Trastornos

9 1 1
                                    


¿Como se empieza a describir la vida? No lo sé, pero creo que nadie sabe en realidad que es, solo es conjunto de experiencias acumuladas que se convierten en tu vida y en tu única razón de seguir vivo.

Los hospitales mentales son un reflejo de esa vida, de todas esas experiencias, y creo que no hay lugar mejor para encontrar esperanza que un psiquiátrico, allí vez gente muy real, no les importa quien eres, cuanto dinero tienes o de que color es tu piel, en realidad no les importa nada, ni siquiera ellos mismos y aun así guardan la esperanza de que algún día alguien los recuerde.

¿Qué algún día alguien me recuerde? no sé si vale la pena, es mejor que recuerden a la señora Clarisse, fue cocinera en un barco chino, mientras viajo por el mundo después de la segunda guerra mundial, esa señora si tiene historias que contar, o al niño Ross, que viene cada mes a consulta por hiperactividad, el tiene aun una vida por delante que contar, pero ¿a mi? ¿que podría contar yo de especial? o ¿que podría ser que me recuerden si lo único que recuerdo son pesadillas?

Llegue aquí por pesadillas, y aquí sigo por pesadillas, las brujas, los fantasmas, y los ogros, existen, existe cada parte de ellos y cada maldad que hay en ellos...

De repente me interrumpió el doctor Hell, era mi doctor encargado y venia avisarme que es hora de dejar de escribir e ir a la zona comunal a la reunión de miembros semanal, me levante de la pequeña de mesa, que parecía de juguete, todo allí en ese hospital es tan tierno, todo tan suave y esponjoso, todo para evitar que nos lastimemos, pero lo que no saben ellos es que nosotros ya estamos lastimados, todos acá lo estamos, cada uno a su manera pero lo estamos.

Vestía con una sudadera gris y tenis blancos como casi todos los días, excepto los días de visita, que nos dejaban usar ropa elegante y maquillar a las mujeres un poco, para que nos viéramos mas sanos cuando en realidad no lo estábamos, al llegar a la zona comunal, era un conjunto de varias sillas al rededor de una mesa grande, casi como un comedor, donde siempre habían juegos de mesa o algunos libros para colorear y eso me hacia pensar que este lugar parecía mas bien un jardín infantil que un psiquiátrico.

¿Un jardín infantil? si, eso era, un jardín, lleno de juegos de mesa y colores, y donde estábamos niños, era casi igual, solo que ahora no venían nuestros padres a recogernos al finalizar la tarde, ¿pero si fuéramos niños no seriamos felices? los niños normalmente lo son, bueno, aunque no todos, yo siempre tenia pesadillas cuando era niña, recuerdo una sobretodo muy dolorosa.

Estaba en un auto, conduciendo al rededor de un bosque en círculos, conducía muy rápido y cada vez había alguien diferente en frente mio, alguien que amaba y no tenia otra opción que pasar el auto por encima de el, y al voltear atrás era verlo casi desecho en el piso, lleno de sangre y con las tripas por fuera. Cuando lo soñé, tenia eso de 10 años, desperté asustada, corrí al cuarto de mis padres a llorar y a contarles la historia, pero cuando terminaba se miraron extrañados y también me miraron a mi extrañados porque ¿Como una niña de 10 años podía estar soñando esas cosas? no era posible para ellos, y aunque se asustaron lo olvidaron a los días y todo volvió a ser igual

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 06, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La vida desde los ojos de una gordaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora