cap 4

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Hueningkai.

No podía aceptar su ayuda, ya no más, ya no quiero que me ayuden más.

De solo recordar lo que me hicieron el día que conocí a Soobin, me daba terror.

—¡alto, sueltenme!

—¡vendrán visitas importantes! Solo te estamos ayudando.

—¡paren!

Era como un día "común" Inyectándome sustancias para dormir y no estar por los alrededores de la mansión, esto pasa más seguido cuando mi padre trae a invitados, pero esta vez fue diferente, había más fuerza sobre mi de lo común, algo estaba pasando, quería saber que era, pero no puedo.

—¡sueltenme!

Logré hacer la suficiente fuerza como para patear y empujar a las personas que impedían que salga, con éxito logré salir de ese infierno, aunque soy ciego, conocía, como la palma de mi mano, cada rincón de esta mansión.

Si iba a la sala principal me verían llegar y ne harían daño, por eso ese día me convencí por ir al jardín, en lugar donde de niño iba mucho con mi madre.

Tocaba los arbustos y contaba los pasos para no perderme.

uno... Dos... Tres... Cuatro, cuatro pasos ¡aquí está el columbio!

Me senté en el y empecé a balancearme despacio, sentía una tranquilidad enorme ese día, nadie me estaba haciendo daño. Hasta que escuché unos pequeños pasos yendo hacia mi.

¿quién está ahí?

—soy... Soobin.

Recordé rápidamente las conversaciones que tuvieron mi padre y mi hermana una noche.

—¿vendrá mi prometido?

No tenía idea de que mi hermana estaba comprometida.

sí, Choi Soobin. Es un importante empresario, ya lo sabes.

—lo sé, famoso y apuesto.

Cuando Soobin se presentó, se escuchaba como una persona muy linda, pero era un empresario tan importante como para que yo recibiera un trato tan especial como me lo dio ese día que vino a verme, es el prometido de mi hermana, el tan famoso Choi Soobin quien admirado por todos por su gran belleza, que pena que no puedo admirarla.

Ese día, me sentí tranquilo al estar con él, pero pensé que si él estaba allí, seguro lo estaban buscando, él era más importante que yo. Mi hermana llegó, con una voz que siempre me hacia temblar, aunque no la vea, su voz era suficiente como para asustarme.

Fue tolerante conmigo, pero eso solo duro unos pocos minutos, ya que lograron atraparme y llevarme nuevamente a la habitación.

—¡déjenme, por favor! ¡No quiero dormir!

—ya hiciste suficiente por hoy.

Escuchar su voz nunca fue un regalo.

—¿padre?

Lograron inyectarme, empezaba a sentirme sin fuerzas, era mi castigo por escaparse, aunque mi verdadero castigo era tener el desprecio de todos, incluso de mis propios sirvientes.

Soy un parásito en este lugar.

"Odio vida... "

𝒀𝒐 𝒒𝒖𝒊𝒔𝒊𝒆𝒓𝒂 ♡𝑺𝒐𝒐𝒌𝒂𝒊♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora