Ropa interior | SethCatty

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Se miró en el espejo de cuerpo entero desde todos los ángulos posibles. Se giró hacia un lado. Se dio media vuelta y echó un vistazo por encima del hombro. Se retorció en un millón de poses diferentes tratando de colocar la mano en la cadera en un gesto casual. Pero nada hizo que se aflojase el nudo de nervios que se había formado en su estómago. No importaba desde qué sitio se mirase: estaba totalmente insegura de todo aquello.

Le parecía ridículo estar allí, haciendo cabriolas en el dormitorio vestida solo con ropa interior. Todavía tenía colgando las etiquetas con los precios, obscenamente elevados, que probablemente no debería haber pagado.

Catty jamás se arrepentía de sus acciones, pero en ese momento estaba segura de querer volver el tiempo atrás a esa misma mañana, cuando Cleo marcó su !Coffin para ir a dar una última vuelta por Boo York antes de partir al instituto. La había arrastrado a ella y a su típico grupo a una tienda de lencería, con una sonrisa traviesa y explicando que todas necesitaban "regalarse algo bonito a sí mismas". Draculaura había ido directo a los pijamas de seda, Cleo con los sujetadores que prometían darle un impulso necesario y Clawdeen fue hasta las pechas con camisones de encaje. Catty, sin embargo, se quedó deambulando en el local mirando las diminutas bragas que se acumulaban en los probadores, donde sus amigas la esperaban.

Cuando apareció en la caja con las manos vacías, Cleo negó con la cabeza y le hizo darse una última vuelta desde el principio del escaparate hasta donde la lencería con lentejuelas y correas hacía gala, haciendo que la mínima sintiera un vuelco de incomodez. Al final, optó por un sencillo conjunto de temática egipcia, recordando a su novio cuando vio la decoración de vendas atravesando el pecho.

— Pharaoh quedará encantado contigo, Catty. Quedarás de miedo con esto.

Había dicho Clawdeen mientras pagaban, haciendo que Catty se arrepientiera al instante.

Pero allí de pie, con la mala iluminación de de su dormitorio, su piel le parecía demasiado oscura, sus pechos demasiado descompensados y se veía incapaz de enfrentarse a Pharaoh totalmente desnuda.

"Soy un desastre", pensó, apartándose las manos de la cara y volviendo la cabeza hacia el espejo. "No hay remedio".

Y entonces la puerta del dormitorio se abrió de golpe.

— Catty, me han dicho que podría encontrarte aqu-...

Catty dio un grito al tiempo que se giraba, tapándose la zona de los pechos con las manos. Seth se detuvo en seco y dejó que su rostro siempre relajado se sonrojara con furia.

— ¿¡Q-QUÉ HACES!? —preguntó, intentando cubrirse al sentirse terriblemente expuesta. Maldecía a sus amigas por obligarla a comprarse esa ropa interior terriblemente cara y diminuta.

Pharaoh, quién se había dado la vuelta, murmuró algo avergonzado.

— Y-Yo... Venía a buscarte, p-para ir a dar una vuelta. No quería interrumpirte.

Catty asintió, igual de avergonzada. No sabía donde dejar la mirada y tenía ganas de ser tragada por la tierra. Al parecer, la suerte no estaba de su lado ese día.

— ¿Por qué... Ropa egipcia?

— ¿E-Eh?

Pharaoh se volteó para mirarla, pero al volver a observar el cuerpo semidesnudo de su novia recluyó su mirada en un rincón alejado de la habitación y se rascó la cabeza intentando quitarse el enjambre de nervios que azoraba su cuerpo.

— Y-Ya sabes... No sabía que la usabas. ¡Y-Y no digo que se te vea mal! Por que te ves... Te ves preciosa —balbuceó, con el sonrojo tocándole las orejas e intentando parar las hormonas que azotaban su cuerpo.

La felina se pasó una mano tras la oreja, con menos pudor que antes, e hilvanó una sonrisa tímida, dejándose ver un poco más, entrando en confianza.

— ¿Tú crees? Cuando compré esto... Me sentí tan estúpida. Creír que si me lo ponía, yo podría... Podría... —las palabras se atoraron en la garganta de Catty, lo cual hizo que el príncipe tomara valor para acercarse a ella.

— ¿Podrías que, Catty?

— Yo... Yo podría ser un poco más atractiva para ti. Una chica que en verdad te merezca, alguien de tu porte. Cómo Cleo, o su hermana... —murmuró, sintiendo los ojos humedecerse.

— Catty, ¿estás de broma? — la interrumpió, sintiéndolo frente a ella, pasándole las manos por los brazos y apartándole las manos de la cara para descubrir las lágrimas bajando por sus mejillas. — Oh, no, no, no, Catty. No lo hagas, no llores — con el rostro desencajado por la angustia, enmarcó la cara de la monstruo con sus manos y apartó las lágrimas con los pulgares. — No puedo creer que hayas dicho eso, Catty. ¡Por Ra! Eres preciosa, ¿no lo sabes? — ella lo miró, agarrándose a las muñecas del chico. Él buscó en sus ojos la comprensión, la forma de que viera lo mismo que él veía cuando la miraba. — Yo… bueno… No puedo ni recordar haber visto a una chica que se pueda comparar contigo, Catty. Eres tan hermosa. Nunca he conocido a nadie como tú.

Seth la acarició con gentileza y deslizó sus manos desde sus brazos poco a poco hasta quedar en su cintura. Decidió apretarla contra su pecho, sin necesidad de dejarse llevar por su instinto masculino y, dejadamente, llevó sus labios hasta los de ella, cubriéndolos en un beso cargado de cariño y necesidad.

— Te amo, Catty. Y no quiero que te sientas menos por nadie nunca más —susurró contra sus labios al separarse, dejando su frente contra la de ella en una muestra de cariño. La muchacha asintió, ronroneando en respuesta. — Y, también debes saber que te vez hermosa en ese atuendo.

La cantante se separó de él y soltó una risa avergonzada, con las mejillas negras más iluminadas que de costumbre. Su cola se meneó un poco y volvió la vista al espejo, mirándose a sí misma nuevamente.

— ¿En serio lo crees? ¡Eres un pervertido, Pharaoh! —comentó con diversión, dejando sus manos en sus caderas para contornearlas con coquetería. El rapero, acompáñandola en su juego, se hizo el ofendido y negó con la cabeza, agarrándola nuevamente por la cintura y dejando su cabeza reposar en el cuello de la felina.

— Eso es porque tengo una novia demasiado atractiva... —susurró, mordiendo el cuello de Catty sin consentimiento. La chica soltó un jadeo y cerró los ojos, disfrutando del contacto. — Mañana te vas de Boo York, ¿no?

Catty asintió, entre triste y complacida.

— Así es.

— Pues, aún no anochece por completo y tú eres la perfecta faraona. ¿Qué dices, Catty Noir? ¿Te gustaría divertirte con este humilde rapero?

La chica sonrió coqueta y enrolló su cola alrededor de la pierna de Seth.

— Sí.

Y ella que pensaba devolver el conjunto al día siguiente.

Algo fluff y picoso de mis niños consentidos 💕😳

-Spxiler

Monster Shots | Monster HighDonde viven las historias. Descúbrelo ahora