Separados por el tiempo. (-Llorar-)

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Esto será largo, sujeten sus almas.

Kirishima es un chico apasionado por la música, puede tocar varios instrumentos pero componer realmente le cuesta mucho. Nunca ha sentido demasiado, y siempre terminan siendo letras vacías de alguna manera. Hasta que un día, de la nada, una canción llegó a su cabeza.

La reconocía, era una antigua, simplemente no recordaba de donde. Cuando intentaba tocar alguno de sus instrumentos nuevamente la música aparecía. Hasta que un día escuchó una melodía con una voz tan especial que retumbó su corazón. 

No parecía de alguna banda, es más, podía jurar que era una persona a su lado o en su cabeza. La letra era hermosa. Así que toma su guitarra e intentó igualar la melodía,  con ello la música se detuvo abruptamente

Otro día volvió a suceder, otra canción, la misma voz, sólo que prefirió mantenerse en silencio para no asustarlo, si asustar una voz en su cabeza.Así siguió el tiempo, el seguía escuchando música y en ciertas horas, lo escuchaba a él. Mantenía el silencio absoluto, y lo dejaba seguir. Era conocerlo sin conocerlo, pues... cada palabra explicaba los sentimientos de este. Si fue un día triste o feliz, si estaba acomplejado o simplemente cansado.
Pero un día la letra fue diferente.
Delicada. Curiosa. Un poco asustado "Tú que estás ahí dentro, habla por favor. No quiero enloquecer ¿Estas a mi lado?" Luego dejo de cantar, pero el suave sonido  de la guitarra seguía ahí. Kirishima sentía que le estaban hablando a él. Toma su propia guitarra y comenzó a tocar. Pudo escuchar una risa, la más melodiosa. Y ambos siguieron así.
A partir de ahí la costumbre de Kirishima empeoró, no sólo escucharlo si no que ahora podía secundarlo. Las  letras dieron una descripción de si mismos. De su alrededor. De su vida. O algo tan burdo como lo que comieron ese día.

Al punto en que Kirishima se enamoró de -Katsuki-, sólo una voz, y eso le bastó.
Por primera vez escribió una canción, una de amor. Queriendo que Katsuki sólo escuchara.
Deseando que estuviera a su lado.
Los días con Katsuki cantando se reducían más, y más. "¿Qué ocurre?" se pregunta, sin guitarra o instrumento. Sólo una voz llena de tristeza "¿Ya no estas aquí? ¿Puedo recibir un adiós?"

Un día Kirishima ayudaba a limpiar el desván de la casa encontrándose con un espejo viejo de los inquilinos anteriores. Terminó en su cuarto. Nuevamente la voz de Katsuki apareció "Estoy aquí" dice. Y fue un momento pero no sólo los oídos, si no también su mirada. Parado delante del espejo, con una sincronización perfecta estaba el rubio en el reflejo. Tocando palma con palma, juntando sus frentes. Y lloraron de felicidad.

Pudieron lograrlo un par de veces más, sin embargo, Katsuki cada día estaba más cansado en apariencia.Sólo podían hacer uno. Si se veían, no se escuchaban. Y si se escuchaban, no se veían.

 Al final de todo, supieron que Katsuki estaba enfermo. Una noche, uno delante del otro, sólo disfrutando. Movían los labios, no se escuchan pero se entienden.

 "Quisiera que estuvieras aquí"
 -Estoy aquí
 "No, idiota. Me refiero, aquí aquí"
 - Lo sé...
 "Te amo"
 -Lo sé...
 "Lo siento"
 --aguantando un sollozo- Yo también.

Fue un día, que Kirishima dejó de escucharlo
Los inquilinos anteriores aparecieron, un par de ancianos con características que al pelirrojo le parecían conocidas. Escuchaba como los señores hablaban con sus padres, como trajeron unas cosas de su difunto hijo. Hace años como después de perderlo no soportaron vivir en esa casa tan silenciosa.Trajeron un estuche de guitarra, explicando que como a Eijiro le gustaba la música bien podía servirle.
Así que el chico subió a su cuarto, abrió el estuche. Y ahí estaba la guitarra "Katsuki" tallado con letras tipo metálica algunos stickers y cientos de hojas. Todas, y cada una, con la letras de las canciones que compartieron para comunicarse.
En una de las partituras hay una que no reconoce, una que sea ve más reciente en comparación con las otras con un post it escrito "Nunca pude cantarla, si lo hacia, tú la escucharías y dejaría de ser una sorpresa" Una despedida...
La narración de Katsuki mientras escribía la canción con la intravenosa en el brazo y el apoyo respiratorio. Esa canción es su propia declaración de amor. Contando como Eijiro cambió por completo su vida. 

Kirishima esta tocándola. Así aún que el rubio no le hiciera dueto esa vez, podía sentirlo a su lado acompañándolo. 

 "Cada que te sientas sólo. Cuando creas que no estoy aquí, toma tu guitarra, cierra los ojos y canta mis palabras"



jsjsjsjs. Fin.

KiriBaku InspiracionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora