Escuchó un leve golpeteo en la puerta y de inmediato sintió el peso de dos cuerpos sobre ella, sus hermanos habían ido a despertarla para ir a almorzar. Escuchó lejanamente la voz de uno de ellos pidiendo que salieran de arriba de Evie, así no se despertaba de mal humor. Isla rio al ver que ni Amber ni Sean le hacían caso y muy despacio, la mayor abrió los ojos, chocando de lleno con la luz que entraba por la ventana y muy levemente atravesaba las cortinas.
-Por favor -dijo bajo -, no me acostumbro al horario de este país -despacio y sin prisa se levantó con los ojos aún cerrados, luego de que los cuerpos encima de ella se moviesen a un lado de la cama. Cuando recién pudo acostumbrarse a la claridad del mediodía vio que Isla estaba apoyada en el marco de la puerta viendo hacia su cama, dirigió la vista hacia allí y vio que los sus hermanos más menores estaban acostados en su cama -. ¿En serio? ¡Levántense de allí! -dijo entre risas.
Cuando se levantaron, los cuatro bajaron juntos entre risas, como cuando niños, y se dirigieron hacia el comedor principal, donde una amable señora del personal les estaba sirviendo la comida. Todos agradecieron y se sentaron en sus lugares habituales, empezando a devorar aquel plato, habían preparado pasta y carne con salsas a gusto, acompañando el clima otoñal del día.
-¡Santo cielo! -dijo Isla luego de dejar el plato vacío -. Tenía tanta hambre, estuve de turno desde ayer. Y estuve en cirugía en la madrugada, ¡Tuvimos que sacarle el apéndice a un niño de emergencia! -Evie le dirigió una mirada desaprobatoria, ya que estaban en la mesa -. Lo siento -se disculpó rápidamente.
Mientras masticaba bocado, Evie recordó el libro de la madrugada y miró fijamente a Sean - ¿Por qué tomaste mi libro? Lo estaba leyendo.
-¿Qué libro, el que mencionaste? -Evie asintió -. Yo no lo agarré, cuando te fuiste, lavé las tazas y me fui a acostar otra vez -Evie suspiró.
-Está bien -se rindió -, luego lo busco -cuando terminó de comer, se levantó y saludó a los presentes para irse a la biblioteca por segunda vez en el día. Ahora que entraba la luz del sol por las ventanas de ambos pisos, se podía apreciar las estanterías de algarrobo llenas de libros y las plantas que las decoraban, dándole a la habitación una vista rupestre y antigua, Evie consideraba que era simplemente maravillosa.
Fue al apartado de libros históricos y buscó letra por letra, tal vez, algo dormida, lo guardó nuevamente. Pero no fue el caso, ya que no estaba allí, ni entre los libros apilados del final. Se sentó en el sillón más cercano y respiró profundo, tratando de recordar dónde lo pudo haber dejado.
Y como si fuese un foco, su cerebro se iluminó y recordó al ventana abierta. Se dirigió allí a paso cansado, debido a la fatiga que le produjo comer y abrió la ventana, sacó la cabeza por ésta y lo vio tirado entre el pasto.
-Diablos -murmuró hacia ella misma. Salió del lugar con dirección hacia la puerta trasera principal, tomando un camino más corto. Éste pasaba por debajo de las escaleras y la conducía por un pasillo con cuadros de la familia. Vio varias fotos de toda la familia, alguna de solo de sus hermanos, para detenerse en la ultima del lado derecho, una fotografía de Willow unos meses antes de desaparecer.
Vestía unas prendas casuales, pero elegantes y cómodas. Su cuello era adornado por la cadenita que le había regalado su madre. Evie sonrió, recordando los hermosos momentos que pasaron todos en familia. Pasó por la arcada, encontrandose con una pequeña sala con distintos trofeos de la familia y, entre medio de éstos, se encontraba la puerta. Salió por ella y la fresca brisa que anunciaba la pronta llegada del invierno pegó de lleno en su cara, se abrazó a sí misma en un intento de abrigarse y se encaminó alrededor de la casa, hasta llegar al libro.
El libro parecía haberse humedecido por el rocío de la madrugada, bufó y lo tomó. Y fue en ese momento que notó huellas de un animal, "¿Un perro?" pensó, pero rápidamente descartó la idea al recordar que la casa estaba cercada. Siguió las marcas en el piso con el libro debajo del brazo hasta el borde del patio, viendo un gran agujero por debajo del alambrado. Era demasiado grande para ser de algún animal, por lo que pensó que pudo haber sido de alguna persona.
Pero, ¿Quién entraría a una casa solo por un libro?, dejó todo tipo de ideas cuando decidió encaminarse hacia la casa nuevamente. Pero un sonido en el bosque la paró de lleno en el lugar, dio la vuelta despacio y vio como un lobo marrón corría junto a un lobo gris y otro negro. Se quedó quieta en el lugar, observándolos hasta que dejó de verlos entre los árboles, respiró profundamente y caminó hacia la casa.
Allí, volvió por el camino de los cuadros, mirando cada uno de ellos nuevamente. Se dirigió al comedor, donde Amber seguía sentada, pero con su celular. Se sentó frente a ella, dejó el libro sobre la mesa y por primera vez desde que llegó, observó que la decoración del comedor seguía casi igual, salvo que las paredes estaban llenas de imágenes y fotografías de Willow.
-La casa parece una tumba -dijo Evie, mirando a Amber fijamente -, todo lleno de sus imágenes y me pone incómoda, ¿A ti no?
-La verdad si, es tétrico. Pero papá lo quiso así, es su forma de no olvidarla, supongo -suspiró -. No lo culpo, cada quien supera de distinta forma.
Evie prefirió no decir nada y Amber lo aceptó. Ambas se quedaron en un pacífico silencio, cada quien haciendo lo suyo hasta que se vio interrumpido por la voz de un hombre mayor y una chica joven. Como si fuesen maquinas, las dos hermanas levantaron su vista y enco traron a su padre, hablando con una chica muy peculiar: Erin Payne.
-¡Tú! -enojada, gritó Evie levantándose del lugar -¡Se suponía que la cuidarías!
-Hija -soltó a modo de regaño el señor Burn al ver que se acercaba a su invitada -. Compórtate.
-¿Comportarme? ¡Sé claramente que ella se encontraba con Willow en el momento de su desaparición! Leí los informes, las declaraciones, ¡Todo! -soltó en lágrimas y roja, conteniendo la respiración.
-¿Qué hace ella aquí? -dijo una voz desde la arcada del comedor, Isla había terminado de ayudar al personal, por mero gusto, cabe aclarar, y se acercó al oir los ruidos -. No la quiero en mi casa.
-Hijas, tranquilas, por favor. Viene a contarme cosas sobre el caso, Erika aún trata de re-abrirlo -dijo como si de vida o muerte se tratase, aunque lo gracioso era que sí te trataba de la vida o la muerte de aquella muchacha.
Erin fue durante muchos años la mejor amiga de Willow, hacían todo juntas, eran inseparables. Aunque se veía cambiada, ahora usaba el pelo negro y faltaban muchos de los piercings que adornaban su rostro.
-Está bien Theodore, te dije desde un comienzo que era mala idea venir -suspiró -. Disculpen, en serio lo lamento.
Un portazo se escuchó y luego, algo molesto, Theodore miró a Evie que se encontraba entre los brazos de Amber, quien lo miraba de muy mala manera.
-¿Cómo accediste a la información del caso? -entre lágrimas y de manera rara, logró explicar que tenía contactos en todo el país y países limítrofes, gracias a casos sobre narcotráfico y trata. Por ello, y su alto rango, logró leer toda la información. Theodore suspiró -. Lo siento hija, en serio, pero la señorita Payne siempre estuvo a su lado, en malas y buenas, es imposible que le haya hecho algo malo.
-Papá, eso lo sabemos -dijo Amber abrazando aún a Evie, quien ha había llorado todo lo que no le lloró en su momento a su hermana -. Y por eso mismo desconfiamos de ella, eran como hermanas y aún así no logró cuidarla.
Sean, quien había estado en su habitación todo el momento hasta que bajó por algo para beber, entró en la escena sin decir nada y se acercó a la más mayor de sus hermanas para darle un beso en la frente y luego irse a seguir con sus asuntos. Evie suspiró y se acomodó, limpiándose la cara con sus manos.
-Entiéndeme, no supe de ustedes por mucho tiempo y cuando me entero de algo, es la desaparición de mi hermana menor -palmó el brazo de su padre y solo se dirigió a su cuarto, lo sucedido en la mañana con aquel lobo y lo de recién la habían agotado mentalmente al punto de querer seguir durmiendo.
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Las Huellas del Pasado
WerewolfLa desaparición de un ser querido puede afectar de muchas formas. El dolor, la tristeza y la desesperación no son obstáculo para llegar a la verdad. Por más que duela, saber qué pasó con Willow es lo más importante para Evie y la familia Burn. ... R...