5.

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—Mateo, hijo levántate por favor —Escuchó entre sueños decir a su papá—. Voy a comprar facturas y cuando vuelva tenés que estar por lo menos levantado

Se movió en su cama y sin abrir los ojos asintió dejando que Pedro se vaya con seguridad...

(...)

—¡Mateo!, ¡Te dije que te levantes!, ¡Vas a llegar tarde a la escuela! —Gritaba Pedro casi en su oído.

Al darse cuenta de lo que estaba escuchando saltó de la cama preocupado. ¡La puta madre!

No se dio tiempo ni para poder espabilarse, mareado y todo corrió al baño pescando una toalla.

Era muy tarde, significaban más problemas con el director.

En cuanto terminó su ducha rápida de unos 5 minutos se envolvió la toalla a la cintura y llegó corriendo a su pieza para cambiarse.

—Te dejé tu ropa lista, cámbiate rápido para el desayuno —Dijo Pedro señalando tranquilamente la ropa sobre la cama.

—Pe-pero, esa no es del colegio Pá

—Y no, si es sábado —Sonrió.

—¿Qué?, pero... —Balbuceó, no entendía nada—. Vos me dijiste que ya era tarde para el colegio siendo sábado ¿¡Y ahora me decís que me levante en vez de volver a la cama!?

—No grites. Fue una táctica para que me obedezcas, porque si te dejo no te levantas en una hora

—Pero si son las... —Miró su celular sobre la mesita de luz—. ¿¡09:15 de la mañana!?, estás loco

Pedro suspiró con cansancio al verlo meterse bajo las sábanas nuevamente.

—¿Qué pasa acá? —Inquirió Llegando la madre de Mateo.

—Pregúntale a mi viejo que me despertó a las nueve de la mañana un día sábado —Refunfuñó.

—Sos un malcriado —Espetó Palacios mayor.

—Me criaron ustedes, así que no sé de qué te quejas —Habló Mateo sin sacar la cabeza de las sabanas.

De pronto sintió que su papá se iba y su mamá se sentaba en su lugar.

—¿Que pasa mi amor? —Preguntó la voz dulce de su madre.

—¿Qué más va a pasar?, nunca me levanto temprano un sábado, toda la semana me levanto a las 7, no es justo

—No te pregunto solo por eso, estás más diferente estas últimas dos semanas

Mateo se destapó la cara mirando a su mamá.

—Es que... —Suspiró tratando de siquiera explicarse.

—Podés confiar en mi hijo, soy tu mamá, siempre estaré para vos

—No sé, estoy muy confundido

—¿Quién es?

—¿Eh?, ¿Quién es quién?

—¿Quién es la persona que te tiene así?

Por un momento dejó de respirar, lo único que se le venía a la mente al escuchar esa pregunta era... Manuel.

—Hay... hay un pibe que... ¡No es que me guste! —Exclamó al ver la sonrisa pícara en el rostro de su mamá.

—A ver, quien es ese pibe que no te gusta —Acomodó su mano bajo su mentón demostrando interés.

—De verdad que no me... nada con él

—Bueno, está bien, pero contame, si querés. ¿Qué te hace?, porque algo pasa con él ¿O estoy equivocada?

De cabeza; TrueplikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora