04.

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Ante la sorpresa de encontrarlo de repente, me quedé totalmente petrificada. Aún así, intenté que esta vez no fuera como el resto de encuentros, así que mi boca habló por sí sola, sin pensar qué iba a decir.

— ¿Quién eres? — fue lo primero que se me ocurrió decir.

Pocos segundos después de hablar, me tapé la boca como casi acto involuntario, dándome cuenta que había preguntado la mayor gilipollez que se había pasado por mi mente.

Él arqueó la ceja, se le notaba confuso al escuchar mi pregunta, que indicaba que no me acordaba de quién era, a pesar de que ser al contrario. Por esto, me dio la sensación de que tenía el ego muy alto.

— ¿Recuerdas al chico ese que pasó a tu tienda porque estaba perdido, pero lo único que se llevó fue una respuesta asqueada? — habló con un claro tono sarcástico.

Siendo honesta, me intimidaba. Había hablado poco con él, pero siempre hablaba con ironía y un cierto aire de superioridad, aunque preferí no tomar conclusiones adelantadas y no juzgarlo por lo que aparentaba.
Sin querer dar más vueltas, decidí disculparme.

— Sobre eso... — hice una pequeña pausa mientras buscaba las palabras para decirlo — Lo siento. Me pillaste en un mal día y me comporté como una niñata, incluso cuando tú no hiciste nada.

Él sonrió, y juraría que también me sonrió con los ojos. Gracias a eso, la tensión que había en el ambiente desapareció casi por completo.
Esta vez, empezó a hablar en un tono mucho más cálido, mientras lo intercalaba con alguna calada al cigarrillo.

— Qué pronto te rebajas — rió suavemente — Estoy seguro de que no di una buena primera impresión. Creo que si alguien debe disculparse aquí, ese soy yo.

No entendí muy bien por qué era él el que debía disculparse. Al fin y al cabo fui yo la que reaccioné mal.
Al ver que no respondí, continuó hablando.

— En verdad sí lo hice aposta. Fue por aburrimiento más que nada — tiraba por fin el cigarro al suelo — Me llamaste la atención.

— ¿Te llamé la atención? — pregunté totalmente desubicada.

Todo iba bien hasta que mencionó la última parte, "me llamaste la atención". No esperaba esa "confesión" tan de momento, aunque no me parecía totalmente extraño porque parecía que solía ligar con muchas chicas.

— Sí, no sé — contestó firmemente — Desde cuando me miraste raro en el centro comercial,— cuando dijo eso, noté perfectamente como me sonrojaba — me llamaste la atención. Ni idea del motivo, tampoco eres mi tipo de chica.

Definitivamente, era un descarado compulsivo.

Ahora, fui yo la que levanté la ceja, intentando poner mi más notable cara de asco.

— No hacía falta ese ataque hacía mí tan gratuitamente — hablé enfadada, mientras que me giraba y retomaba mi camino a casa.

Sabía que probablemente si me iba ahora no volvería a verlo en un largo tiempo. Pero yo ya había cumplido mi parte, me había disculpado y además, me percaté de lo tarde que era ya.
Se podía ver la luna llena totalmente.

Volví a andar a un ritmo bastante movido; seguía estando muy lejos de mi casa y quedaba un largo camino.

Una mano bastante grande tocó mi hombro.

— Hey, a dónde vas — preguntó — Ni si quiera acabamos la conversación, no sé cómo te llamas.

— Y así seguirá siendo — respondí con prisa.

sempiterno. - wong yukheiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora