Brindemos

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Kakashi releía con calma la carta que Tenzo le había dado hace casi un año, en esa ocasión bebió desmedidamente y había llegado al lugar que compartían, con lo que el castaño llamó "valentía temporal".

Después de que el castaño le entregara la carta, su amistad se fracturó irremediablemente, ahora apenas y se dirigían la palabra, al principio Tenzo intentó hacerlo pasar por una broma pesada, pero era bastante obvia la honestidad de sus letras, la mirada juzgadora de Kakashi no tardó en aparecer, era sutil y se esforzaba porque el castaño no la notará pero fue imposible.
Intentaban pasar el mayor tiempo posible lejos del otro, la incomodidad era una constante en sus cortos encuentros, la amistad de años se había visto reducida a dos desconocidos obligados a vivir en el mismo departamento por el acuerdo de arrendamiento que habían firmado al inicio de sus carreras universitarias.

Gracias a la necesidad mutua que no querer verse, el lugar estaba casi siempre vacío y en silencio, habían creado un acuerdo invisible no hablado, Tenzo tomaba las peores condiciones para evitarse, como ducharse a mitad de la noche, dejar de usar la cocina y comer pura comida instantánea, encerrarse en su cuarto y no salir si Kakashi estaba, incluso alejarse de sus amigos en común, como si decirle que lo amaba fuera el peor pecado que un ser humano pudiera cometer.

Kakashi no tenía planeado quedarse en su departamento esa noche, tendría un viaje con su novia del momento, pero todo se arruino. Entró con fastidio, sin siquiera pensar en la presencia de su compañero, extrañamente esa noche el lugar parecía habitado, se escuchaban risas, música y olía a comida ... como antes.

Siguió a su habitación en silencio, nadie notó su presencia, se limitó a meterse en la cama, y ya que sus habitaciones quedaban continuas escuchaba con claridad lo que ocurría al lado, pensó en irse, pero la curiosidad por saber del presente de quien solía ser su mejor amigo lo ato y lo mantuvo despierto.

Primero carcajadas y después llanto, el otro hombre le pedía entre lágrimas a Tenzo que no se fuera, por lo que escuchó dejaría el país,  tenía ese plan desde hace varios meses. Kakashi sintió una punzada en el pecho, era seguro que lo decidió después de entregarle la carta, solían contarse todo y antes de ese día nunca le había dicho de su deseo de salir del país.

Luego silencio y después gemidos cargados de nostalgia, estaba siendo testigo de una despedida, se iría en la mañana, no le había dicho nada, pensaba irse sin despedirse, se lo merecía, ya no eran amigos. Busco la carta y nuevamente la leyó

Brindemos...

Brindemos por esos amores imposibles, por esos que se llevan un poco de tu corazón a diario.
Brindemos por esos amigos que nunca dejarán de serlo, por esos que nunca te verán con deseo.
Brindemos por esos ojos que se mueren por otros, por esos que lloran por alguien más.
Brindemos por esos labios que pertenecen a otras personas, por esos que nunca tocarán los míos.
Brindemos por esos sueños inalcanzables, por esos que no son nada más que fantasías

Brindemos por todas las veces que mis gemidos han tenido marcado tu nombre con fuego
Brindemos por mi cobardía, por la misma que no me permite decirte que te deseo
Brindemos por los celos, por esos que me arrebatan un poco de dignidad, cada que te escucho con alguien más.
Brindemos por tu confianza, porque esa que he defraudado cada vez que caminas desnudo frente a mí

Brindemos por ti, por ti ciego, porque es imposible que no sepas lo mucho que te he amado

Brindaré siempre por ti y por la jodida manera en que tú sonrisa me destruye
Quiero hoy alzar mi copa y brindar por mí, por lo doloroso que es amar desmedidamente a mi mejor amigo y estar seguro de que nunca seré correspondido.

Brindo por ser este gran perdedor, este pusilánime que se enamoró de ti


¿Y porque no? Brindemos por nosotros, por nuestra perpetua amistad.

Atentamente: tu eterno amigo Tenzo

Nadie durmió esa noche. Al amanecer los escucho terminando de hablar acerca de los preparativos finales del viaje

Lo estuvo pensando durante toda la noche y necesitaba verlo, dudó mucho, pero tomo impulsivamente la iniciativa, dio un respiro profundo y entró con decisión a la habitación del castaño, los encontró aún desnudos haciendo la maleta, su acción claramente los asusto. Debido a la abrupta intervención, Tenzo se paró en frente del hombre de cabello castaño y largo con la cicatriz en la cara, en una clara señal de protección. Segundos de incertidumbre corriendo por el lugar.

-afuera- dijo Tenzo, caminando hacia Kakashi

- ¿podemos hablar? - respondió el peliplateado regresando sobre sus pasos

-estoy algo ocupado- decía confundido el castaño, intentó acercarse antes a él, pero siempre lo rechazaba.

-serán solo dos minutos-

-no es necesario que me reclames nada, pensé que no estarías hoy, por eso vinimos- le respondió Tenzo cerrando la puerta de la habitación. Con el tiempo Tenzo dejo de querer a Kakashi incluso como amigo, nunca pensó que su reacción fuera tan dolorosamente silenciosa, tan lejana y tan ajena, con mucho esfuerzo dejó de verse así mismo como un fenómeno.

Lo dejó con la palabra en la boca y la puerta en sus narices.

Espero junto a la puerta principal, hasta que salieron, la mirada del hombre de cabello largo era lamentable, reflejaba tristeza pura

-yo los escuche anoche, sé que te irás-

Ambos se sorprendieron por las palabras del peliplateado, pero Tenzo se reincorporo rápidamente, ya no le importaba nada

-tranquilo, deje todo arreglado, el propietario tendrá dentro de poco a tu nuevo compañero-

- ¿seguiremos en contacto? - pregunto el peliplateado con la mirada pegada al suelo

Tenzo dudó que contestar –si- respondió a secas

- ¿es una promesa? -

-si- dijo el castaño tomando sus maletas


Ambos sabían que esas eran promesas vacías...nunca volverían a verse.

Tenzo salió por la puerta con su pareja, después de escuchar la puerta cerrarse, Kakashi se dejó caer al suelo

–yo también brindo por ti, brindo por tu valentía – susurro


FIN

BRINDEMOSWhere stories live. Discover now