"A veces guardar se los sentimientos no es bueno. Pero siempre habrá alguien para escuchar."
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Johnny estaba harto. Años tras año reprimiendo sus sentimientos ya le estaban cobrando caro, su estabilidad emocional era delgada como un fino hilo que fácilmente podía romper se. Desde joven había aprendido a ocultar lo que sentía, mostrando que era fuerte y rudo para no mostrar debilidad, "Las cobras no son débiles Johnny" le había dicho su antiguo Sensei un día cuando lo encontró llorando. Ese pensamiento se había quedado en su cabeza y por muchos años no mostró lo que consideraba debilidad, trabajó su cuerpo y mente para ser fuerte, ser capaz de ser el hombre que soñaba ser.
Pero con los fracasos de su vida y las malas experiencias, Johnny llegó a un punto donde solo quería gritar de frustración y golpear todo lo que se movía. El maniquí de su Dojo ya no era suficiente (estaba maltratado después de tantos golpes) y el alcohol solo hacia que olvidara los malos recuerdos y sus desgracias por un rato, no borraba todo lo malo de su desatrosa vida.
Miguel, preocupado por su Sensei, le aconsejó ir al psicologo después de que concluyera la clase en la intimadad de su oficina, apartado de las miradas y oídos de los demás estudiantes. El muchacho no quería ver triste a su maestro, sabia cuan difícil había sido su vida lidiando con los demonios del pasado y ver lo en ese estado emocional tan deplorable hacia que se preocupara por él (y no era el único, los chicos también notaron el estado de su Sensei e igual que Miguel, estaban preocupados).
"No te metas mocoso" dijo Johnny con un tono tajante y seco.
"Pero Sensei."
Miguel guardó silencio cuando vio la cara afligida de Johnny. Su mirada se dirigió a donde su Sensei miraba, era una foto de Robbie de niño, se veía de unos seis años y sonreía a la cámara mostrando los pocos dientes que tenía en ese entonces.
"Sensei" se acercó a su maestro "Estabien que no quiera ir pero ¿Por qué mejor no va a su casa y habla con el señor LaRusso sobre lo que siente?"
Johnny guardó la foto en su cartera. Miró a su joven estudiante y dijo "Eres muy entrometido cuando te lo propones" bufó, "Miguel, lo que me suceda no es tu problema sino el mío."
"Pero Sensei, nos preocupamos por usted" los ojos de Johnny mostraron sorpresa, "Si usted cae también nosotros. Recuerde lo somos un equipo, sino familia ."
Las palabras de Miguel golpearon el interior de Johnny, era un sentimiento cálido que hacia que su corazón se agitara; se sentía bien. El hecho que Miguel declarara su preocupación y la de sus alumnos, y el como afectaba al Dojo, hizo que Johnny pensara cuan allegado era a esos jóvenes. Eran niños groseros y testarudos pero también eran niños que estaban dispuestos a pelear en su nombre y demostrar su valía hacia él. Había hecho tantas cosas que considerar que tener una familia no estaba en sus planes, pero viendo ahora que esos chicos lo consideran como parte de una, Johnny solo pido sorber la nariz y limpiar discretamente las lágrimas que estaban a punto de caer.
Esos mocosos...
Después de esa plática y de haber cerrado el Dojo, Miguel acompañó a su maestro a su casa y con un «nos vemos mañana» de su parte, se marchó. Johnny vio al joven alejarsen, suspiró cansado y entró a la casa que compartía con Daniel. Sus cosas quedaron en la entrada, pegadas a la pared y caminó hacia la cocina para conseguir algo de beber. Tenía sed y la ansiedad constante que sentía lo dejaba seco. Pero no contó con encontrarse a Daniel en la habitación, sentado viendo su tableta.
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karate husbands ─── ❴ lawrusso ❵
FanficJoteria entre Johnny Lawrence y Daniel Larusso.