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Esta demasiado sumisa...se parece al perro alegre...el cuento de cada noche del viernes después de la escuela, hasta que tuve ocho años me lo contó, al parecer se lo sabia de memoria...

"Había una vez un perro que vivía atado a un pequeño porche cerca de un árbol en el pueblo. Era muy bueno para ocultar sus sentimientos, por lo que era querido por todos los aldeanos que amaban jugar con él. Pero cuando llegaba la noche... siempre se quejaba con tristeza. El perro ansiaba divertirse libremente solo, pero no pudo hacerlo, ya que estaba atado firmemente al porche. Un día, su corazón le susurro:"¡Oye!¿Por qué no te quitas la correa?". El perro solo respondió tristemente que no podía hacerlo, ya que había olvidado la forma de liberarse."

De repente pensé en aquel cuento que, al parecer, me sabia de memoria; ella se veía diferente, extrañamente cálida, reflejaba algo de sinceridad y alegría en su rostro.

-Debo comentarte algo que ocurrió mientras dormías, pequeña...

-Madre...¿Acaso el te golpeo?-dije mirándola fijamente.

Sus ojos de repente se cristalizaron, eso me conmovió un poco, mas de lo que se debía...

-¿C-como sabes eso?-dijo tocando su cabeza.

-No lo se...solo...lo vi, creo.

Un silencio bastante perturbador se apodero de la habitación, haciéndome creer que ella es como el perro alegre, finge estar bien, pero en la noche se pone triste...esta bien no estar bien. Es una frase la cual me repito una y otra vez cuando me siento peor de lo normal, lo cual significa que me siento terriblemente mal.

-Esta bien no estar bien, mamá.-

Y así comencé a hacerlo bien, cuando todo iba a terminar.

El show casi termina, Zoe...

En Un Viernes 13Where stories live. Discover now