- Día 2 - Crossover -

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Mairimashita Iruma-kun

── ¡Pandorula! ── recordó el hechizo "prohibido" que había hecho soltar grandes cantidades de magia en forma de dragón con puntiagudas escamas de un color azul y destellos amatista. Una descarga tan poderosa, que una vez que la barrera de contención que tenía rodeada la escuela, se había roto, cayó rendido, desmayado, sin siquiera saber exactamente como es que volvió al taller de su grupo de artefactos, y finalmente despertar en el regazo de su abuelo, ya completamente descansado, preguntando por su superior; Bakura.

Fue entonces que Yugi recordó, que su abuelo le había dicho que en casos de emergencia lo hiciera; como en ese momento que la escuela era literalmente una bomba de tiempo donde sus amigos corrían peligro sin saberlo, pero ahora, estaba ahí, mirando al pequeño espíritu que había; aparentemente, creado a través de su imaginación.

Un pequeño diablillo de dos pequeños cuernos negros, de cabellera tricolor igual a la suya, con cristalinos orbes en color escarlata, de pequeño traje elegante negro y una pequeña cola y de la cual, en la punta se veía un pequeño rayo, igual que los mechones que le había añadido a su cabello.

── Lo siento ── se disculpó con el pequeño ente, ya que al parecer Yugi no podía controlar de tal manera la misma magia que le otorgó su abuelo, al anillo en su mano.

── Debes de aprender a controlar esa magia ¡Me dejas exhausto! ── reclamó el pequeño diablillo, cruzado de brazos ── Es mejor comenzar ahora, en este instante ── finalizó mirándolo, cruzando los brazos.

── ¿¡Q-Qué!? ── exclamó el menor con angustia, mirando como el diablillo asentía ── ¿¡Ahora y... aquí!? ── volvió y a decir, con un gran asombro en el rostro, con pánico dibujado.

── ¡Sí, ahora callate y concentrare humano! ── hablo el pequeño, afirmando.

Yugi suspiro rendido. Bueno, a su parecer y viéndolo mejor, no era mala idea; es decir, estaba solo en un extraño almacén solo junto con "Yami"; nombre del cual apodo al diablillo dentro del anillo. Además, de que no quería volver a sentir ese dolor punzante en su cuerpo por el exceso de magia desgastado.

── Bien, empecemos con algo sencillo y fácil ── comenzó Yami ── Así como hiciste en imaginar mi imagen, imagínate con una ropa completamente diferente ── indico el espectro flotante.

── ¿otra ropa? ── pregunto un poco confundido, mirando su propia ropa, pensando en como cambiala.

── Sí, algo como la ropa extraña de tu amigo Judai ── explicó el demonio al recordar a ese extraño demonio que idolatraba de sobremanera a Yugi.

── ... Esta bien ── respondió Yugi, cerrando los ojos, visualizándose con la ropa de su demonio amigo castaño.

Fue entonces que un pequeño estruendo ataco a Yugi, cambiándolo de ropa, con la misma ropa extravagante que portaba Judai cada día. Un gran saco de color rojo, con una camisa negra, pantalones de vestir negros y unos zapatos lustrados del mismo color que su sacó.

Por su parte, el pequeño demonio miro al humano, apartando la mirada, al sentirse extraño y sentir sus mejillas calientes, de ese ser que se veía increíble.

── Creó que esto no es de mi estilo, a Judai le queda mejor ── hablo nervioso Yugi, tomando su nuca y rascarla con obvio nerviosismo.

── Yo no diría lo mismo ── susurró el pequeño Yami.

── ¿Eh? ── volteo Yugi su mirada al pequeño ser ── ¿Dijiste algo Yami? ── preguntó confundido Yugi.

── ¡Ah! Eh... bi-bien hecho Yugi ── aclaro su garganta, para no sentirse atrapado ── Ahora, cambia de nuevo, una ropa de la cual jamás usarías ── hablo Yami, tratando de que su nerviosismo no saliera nuevamente.

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