Luzuplay tiene que ser real (AuronPlay y tú) || Instagram.

78- Rayitax

Dos días desde la pelea con July. 48 horas de tristeza constante. 

Estaba segura que si no tuviera a Auron a mi lado lo hubiese tomado de peor manera, pero él se encargó de recordarme que no estaba sola y que jamás lo estaría. 

—Deberíamos salir. —le sugerí mientras mirábamos televisión. 

Escuché como casi se ahoga con las papitas que estaba comiendo. Se golpeó el pecho con algo de fuerza y me observó sorprendido.  

—¿Salir? —Tosió.

— Sí. —Me incliné hacia él. —¿Estás bien? —Pregunté preocupada. Me estiré y tomé de la mesa una botellita de agua para luego ofrecérsela. 

El me la quitó de las manos y bebió un buen trago. Se veía nervioso. 

—¿Salir cómo? —Preguntó en cuanto recuperó el aliento. 

—¿Cómo que "cómo"? —Pregunté haciendo énfasis en la última pregunta. —Salir a pasear. Viniste hasta aquí y lo único que hicimos fue encerrarnos a ver series. Estas desperdiciando tus vacaciones. 

Él volteó los ojos y volvió a centrar su vista en la televisión. No supe interpretar su reacción. 

—Vine aquí para estar contigo, no estoy desperdiciando nada. —Me aseguró mientras dejaba el recipiente con frituras en la mesa. 

Sabía que estaba siendo sincero, pero no podía permitir que las cosas siguieran así. Él estaba siendo más que perfecto conmigo y yo no estaba dando nada a cambio. 

—Pues yo siento que sí. Así que se acabó. —Le aseguré mientras apagaba el televisor y me levantaba del sofá con un salto. 

Auron me observó divertido. 

—Oye, yo estaba viendo eso. —Me regañó. 

—Podrás ver televisión después. Ahora nos pondremos guapos y saldremos de estas cuatro paredes. Ya no más tristeza, ya no más lágrimas y ya no más hater. Me cansé. —Extendí mi mano ofreciéndole ayuda para levantarse de las comodidades del sofá. 

—¿Estás segura? —Preguntó mientras tomaba mi mano con delicadeza, sin embargo no se levantó. Se quedó ahí analizándome con la mirada. 

—Muy. —contesté segura de mi misma. 

Él apretó con fuerza mi mano y cuando creí que se levantaría, me llevé una sorpresa cuando ocurrió todo lo contrario. Tiró de mi con fuerza haciendo que cayera sobre él. Auron me recibió con un abrazo cariñoso. 

Solté una risita nerviosa no sabiendo como reaccionar a la situación. Solo pude sonrojarme y agradecer que él no podía ver mi rostro en ese instante. 

—¿Por... por qué este abrazo? —Pregunté en un susurro. 

Auron nos separó solo un poco, aún dejando nuestros rostros a escasos centímetros. Y pasó algo sorprendente.

Su mirada me dejó estática en donde estaba. Podía jurar que nunca antes me habían visto de esa manera. Seriedad, cariño, orgullo y amor. Y aunque todo mi sistema me gritaba que debía escapar, no pude hacerlo. Sus hermosos ojos me tenían hipnotizada y atrapada en mi sitio. No podía huir, en realidad, no quería huir. Jamás. Quería quedarme así de maravillada para toda la eternidad. 

No sé en qué momento pasó, pero a penas fui consciente de que tenía sus manos acariciando mis mejillas con extremado cariño. Tampoco fui consciente de mis actos cuando me acerqué lentamente a su rostro cerrando la poca distancia que nos separaba. Pero fui totalmente sentidos y emociones cuando uní sus labios con los míos. 

Y el beso fue totalmente de novela. De esos que te quitaban el aliento, pero que te negabas a terminar. Solo quieres más y más. De esos besos que te hacen desear que el momento nunca se acabe. Solo faltaban los fuegos artificiales alrededor. Él llevó sus manos a mis caderas y me atrajo más cerca, terminé sentándome en su regazo. 

Cuando la falta de aire se hizo presente, no nos quedó más remedio que separarnos un poco. Sin embargo no me moví mucho, todavía estaba atrapada en mis sensaciones, y sus manos en mis caderas no permitieron me fuera del lugar en el que estaba. 

Aún me encontraba con los ojos cerrados, grabando cada una de las sensaciones en mi memoria, cuando lo escuché susurrar.

—Deberíamos salir. —Salí de mi trance algo confundida ante sus palabras. Él me regaló una sonrisa juguetona. —Y no hablo solo de salir de aquí. Me refiero a salir juntos. 

Ladeé mi rostro creyendo no estar oyendo bien. 

—¿Quieres ser mi... novio? —Pregunté. 

¿A eso se refería?

—Sí. Pensé que jamás me lo preguntarías. —Contestó de manera divertida. 

Espera... ¿Qué?