Bueno aquí les dejo el primer capitulo :), espero les guste. cualquier comentario es bienvenido :), acepto criticas :D
los recuerdos te pueden hacer sonreír ,
pero también llorar
y al hacerlo te hacen más fuerte
Descansaba en los límites de su aldea, se sentía un poco cansada pero realmente no le importaba. La briza chocaba contra su rostro provocando que sus ojos se cerraran. Suspiró y se acostó en la cima de un árbol y sin pensarlo su mente recordó lo difícil que estaba siendo su entrenamiento.
-Hinata, hoy es el día. Demuéstrame los frutos de tu entrenamiento. -dijo Tsunade mirándola fijamente. -De ahí tomaré una decisión, ¿entendido?
-Si, Tsunade-sama.
Hinata comenzó sintiéndose débil, durante esos largos meses había estado entrenando arduamente.
- ¡Concéntrate más o no podrás revivirlo!
-Si, Tsunade-sama. -dijo Hinata, con su voz baja pero decidida. Ella quería lograrlo, quería entrenar para salvar a sus seres queridos. Quería ayudarlos a ellos...
-Muy bien, eso es Hinata...sigue así. -Sakura la alentaba desde el otro lado de la mesa.
Pasaron los minutos y el pulpo comenzó a mover sus tentáculos enrollándose en los brazos de la niña. Hinata se sorprendió.
-Lo...lo-logre. -dijo, su voz era suave y baja -No lo puedo creer...
-Muy bien hecho, Hinata. Te aceptaré como mi discípula, pero...va a ser difícil. -Tsunade se paró y caminó para salir de aquel lugar. -Tendrás que hacer tiempo para tus entrenamientos, pero si esto es lo que en verdad quieres...tienes que esforzarte al máximo. ¿entendido?
-Si Tsunade-sama. -dijo Hinata mientras daba una reverencia -Y gracias... -la Hokage salió y le dio una sonrisa tranquilizadora.
- ¡Eso es Hinata!, sabía que lo lograrías. -Sakura le abrazó -De hoy en día seremos compañeras, ¡demos lo mejor! -la niña se separó y caminó lentamente hacia la salida -Nos vemos mañana!!- movió su mano en forma de despedida.
Suspiró y alzó su cabeza. Lo tenía difícil, ella lo sabía, pero no le importaba, solo quería ayudar a su querida hermana.
Abrió los ojos y respiró hondamente. Desde ese día sus entrenamientos habían sido muy pesados. Pensó en su hermanita, Hanabi tenía una enfermedad grave en los ojos. Sabía que tenía que decirle a su padre. Sabía qué hacía mal, pero...no vio otra solución que entrenar con el mejor ninja médico para poder darle tratamiento a los ojos de su hermanita.
También quería poder curar a sus compañeros cuando estuvieran en peligro. Hinata pensó que era peligroso, ninguno de sus compañeros manejaba bien el ninjutsu médico y tenía que hacer algo para solucionarlo.
Miró a los pájaros cantar en el atardecer. El lugar era cálido, le encantaba esa parte de su pueblo. Estaba alejada de todos y de todo, podía ser ella misma y poder disfrutar de la soledad y tranquilidad que acompañaba el lugar. Excepto por ese día.
Lloraba al pie de un árbol. Se había perdido jugando a las escondidas con Hanabi y su cuidador Ko. Se suponía que ellos tenían que encontrarla, pero nunca paso. Su cara estaba roja por el llanto y sus ojos se habían inflamado haciendo que su visión sea borrosa, era de noche y los cuervos estaban en su máximo esplendor.