ignorando las miradas de los otros estudiantes que almorzaban en la cafetería.

—¿Quiénes son las chicas con las que ha trabajado? — preguntó analizando todo lo que le acababa de contar.

— Creo es Selby en el semestre anterior... solo ella — me detuve a recordar algo más y lo conseguí — Sandy, en clase de Liam, también en el semestre pasado fue su compañera.

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