FUCK REALITY [pausada]

Capítulo 2

Ya con mi trasero puesto en el avión había tenido tiempo para filosofar todo lo que quisiera mientras miraba las esponjosas nubes semejantes a gigantes algodones de azúcar.

Aquel chico de cabello oscuro y ojos claros poseía una mirada...  ¿Melancólica? ¿Incómoda? Tal vez una mezcla extraña entre las dos. A medida que nos alejábamos de Arend parecía relajarse un poco más y pudimos entablar conversación. De igual manera no me lo sacaba de la cabeza.

En cuanto a mis padres se refiere, apenas encendí mi móvil casi explota por la cantidad exagerada de mensajes de preocupación, decían que se arrepentían de permitirme poner un pie fuera de mi frío y boscoso pueblito, caritas llorando y cosas del estilo. Me limité a responderle a ambos un: "Sigo respirando" 

Distraída arrastraba mis maletas por aquel espacio inmenso y repleto de personas caminando como locas. No tenía comparación alguna con el lugar que había pisado hacía unas horas.

Y de pronto como consecuencia de mi fascinación tropecé con una chica que traía un cartel en sus manos y el cual me estampó en la cara.

—¡Perdón! No fue mi...

—¡¿AMANDA RIVERS LENNON?! ¡¿ERES TÚ?!

—¡¿APRIL?!

—¡¡AAAAAHHHHHH!! —gritamos al unísono y nos abrazamos.

Empecé a tocarle la cara como si no fuese real y ella recorría mi antebrazo con sus palmas. Sentí que todo el mundo nos miraba raro pero eso era lo que menos importaba. ¡Mi mejor amiga estaba conmigo! ¡Después de años separadas!

—No me lo creo— dijo boquiabierta luego de soltarme —¿No eres un espectro, un holograma, un sueño?

—No idiota ¡Finalmente estoy aquí! —comenté con emoción y volví a abrazarla, luego ella tomó la maleta de mano y dobló la cartulina a la mitad en lo que avanzó un poco para separarnos del resto de personas que esperaban a sus familiares —¿Qué dice el cartel?

—Me siento orgullosa por dar en el blanco —dijo antes de desdoblar la cartulina en donde se leía en plumón morado "Busco a la mal vestida". Eso me hizo mucha gracia porque sinceramente con este abrigo gris de mangas gigantescas, un short corto, mis sandalias favoritas y mi cabello rizo suelto parecía más una interna que había escapado del psiquiátrico.

Entre risas y palabrerío con los comentarios ocurrentes y los chismes que surgían en el camino, April y yo esperamos casi media hora a que apareciera un dichoso taxi desocupado que nos llevara a su apartamento pero ya dentro ella intentó convencerme de otra cosa.

—Tu papá me dio tus llaves y una copia. Ni siquiera he abierto el apartamento para que tengamos juntas el factor sorpresa. He visto comparativos del mismo edificio en internet y son bastante amplios pero sin dudas lo mejor es la vista. El tuyo es el más pequeño del piso pero el paisaje no cambia.

—Podemos verlo mañana, o pasado. De todos modos aún tengo que hacer limpieza así que tendré que irme a tu casa o a un hotel si no quieres que coja alergia, conjuntivitis o quién sabe qué.

Realmente estaba cansada y sin deseos de ver el polvoriento lugar pero recibí la respuesta que esperaba.

—¡Claro que no! Nada de eso. Lo vamos a ver ahora, no me importa que sean las 10 de la noche ¡Con más razón! Nueva York de noche es incluso más hermosa.

—Vale, vale, tú ganas —me rendí —Pero le echamos un vistazo y nos vamos —ella asintió complacida cual niña pequeña que consigue lo que quiere e indicó la dirección al taxista.

Pocos minutos después estábamos frente al imponente edificio de estilo antiguo en el corazón de Manhattan. Y no solo el exterior era hermoso, el vestíbulo es deslumbrante, incluso me mareaba ver tanto dorado.