Jack Conway, al darse cuenta que Gustabo y Horacio no serían capaces de cumplir su misión ellos solos, se ve en la obligación de llamar a una conocida la cuál volverá a su vida.
¿Será para quedarse?
En resumen: un fanfic más del superintendente
Bella se sentía cohibida entre esas cuatro paredes las cuales eran del cuarto de invitados y las cuales ahora serían de su habitación.
No podía decir que estuviera enfadada con Jack por tomar esa decisión, ni mucho menos, y sí, estaba llevando la situación como una cría, lo sabía perfectamente, pero el estrés le estaba pudiendo.
Los sueños en los que aparecía su hermano estaban apareciendo cada noche haciendo que despertara sin energía y ni una pizca de ganas de moverse, alguien que sabía perfectamente quien era ella le tenía fichada y Jack no quería que saliera sola ni a la esquina, se podría decir que en cuestión de días su vida se había limitado a pasarse horas mirando el techo y muriéndose del asco.
Había recibido algún mensaje de Horacio preguntando de su parte y de la de Gustabo qué dónde se encontraba pero a la de que la mujer dijo, como excusa para no ver a nadie, que se fue a hacer unas cosas fuera de la ciudad ya no recibió ninguno más.
Miró por la ventana contemplando el cielo nublado y un aura extraña invadió su cuerpo, algo no estaba bien ese día.
Arregló su habitación, limpió la casa, ordenó la ropa, se hizo unas palomitas y se puso a ver un maratón de películas de comedia para intentar quitarse ese mal rollo que le comía por dentro.
La noche se acercaba y no había tenido ni una señal de vida de Conway, unas horas atrás le había llamado para informarle de que no quedaba pan pero al instante saltó el contestador y no supo nada más. ¿Dónde te metiste Jack Conway? Se preguntaba.
Después de un par de horas escuchó como la puerta principal se abría, poniendo todos sus sentidos a alerta, corrió hacia ella y efectivamente era aquel hombre el cuál llevaba desaparecido todo el día. Se preparó para soltar el discurso que había preparado mentalmente para reprocharle que no diera ni una señal de vida en todo el día pero al ver el estado tan deplorable en el que volvía aquel hombre su mente se quedó en blanco.
—¿Qué te ha pasado?—preguntó acercándose al mayor
Sin decir nada se dirigió hacia la cocina ignorando la pregunta de la rubia. Agarró la primera botella de alcohol que encontró mientras Arabella seguía todos sus pasos.
—Jack, llevo todo el puto día sin saber nada de ti y vuelves así ¡¿se puede saber que coño ha pasado?!
Pero el hombre seguía sin contestar nada, en cambio se acercó a la mujer que tenía al lado, abrazándola sin avisar buscando refugio en sus brazos y antes de que Bella pudiera decir nada más escuchó unos pequeños sollozos de parte de Jack dejándola petrificada.
—Hey tranquilo, no pasa nada estoy aquí ¿vale?—Susurró acariciándole la espalda mientras se preguntaba confundida que es lo que podría haber pasado.
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