10.

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—Quiero una respuesta Mateo —Decía Juliana cruzada de brazos.

Mateo no sabía qué responder pero casi estallaba en risas. Hacelo y te parten hijo de puta

—Disculpe señora, fue culpa de todos, nosotros nos encargamos de limpiar todo y reponer —Habló Manuel cabizbajo.

—Y más vale. Solo miren como están, parecen hombres de masa —Rio Pedro—. ¿Qué hacían?

Mateo en ese momento salió corriendo a la cocina. ¡La pizza!.

Por suerte que cuando la vio estaba todo en orden.

—Yo me encargo, vos subí a bañarte —Ordenó su madre a Mateo.

Esté obedeció inmediatamente dirigiéndose a la cocina en busca de Emi.

—Emi, vamos subí a bañarte que luego voy yo

—Pero quiero jugar con Tín antes de que se vaya, porfa Mateee —Pidió Emi, con un pucherito.

Mateo apartó la vista, si seguía mirándolo no se podría negar a cualquier cosa que le pidiera el pequeño.

—Si querés, mañana por la tarde venís a mi casa para jugar con Martincho, ¿Dale? —Intervino Manuel.

A Emi pareció convencerle ya que se colgó del cuello de Manuel y asintió frenéticamente, finalmente se despidió de Martín, Manuel y Valentín para acatar la orden de su hermano mayor.

—Creo que no se va a poder comer ninguna pizza —Habló Valentín, rompiendo con el creciente silencio que ya decoraba el ambiente.

—Tampoco hice la pizza para vos, era para Tincho y Emi —Respondió Mateo, tratando de sonar simpático.

Valentín rio. ni Manuel, ni Mateo lo entendieron, pero Valentín reía. Era tenebrosa la forma en la que lo hacía ya que no había explicación para que lo hiciera, un comentario penca no causaba gracia.

Manuel frunció el entrecejo codeando a Valentín, ya era molesta su risa.

—Bien, mejor limpiemos —Sugirió el de jopo.

Así comenzaron por el piso, estaba todo resbaloso por el huevo y pegajoso por la cantidad de harina y agua que cayó anteriormente.

En un momento Mateo resbaló y quedó de espaldas en el suelo, causando unas risas ahogadas en los otros dos. Manuel cortó con la risa para levantar a Mateo del suelo.

Valentín vio una oportunidad de joderlos así que cuando su amigo estuvo cerca del rizado, le hizo una zancadilla.

Manuel terminó encima de Mateo.

Sus rostros estaban muy cerca y ambos se encontraban tensos, por alguna razón que desconocían. Por inercia Manuel dirigió su vista a los labios de Mateo, quien tragó varios litros de saliva y su rostro comenzaba a arderle.

Una atracción desconocida mantenía idiotizado a Manuel, solo miraba la boca de Mateo, sin saber que quería conseguir realmente con eso, ¿Besarlo?, ¿Sí?, ¿Eso era el impulso que tenía?

—¿Auch? —Soltó Mateo, estaba muy nervioso y no se le ocurrió otra cosa. Manuel estaba muy cerca de él y... le estaba... mirando la boca...

Manuel salió rápidamente de encima suyo, un poco sonrojado.

—F-fue el huevo y-y-y... Perdón, ¿Te hice doler?

—Emm, no, estoy genial

Manuel procedió a levantarse y esta vez sí ayudar Mateo.

—Bueno trolos, mientras ustedes estaban ocupados resbalándose con el huevo que no hay en ningún lado, con Tincho ya sacamos la harina de los muebles —Interrumpió Valentín, como si no hubiese hecho nada.

De cabeza; TrueplikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora