|1| El renacimiento de la malévola emperatriz del linaje Militar ✔

Capítulo 77: reciprocidad (parte 1 y 2)

El pasillo originalmente ruidoso se calmó momentáneamente y los ojos de todos se posaron en la figura púrpura detrás de Luo Xue Yan.

La capa de la joven ya se había quitado, y llevaba un vestido estampado de flores de seda púrpura con complicadas vueltas, resaltando su delgada figura. Levantó levemente la barbilla y sus ojos miraban hacia adelante, como si todos los nobles Furens presentes no fueran dignos de verse en sus ojos. Su tez era tan clara que parecía algo translúcida, pero hacía que sus ojos y cejas se vieran delicados y bonitos. Sin embargo, ese par de ojos brillantes fue la parte más atractiva. Sus ojos eran redondos y claros como si fueran tan puros como un animal recién nacido, pero estaban tan tranquilos como si hubieran visto una década de lunas. Este tipo de transformación y ternura entrelazados, la convertía en una belleza contradictoria.

Siguió los pasos de Luo Xue Yan y caminó hacia el medio del pasillo. A diferencia de los gestos limpios y pulcros de Luo Xue Yan, las manos de esa joven mujer estaban dobladas frente a ella pero no parecían rígidas, como si esa acción se hubiera hecho miles de veces y estuviera completamente arraigada en ella. Su vestido largo siguió sus pasos mientras revoloteaba ligeramente, como si los pétalos de una flor florecieran y esas flores no se mostraran a pesar de que estaba lleno de flores, al igual que toda su persona. Sus acciones eran extremadamente naturales y cada paso que daba era extremadamente placentero, y al mismo tiempo tenía un toque de majestad en ellos. Las mujeres presentes eran todas de familias nobles y, naturalmente, habían experimentado el duro entrenamiento de una Momo en las etiquetas. Habían sentido que ya podían hacerlo muy bien, pero se asombraron al ver a esta joven. Esto se debe a que si fueran ellos, no podrían caminar tan bien.

A veces se puede imitar la forma pero no se puede imitar el espíritu. No había ondas de expresión en esa joven vestida de púrpura y tenía una actitud tranquila, como si este camino fuera como su propio patio trasero. No hubo pánico, timidez o impulsividad. Simplemente caminar hacía que uno sintiera que estaba mirando a todos los seres vivos del mundo.

Era como si ella fuera la dueña de este palacio.

¡Esas mujeres no pudieron evitar sorprenderse ante tal destello de esa idea porque esta joven no era otra sino esa idiota de Shen Miao!

Anteriormente en los exámenes de la academia, la transformación de Shen Miao estaba a la vista de todos, pero desde entonces, Shen Miao y Shen Qing se enfermaron y se quedaron en la residencia y ya ni siquiera fueron a Guang Wen Tang. A pesar de que había derrotado a Cai Lin en los exámenes de la academia, eso solo mostraba su agresividad y audacia. La etiqueta y el espíritu no se pueden aprender de la noche a la mañana. Shen Miao había sufrido tantos años de tonterías durante el banquete anual de regreso y no fue fácil cambiar las cosas. Quién iba a saber que con una mirada hoy, uno sentía que Shen Miao era una persona totalmente diferente a la anterior. ¡No solo no hubo un solo error en sus gestos, todos los presentes tenían la leve sensación de que Shen Miao era incomparable con todas las hijas de los funcionarios en este salón!

Shen Miao siguió a Luo Xue Yan y se enfrentó a los ojos de todos, pero nadie vio que la esquina de sus labios se endurecía.

Había pasado más de una década. Finalmente había regresado aquí de nuevo. En su vida anterior, estaba luchando y luchando cuerpo a cuerpo en esta prisión donde había que luchar por el destino de uno. Quería ver si en esta vida, ¡este lugar aún podría atraparla!

Cada ladrillo y baldosa en este lugar estaba profundamente grabado en su corazón que incluso si cerrara los ojos, todavía conocería su camino. Todas esas tediosas ceremonias palaciegas se llevaban a cabo día tras día que estaban casi grabadas en sus huesos. En este salón, cuando cerró los ojos, casi podía ver a Wan Yun pidiéndole que comiera bocadillos y a Fu Ming sacudiendo la cabeza mientras memorizaba las políticas del país. El amor y el odio eran pesados, amargo y dulce se mezclaban. Para volver a entrar aquí, tenía sentimientos encontrados. ¡Su corazón estaba ardiendo pero era por las llamas de la venganza!