Rubius - Yes master

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Lamento la tardanza, pero aquí otra actualización disfruten! 💜

Talvez en estos días se venga otra actualización, vengo inspirada :DD

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Ajusto la cinta que amarraba su delantal, mirándose al espejo mordiendo su labio, le agradaba verse así y sentirse así, se sentía lindo, sus ojos bajaron a las medias blancas que adornaba sus piernas, estás apretaban ligeramente sus muslos, subiendo un poco sus ojos se apreciaba un lindo vestido negro de manga corta con olanes al final de estás.

En las cuatro paredes que conformaban su clóset, dónde guardaba sus cuantiosos vestuarios que se compraba resonó el tintineo de una campanita, vegetta dejo de observarse en el espejo y emprendió camino hacia Rubius.

El, dueño de una isla flotante y el mejor guerrero de karmaland, se encontraba vestido de maid, sirviendo a su amo rubius, sonaba exquisito el decirle amo a su Doblas.

La más grande tentación de vegetta fue que lo dominarán, que le hicieran sentir el dulce sabor de la sumisión. Y vaya para Rubius, su pareja no era un gran problema, después de todo el tenía un fectiche con las maids y ver a su pareja así, sentirse tan imponente al ver a vegetta rogar por más, culminando los orgasmos mientras grita su nombre, la deliciosa sensación de las paredes de vegetta apretando su polla, derramando su semilla en el interior de este, mientras goza de ver a vegetta con ese maravilloso traje de sirvienta.

Oh de tan solo pensarlo se le ponía dura.

Salía de el clóset vegetta con un rubor adornando su rostro, las manos apretando ligeramente los olanes de su vestido.

-Me hiciste esperar vegetita, tal vez deberia castigarte- Rubius se encontraba sentado en la cama morada de vegetta, observando con lujuria el vestuario de su pareja de pies a cabeza, bendito sea el día en que tuvo la grandiosa idea de que usarán roles en el sexo.

Vegetta sonrió ligeramente, para nada era un verdadero problema que rubius lo observará así, porqué le encantaba cuando lo veía así, porque así sabía que el juego comenzaba.

-Que puedo hacer por usted ?- mordio su labio levemente, todo se volvía aun más placentero cuando contradecía a Rubius, y oh vaya que no decir la palabra que tanto adoraba este era lo mejor.

Rubius sonrió un poco -no me vas a decir máster?- se levantó de la cama y caminaba en línea recta, ida y vuelta, mientras vegetta lo veía mordiéndose el labio, Rubius lo miró de pies a cabeza, lucíendo mucho más decidido que un momento atrás.

-Ven aquí.
Vegetta avanzó hacia él moviéndose con coquetería porque era una reacción natural si le hablaba con ese tono suave, con esa voz ronca. Se detuvo frente a Rubius y lo observó desde abajo, a causa de los centímetros que los separaban.

De pronto, Rubius sonrió. Aquella sonrisa torcida, que le provocaba querer besarlo.

Rubius acercó lentamente su mano acunando el rostro de vegetta en una mano. Vege ladeó la cabeza y se recargó en su palma -anda dilo vegetita, así como el que realmente te mueres porque te toque.- Rubius acaricio con su palma la mejilla -¿Estás muriendo por qué te folle cariño?-

Vegetta asintió varias veces, a mitad del gesto, Rubius se inclinó y atrapó sus labios en un beso rudo, las lenguas encontrándose, los dientes raspando y los ligeros mordiscos en los labios contrarios, Vege extendió sus brazos para rodearle el cuello.

Se encontraba mil veces más caliente, cuando se apartaron. Tiró de Rubius, por el agarre en su cuello, y lo pegó a él, lloriqueando por más. Su novio le concedió eso.

Vegetta BowlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora