Capítulo 4

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Justo hoy se cumplía una semana de haber comenzado mi prueba de trabajo en la biblioteca. Ya no era desagradable tener que etiquetar todos los libros. Mientras marcaba su género, leía sus títulos y hacía una lista mental para luego leerlos.

Se me hace cada vez más complicado cargar con la escuela, el trabajo y mis prácticas de violín pero vale la pena aunque solo llevo así una semana y hay días que no daba más. Supongo que es hasta que me acostumbre, toda mi vida estuve encerrada en mi habitación y era obvio que a mi cuerpo le costaría tomar un giro de 180° con una nueva rutina.

Mi madre está más feliz que nunca de que no pase mucho tiempo en casa, ella cree que ya conseguí amigos o un novio pero está totalmente equivocada.

No he llegado a socializar ni con Aidan. Con la única que aveces hablo y trato de ser amable para que me de el trabajo es con Lucy, esa señora es demasiado dulce para mi gusto pero no me desagrada.

Y su nieto es su consentido, lo trata como a un niño de 8 años y al parecer los dos lo disfrutan. Él pasa tiempo en la biblioteca por ella y a ella le gusta estar con su nieto favorito, no sé si el único porque tampoco me he atrevido a preguntar.

Para mi suerte, al parecer le agrado a Aidan, él es el que aprobarámi trabajo así que mejor si le agrado. No hago absolutamente nada para hacerlo pero conmigo se muestra simpático, yo continúo con la misma actitud con la que llegué pero hay veces en las que quiero reír por las cosas que dice pero no quiero mostrarme sociable así que mejor no lo hago.

Como soy observadora, pude notar que siempre que Aidan sale de la biblioteca, ratos antes de yo, siempre se va con un chico. Parece ser su amigo pero son muy unidos. El chico es de la misma altura del nieto de mi jefa, tiene el pelo con unas ondas muy lindas y tiene ojos verdes.

No pude ver más de él porque trato de no parecer chismosa aunque siempre siento que los dos me miran cuando están por salir y yo preparo mis cosas para irme. Cosa que me hace sentir muy nerviosa, no me gusta tener la atención de los demás y mucho menos de personas que no conozco.

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Estaba en la biblioteca, como todas mis tardes, yo estaba detrás del mostrador porque Lucy me dejó encargada de atender a las personas mientras ella iba al médico.

No me gustaba la idea porque tendría que interaccionar con personas pero no me quedaba de otra, yo estaba a prueba y además tendría a Aidan vigilando todo lo que haga.

Él estaba en una pequeña escalera reemplazandome, hacía el trabajo que yo siempre hago de colocar los libros en los estantes.

Me distraigo un rato y escucho un ruido fuerte. Me asusto y me levanto de la silla para ver lo que había ocurrido. Estaba sorprendida al ver a Aidan tirado en el piso ríendo, me acerco rápidamente a ver si estaba bien o si no se había roto algún hueso.

-Aidan, estas bien?- dije con un poco de preocupación porque no se había caído de una pequeña altura, era mucha distancia del suelo

-Si, estoy bien.- dijo ríendo

-Por qué te ríes, no es gracioso.- dije un seria y con un poco de enojo

-Oye por qué te enojas, solo me caí y me causó risa.

-Pudiste haberte roto algún hueso o haberte golpeado la cabeza idiota.
-No quieres ir al médico? Conozco a una doctora.

-No, créeme, estoy bien. Solo ayúdame a levantarme porque no me caía arriba de un colchón, si me duele el cuerpo.

Le dí mis dos manos para hacer fuerza y levantarlo. Una vez parado casi se cae de vuelta pero logra mantenerse equilibrado mientras se toca la espalda.

-Espera un segundo. Cerraré un rato la tienda para llevarte abajo al depósito y luego vuelvo y abro. No quiero que te caigas mientras bajas las escaleras.

-Está bien.- dijo sosteniendote del mostrador

Me acerqué a la puerta y le puse llave, giré el cartel a cerrado aunque sería rápido pero de todas formas lo hice. Dejé la llave arriba del mostrador y fui para agarrar a Aidan.

-Vamos.

-Puedo sostenerme de ti?- pregunta tocándose la cabeza con una mano

-Si, solo hace falta que te caigas de vuelta y sea por mi culpa de no haberte dejado apoyarte en mi.

El rió bajo por mi comentario y comenzamos a caminar. Llegamos al depósito sin problemas aunque él casi se cae a mitad del camino.

-Quieres algo? Te veo muy mal.- dije sin expresión

-Me sorprende que te preocupes por mí pero si, por favor me puedes traer algo dulce. Me duele mucho la cabeza, debe ser por el golpe.

-Me preocupo porque si no ayudo a mí supervisor, quizá me quede sin trabajo. Y por qué algo dulce para el dolor de cabeza? Es solo un golpe, no creo que haga falta.

-Ya tienes asegurado el trabajo.

-Qué?- dije confundida

-El tercer día después de que comenzaste a trabajar le dije a mi abuela que eras perfecta para el puesto, solo que necesitabas terminar las 2 semanas de prueba. Y quiero algo dulce porque me calma.

-Oh- dije sorprendida
-Gracias. Ya te traigo algo, debo tener un chocolate en mi mochila.

-No hay porque, eres buena en el trabajo y no iba a dejar que lo pierdas solo porque no te agrado y te muestres antipática conmigo. Si eres buena con el trabajo tienes que ser contratada sin que influya los personal. Y gracias por el chocolate, en verdad lo necesitaba.

-No es que me desagradas, creo que me caes mejor de lo que me cae la mayoría de las personas pero soy así con todos, no puedo no mostrarme así.

-Si te caigo mejor que otras personas, no me quiero imaginar como te caen los demás- dijo con un poco de gracia

-Si bueno, demasiada confianza Aidan. Ya te sientes mejor?, así subo para abrir de vuelta.

-Era demasiado bueno para ser verdad de que me trates bien pero bueno, ya me siento mejor, no te preocupes.- dijo sin expresión

-Lo lamento, te trato muy mal cuando tu solo quieres ser bueno. Quizá algún día sepas la razón por la que soy así pero bueno. Me voy a abrir la tienda, luego vuelvo porque no creo que te sientas bien, tu cabeza sonó muy fuerte contra el piso como para que estes bien.- dije un volviendo a ponerme seria

-Como quieras. Y si me siento mejor pero ve. Me pondré a etiquetar un poco o a leer si encuentro un título atractivo.

-No te esfuerces y quédate sentado. Luego vuelvo. Adiós.

-Adiós

Seremos/Aidan Gallagher Donde viven las historias. Descúbrelo ahora