Reencuentro: el mejor regalo

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Estoy muy nervioso ya casi llego a la casa de Andrea, no sé como reaccionará cuando me vea. Me bajo del taxi en el que vengo, me acerco a la puerta y toco.

No lo creo están tocando y Nieves fue a la ciudad a comprar suministros, así que me dirijo a la puerta y abro. Me quedo impactada es Samuel. No puede ser y está tan guapo el condenado, pasan los segundos, no hago otra cosa que estar en silencio mirándolo como embobada. Después de algún tiempo y no sé ni porque razón me lanzo a sus brazos y comienzo a llorar.

Andrea, se ve tan hermosa, está tan cambiada, no sé si pasan segundos, minutos o horas solo me pierdo en su mirada y me quedo ahí pardo como un tonto. De un momento a otro, sin esperarlo Andrea me abraza y comienza a llorar como una niña pequeña, no me esperaba esto así que  solo la abrazo de regreso y nos quedamos ahí sin decir palabra alguna. Pasa un buen tiempo hasta que la brujita se calma, fue muy bueno tenerla entre mis brazos aunque solo fuera para calmara. Nos separamos y ahora que la ví nuevamente no cabe duda de que es la mujer con la que quiero compartir el resto de mis días. Por un momento algunos recuerdos vienen a mi mente y no puedo evitar sonreír.

Aparato la mirada intentando recomponerme, que me pasa como se me ocurre lanzarme a sus brazos y llorar como tonta, seguro piensa que estoy loca. Lo miro y resulta que está sonriendo, lo que me faltaba que se ría de mi.

Andrea: te pido disculpa por lo de antes no sé qué me pasó, pero igual no tienes que reírte de mí

Samuel: ya lo sé y te juro que no me río de ti Andrea, solo me acordé de algo

Andrea: ¿se puede saber qué haces aquí?

Samuel: recuerda que le dije que teníamos que hablar y usted prácticamente me cortó la llamada, bueno por ahora solo quiero que me responda una pregunta, ¿ el bebé que estás esperando es mío ?- le digo acercándome lo suficiente para notar como se le agita la respiración

Andrea: ¿Que te hace pensar eso ?- le pregunto tan nerviosa que me sudan las manos

Samuel: muy sencillo por la investigación que llegó a mis manos sé que tienes ocho meses y medios de embarazo, la fecha coincide con la noche que pasamos juntos. Por favor basta de juegos y responde a mi pregunta.

Andrea: si Samuel es tu hijo- no podía seguirle mintiendo además mi bebé tiene derecho a conocer a su padre

Samuel: puedo pasar para que me aclares el resto de las dudas que tengo

Andrea: no, mejor te vas y hablamos luego- no puedo dejarlo pasar necesito controlar mis nervios y asimilar que este aquí

Samuel: ok, por ahora me voy, pero entiende esto Andrea no me voy alejar de mi hijo, además me debes una explicación de porque no me lo habías dicho - saco una tarjeta de mi chaqueta y se la doy - es el hotel donde me estoy quedando espero que me llames para acompañarte a tu próxima cita con el médico, al menos creo tener el derecho a ello, ya me he perdido algunas cosas no te parece - sin más doy media vuelta y me subo al taxi, no era mi intención molestarme pero a pesar de lo que siento por ella Andrea siempre consigue sacar lo peor de mi.

Me quedé observando cómo se aleja el taxi, -hay estás tan bello mi mugrosito y por más que he intentado olvidarte te amo tanto como el primer día que te ví. Ahora que voy hacer, como enfrentar todo lo que siento, así me adentro en la casa perdida en mis pensamientos.

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