Me quedé a tu lado porque sabía que nadie te amaría como yo lo haría.
Me quedé a tu lado aún sabiendo las consecuencias que nuestro amor traería.
Quizás nos conocimos en el momento incorrecto.
Quizás me enamoré en la vida equivocada.
Pero tu cuerpo entero rogaba para que yo lo explorara.
Aquel lunar sobre tu mejilla parecía contener el universo entero.
Tu vientre simulaba ser el mar en calma y,
debajo de el, sus profundidades inexploradas.
Tus labios parecían decir que sabían lo que había más allá del cielo.
Tus pecas, las estrellas que nadie había descubierto.
Y yo, alguien desesperado por descubrir
los secretos de tu cuerpo.
