La manera en la que me mirabas me hacía sentir inferior.
La manera en la que besabas se volvía una amenaza.
La manera en la que amabas me hacía sentir aterrada.Ciertamente eras el mar encarnado,
y ciertamente yo escapaba de la marea de tus labios.Escapaba de la forma en la que me mirabas.
De la forma en la que quería sentirte.
De la forma en la que me sentía atraída hacia ti.Pero, aún así, con el terror de tocarte corriendo
entre mis venas, me atreví a vivir el momento contigo,
me atreví a quererte aunque ya no estés conmigo.