La Maldición ||Shadamy||

XVI

Los días pasaron rápido, las horas y minutos parecían volar. Era una noche hermosa, la luna brillaba en lo alto de los cielos despejados, acompañada de las pequeñas estrellas; Amy se miraba al espejo mientras se daba los últimos retoques, se veía como un ángel en ese vestido blanco que resaltaba el color jade de sus ojos.

Escuchó el motor de una motocicleta y sonrió para bajar las escaleras rápidamente, como si de una niña pequeña se tratara; guardó sus llaves en el abrigo que acompañaba a su vestido y salió. Shadow estaba apoyado contra la motocicleta, el traje que llevaba le recordó a Amy la primera vez que lo vio. Rio para sus adentros.

-Buenas noches, my lady.

Exclamó el azabache mientras hacia una pequeña reverencia, ella lo imitó riendo levemente.

-My lord-dijo-

-¿Nos vamos?-dijo Shadow con un ligero color carmín en sus mejillas-

-Sí-respondió-

La rosada se subió a la motocicleta con cuidado, él empezó a conducir cuando sintió los brazos de Amy rodear su cintura. El aire frío de la noche chocaba contra las púas de ambos, la de ojos jade escondía su cara contra la espalda del de ojos escarlata para que el aire no la hiciera toser.

Así pasaron por unos minutos, la de ojos jade miraba los edificios, algunos le parecían conocidos; reconocía a donde se estaban dirigiendo y no pudo evitar pensar con asombro, asombro que mostró en cuanto llegaron a un restaurante totalmente diferente a los anteriores; uno que desde su fachada se podía notar lo lujoso que era. Amy seguía impresionada, era la primera vez que alguien la invitaba a un lugar como ese.

-¿Tiene reservación?-dijo una recepcionista-

-Una mesa para dos-respondió el azabache-al nombre de Shadow The Hedgehog.

La recepcionista revisó el libro que tenía por unos segundos hasta que encontró el nombre del erizo.

-Sígame, por favor.

La pareja empezó a caminar, siguiendo a la chica; la mesa que Shadow había guardado estaba cerca de la ventana en el segundo piso del lugar, floreros y candelabros adornaban la superficie de la mesa cubierta por un mantel blanco.

-En un momento serán atendidos.

-Gracias-dijo Shadow-

La chica se retiró con un ademán, dejando a ambos erizos sentarse para presenciar el paisaje que la ventana ofrecía.

-Es hermosa-dijo Amy observando la ciudad nocturnal-

-Sí.

-Eres todo un romántico-le dijo momentos después, volteando su mirada a su acompañante-

-Siempre lo he sido-sonreía con un sonrojo en sus mejillas-

-No lo dudo-el carmín de sus mejillas era leve, tan leve que parecía rosado-

Sonreían mientras las velas se consumían con el paso del tiempo, entonces llegó un camarero, les sirvió unas copas de agua como cortesía y empezó a tomar su orden. Amy pidió pasta mientras Shadow tan solo pidió una botella de vino tinto, y una rebanada de pastel de chocolate para ambos.

-¿Tan solo tomas vino?-cuestionó Amy cuando el mesero se alejó de la mesa-

-Los viejos hábitos no mueren fácilmente-rio-es una bebida que disfruto a pesar de que no pueda saborearla-parecía nostálgico-

-Ya veo-dijo ella serenamente-¿Y el postre?

-Para mantener un perfil bajo.

-¿Cómo el capuchino?