Rayo azul | FinneLorna

1K 26 2
                                    

Se paró frente la edificación con aire apreciativo y lanzó un suspiro de emoción, apretando la maleta que llevaba en la mano. Era un castillo enorme, construido a mediados de los años veinte en medio de los cimientos de un bosque. Era el hogar ancestral de los monstruos desde hacía más de un siglo pero, para Lorna, era su entrada a un mundo nuevo para lucirse sin la necesidad de estar recluida en una pecera en el fondo del lago Ness.

El visor de una mirada de nervios azoró el rostro de la monstruo, sintiendo un inclemente frío cruzándole la espalda. El castillo no le daba más que un buen augurio; un mensaje de tiempos venideros llenos de paz.

— ¿Crees que es buena idea? Aún podemos volver a Escocia, tú tío siempre tiene una habitación disponible para nosostros —murmuró su padre. Durante un segundo imperó el trágico, pero no incómodo silencio.

Tras un rato, Lorna respondió.

— No necesitamos molestar al tío Neri, papá —dijo, contemplando la trémula mueca que se escapaba de los labios de Nessie. Para relajarlo, agregó. — Además, estoy segura de que Monster High será todo lo que necesito para estar bien. ¡No creo que los normies se atrevan a venir aquí! —concluyó, hilvanando una tonta sonrisa y elevando los brazos para mostrarse más segura.

Su padre negó con la cabeza y le revolvió la mata de pelo rojo, dándole después un abrazo cargado de afecto para despedirla a través de las enormes puertas que conformaban el castillo, sonando viejas y desgastadas al abrirse, creando un sonido sorno que creó un eco resonante en el campo. Después, Lorna entró con su maleta y caminó sin mirar atrás con la sonrisa sin despergarse de su rostro.

El salón principal, grande y espacioso, era apenas una entrada que daba directo a una escalera que conducía al piso superior y, de los muros, colgaban antiguas pinturas de monstruos, animales y normies perdidos en el tiempo para ornamentar las paredes. Más adentro, había un corredor que daba directo a un millar de casilleros en fila decorando ambos lados del pasillo, los cuales eran visitados de forma constante por monstruos de distintas especies inmiscuyéndose en sus asuntos.

Sin ser pertinaz ni eloncuente, Lorna empezó a recorrer el castillo, maravillándose con todo lo que encontraba a su paso. Desde el escuadrón de animadoras en el gimnasio haciendo sus rutinas diarias, hasta la repisa de trofeos cerca de la cafetería con los premios de las competiciones de años anteriores. Todo era nuevo, espantoso y de miedo, lo cual le causaba una alegría que no podía comparar con nada que hubiera sentido antes.

Estaba tan ensimismada en su mundo de ensueño, que no se fijó cuando un rayo azul corrió con violencia hacia ella, chocando contra su cuerpo menudo y pequeño haciéndola caer de bruces contra el piso recién encerado, creando un espectáculo del cual no quería ser partícipe.

— ¡WUHU! ¿Lo vieron, amigos? Una vuelta completa a Monster High en menos de cinco minutos. Clawd, viejo, espero tengas eso en vídeo —habló sin vehemencia un monstruo desparramado en el suelo, con la cola de tritón dislocada sobre las piernas de Lorna y las gafas de aviador tiradas a una distancia poco prudente de él. Lorna, aún descolocada, hizo una mueca antipática y tosió un poco, intentando hacerse notar. — ¿Eh? ¡O-Oh, disculpa! No te vi ahí, ¿cómo llegaste al suelo?

«Es un montruo de agua dulce... Típico. »

La niña se mordió los labios e intentó no caer en la vorágine de sus pensamientos, acalambrándose bajo la cola del muchacho. Tras unos segundos de estar estatica, decidió contestar.

— Soy Lorna Mcnessie y tú caíste sobre mí, hombre tritón —murmuró, un poco hastiada. No quería hacer una escena en su primer día como estudiante de intercambio, pero ese chico con cresta y sus acrobacias alocadas habían hecho que fallara de forma miserable, pues tenía a una cantidad impecable de monstruos mirándolos esperando sus siguientes movimientos. — ¿Podrías... Podrías quitarte? Es un poco vergonzoso.

Finnegan la miró y después se fijó en la posición en la que estaban, dejando que un color rojo se apropiara de sus mejillas al ver lo insensato que había sido. Rápidamente asintió y sin un ápice de renuencia se quitó de su lado con la ayuda de Deuce, un monstruo de su clase.

— Hombre yo... Lo siento. No me había fijado, de verdad. Suelo ser muy impertinente cuando hago esto, ¿sabes? —dijo con algo de pena, ofreciéndole su mano para ayudarla a levantarse, intentando no fijarse en que tenía la falda levemente levantada dejando ver parte de sus piernas. — Tú... Eres nueva, ¿no?

Lorna asintió. Al parecer, ninguno de los dos se había fijado aún que todavía estaban rodeados por una pequeña multitud.

— Sí, llegué hoy y bueno... ¡Vaya forma de presentarme! —un silencio se abrió paso entre los dos. Ni siquiera las llamas de Heath parecían avivar la conversación y Finnegan, aún avergonzado, intentaba encontrar las palabras adecuadas para hacerla sentir mejor sin trabarse con la lengua. Sin embargo, Mcnessie fue más rápida y agregó. — ¡B-Bueno! Supongo que ya debo irme. Fue suficiente de ser el centro de atención por hoy...

El monstruo asintió, mientras la multitud de apoco comenzaba a dispersarse. Lorna estaba a punto de girar sobre sus tacones y caminar directo a su primera clase, pero Finnegan fue más rápido y sujetó su mano, haciéndola trastrabillar un poco hasta quedar frente a él. 

— ¿Qué sucede? ¿Planeas caer sobre mí otra vez?

— ¿Qué? ¡No! —Finnegan se pasó una aleta por el cabello y murmuró, un poco nervioso. — Quería saber si quieres salir conmigo después de clases, ya sabes. Así puedo disculparme adecuadamente. Quizás... ¿unas malteadas?

Lorna elevó una ceja.

— ¿Crees que unas malteadas son disculpas suficientes?

— ¡E-Eh, no! ¡Pero... Puede ser otra cosa si quieres... Lo que tú quieras! Y también te daré boletos para mi próximo partido...

«No parece tan malo... Es lindo, y agradable. No es cómo papá dijo.»

La monstruo soltó una risa y le puso una mano en el hombro, intentando calmarlo.

— ¡Es broma, es broma! Acepto la malteada. ¿Te parece juntarnos en la fuente?

— Es una cita.

Lorna sonrió. Su día no había salido como ella esperaba, pero la superficie le había demostrado ser más divertida que su mundo acuático.

Estar en Monster High sería una aventura emocionante.

¡Hey! Aquí inauguro mi nueva sección de Monster High con esta parejita que me encanta, sí. Si tiene sugerencias de parejas, dejenlas por aquí y las escribiré. Los siguientes serán Deuce y Cleo.

-Spxiler

Monster Shots | Monster HighDonde viven las historias. Descúbrelo ahora