Yoongi un pequeño omega de 19, el cual es heredero de las empresas Min. Tendrá que elegir entre sus seis amigos para casarse...
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·.¸¸.·'¯'·.¸¸. Con el gamma ·.¸¸.·'¯'·.¸¸.
Sus ojos no expresaban otra cosa más que asombro, le fascinaba lo que veía esa hermosa cueva que tenía un toque entre rústico y acogedor, era simplemente perfecto para él.
— Sabemos que esto es bastante simple, pero es de manera provisional, luego si gustas podemos cambiarlo —hablo Guillermo mientras rascaba su nuca—
— Lo amo... —susurro el gamma de manera débil pero algo audible para los deltas—
— ¿¡E-enserio!? —hablaron con asombro los 6 responsables de amueblar la cueva—
— ¡Claro que sí!, ¿por qué no me gustaría? lo hicieron especialmente para mí —le exclamo mientras sus mejillas empezaban a agarrar color, provocándole un lindo y adorable sonrojo—
— Bueno en ese caso, ponte cómodo mientras que los chicos y yo —comentó David mientras señalaba a los demás y después a el— te busquemos algo de comer, te traeremos frutas sabemos que son de tus favoritas —volvió a exclamar, pero esta vez saliendo de la cueva acompañado de los demás—
Con tranquilidad el gamma empezó a inspeccionar todo de una forma detenida y calmada; la decoración de aquella cueva de un tamaño mediano era bastante simple, pero tenía su toque de elegancia a la vez de sofisticación. Sería una vil mentira que nunca quiso un lugar como ese, pero sería raro considerando que venía de una de las familias más poderosas de su continente; continuó su recorrido (que ahora no solo era con la mirada) se dirigió al fondo en el cual había una especie de cama, ya que su forma asemejaba a un nido de ave. De manera apresurada fue hasta esta, al estar lo suficientemente cerca noto que esta tenía una combinación de olores, que con tan solo olerla podría marear a un gamma o beta por su potente olor, pero a Samuel solo le ocasionó una gran necesidad de restregarse contra las sabanas he impregnarse con esos olores.
No supo en que momento paso, de lo único consiente que estaba en ese momento era que se encontraba dando vueltas y desordenando la cama que los deltas le habían preparado; siguió un rato de esta manera hasta que noto la manera en que empezaba a ronronear, detuvo lo que hacía para levantarse y acomodar tanto la cama como su ropa, y ahora si continuaba con su tarea principal la cual era detallar y examinar aquella cueva; se fijó en la base de la cama que simulaba un nido aparte de contener ramas, maderas, contenía flores de distintos tamaños y algunas hojas. La colcha, cobijas, sábanas y almohadas eran demás blancas y aparentaba demasiada suavidad, y vaya que si eran suaves.
— ¡Me encanta! —grito y se encaminó a la sala, en la cual se encontraba su mochila y de ella saco un lindo florero de cristal, ese sería el regalo que le hubiese dado a su abuela en su siguiente cumpleaños, pero ella ya no se encontraba con él así que se lo quedaría para no olvidarla—
