Jack Conway, al darse cuenta que Gustabo y Horacio no serían capaces de cumplir su misión ellos solos, se ve en la obligación de llamar a una conocida la cuál volverá a su vida.
¿Será para quedarse?
En resumen: un fanfic más del superintendente
Estuve un buen rato hablando con Torrente, mantuvimos una conversación bastante normal hasta que comenzó a hacer voces, me quedé bastante alucinada ese hombre podía poner la voz que le diera la gana.
—fua ¿podrías imitar a Conway?.
—¡CAPULLO!.
—Os-tia jajajaja—comencé a reírme como foca retrasada, lo que hizo que algunas personas que se encontraban en comisaría posaran su mirada en nosotros.
—Ésto señorita ¿está bien?.
Poco a poco mi risa se fué apagando—Sí sí, tranquilo, es que me ha hecho mucha gracia—contesté mientras me sacaba una lágrima.
—No no, si ya veo-soltó una pequeña risa—Por cierto ¿Cuanto tiempo estuvo en el CNP?.
—Un año pero en realidad no estuve muy metida que digamos, simplemente recogía información que conseguía y se la daba a Conway.....Le debo mucho la verdad.
—¿Cómo lo conoció?.
—No suelo decirlo, pero usted me cae bien así que..... Me ayudó a salir de una situación difícil, es lo único que diré por ahora.
Torrente no preguntó más por lo que seguimos hablando de todo un poco hasta que Jack apareció.
—Bella—se acercó a mi e inmediatamente el olor a tabaco inundó mis fosas nasales, no me gustaba que fumara tanto cualquier día le daría un chungo.
Torrente se fue, dejándonos hablar a solas.
—Díme.
—No vas a entrar—comentó colocándose las gafas—has pasado las oposicionescómo esperaba pero no quiero que estés por estar, simplemente con el motivo que me diste ayer ya lo tenía claro.
—¿Entonces para que me has hecho venir, no podrías haberme dicho ésto ayer?.
—No tengo porqué darte explicaciones—se cruzó de brazos, acto que yo imite—de todas formas si alguna vez estámosfaltos de personal y es urgente te llamaré. De momento quiero que sigas intentando vigilar a esos dos.
—Bueno, pues gracias por hacerme perder el tiempo superintendente, nos vemos—terminé de hablar para después dar tres palmaditas en su hombro derecho.
Parecía que iba a decirme algo pero un grupo de personas se acercaron y comenzaron a hablarle a la vez, cosa que aproveché para salir de ahí.
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