Capítulo I

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El fragante aroma que despedía la taza a su costado impregnaba la habitación, un vapor que ascendía desapareciendo a mitad de camino, con el fuerte olor a cafe que aspiraba apaciblemente. Su mirada que hasta ese momento había estado enterrada en la pantalla del computador, escapó de pronto por la ventana, cesando el tecleo que llenaba la habitación y abriendo paso al sonido armonioso de las gotas cayendo sobre la superficie de los techos.
Con sus ojos irritados por la luz del equipo contempló el cielo que se extendía sobre la ciudad. Pareciendo tan lejano y tan cercano, las nubes lo cubrían ampliamente. Dándole un aspecto sombrío al ambiente.

La lluvia no pararía pronto.

El aire golpeó suavemente las ventanas cuando volvió sus ojos negros a las escasas letras escritas en la página.
El tecleo comenzó de nuevo, ininterrumpido. Como en un especie de trance sus dedos se movían, a veces vigorosamente, a veces titubeando, otras veces arrastrándose sobre las teclas, como un paseo melancólico.

Tras horas, el sonido que parecía haberse fusionado en la normalidad de la habitación, se detuvo abruptamente. La persona cuyo rostro se iluminaba por la hiriente luz de la pantalla no se movió de inmediato. Su pecho subía y bajaba pesadamente, hasta que después de unos minutos sus dedos doloridos se movieron, en un gesto de estiramiento y apoyando sus pies descalzos en la alfombra, empujó la ventana que se abrió con un suave chirrido.
El soplo de aire helado elevó su cabello, causandole un escalofrío que aplacó cerrando el cuello de su abrigo.
Crepitando suavemene al hacer contacto con la llama oscilante, una cachada, soplido y el delgado hilo de humo salió impulsado formando una nubecilla a pocos centímetros de sus labios entre abiertos, en los que sostenía un cigarrillo largo y delgado de papel blanco.

Apoyó el mentón sobre sus palmas, inhalando nuevamente antes de sostener el cigarrillo entre sus dedos.

Hacía un mes que recibió un mensaje que parecía interesante. Un correo en su bandeja de entrada, con un logo sencillo. "H&H"  escritas en la esquina superior izquierda.
Una propuesta de trabajo de una editorial.

Le gustaba la idea que le habían planteado en el mensaje, por lo que dos días atrás, llegó desde Suiza a China.
Un vuelo que duró horas, y que le causó un gran malestar conforme se acercaba la hora del aterrizaje.
Había creído que se desmayaría repentinamente en el aeropuerto, pero haciendo un enorme esfuerzo, consiguió llegar al cuarto de hotel que la compañía le había conseguido. Una estadía corta era lo que había planeado. Tan solo para reunirse con la compañía y regresar a su casa y comenzar su nuevo proyecto.
Una novela ambientada en la antigüedad, que retrataba la época de dioses y fantasmas, habían varios protagonistas y diferentes situaciones, una historia de suspenso y acción, por lo que había repasado. Se trataba de una idea poco planeada que acababa de cruzar por su mente horas después de arribar.

El calor del cigarrillo comenzó a quemarle los dedos, consumiendose hasta el filtro y produciendo un olor desagradable. A nicotina concentrada. Cerró la ventana. Se estiró y caminó disipando el adormecimiento que entorpecia sus piernas.
Luego de tirarlo continuó su camino a la ducha.
Un cuarto amplio de paredes color marfil, en las que los sonidos rebotaban, como si se encontrase en una caverna.
Una tina de aspecto antiguo adornaba el centro de la habitación por la que se extendían una alfombra de un color gris.
Abrió la llave, dejando que el vapor se expandiera junto a la penetrante escencia a lavanda de unas sales de baño que tomó de una cesta ubicada en la mesilla al lado de la puerta.
Dejó caer su ropa a un lado, sumergiendose de inmediato.
Recostado con la mirada estática en el techo que se veía borroso por el agua condensada de la ducha, comenzó a divargar.

Mañana en la mañana debía salir a esta reunión que se había programado hacía más de tres semanas por dicha editorial, en un lugar que él había elegido casualmente.

Writing ScarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora